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La economía vuelve a crecer a tasas chinas. En marzo subió 8,1 por ciento y acumula una mejora de 6,4 por ciento en el primer trimestre, siempre en relación con iguales períodos de 2009, según informó ayer el Indec. La última vez que la actividad había crecido al 8 por ciento interanual fue en julio de 2008. Dos meses después estalló la crisis internacional y se produjo una fuerte desaceleración que derivó en una caída del Producto a comienzos del año pasado, la primera en siete años. Ahora las turbulencias en el mercado financiero mundial continúan, pero en el ámbito local la recuperación se afianza.
El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se elabora con algunos de los indicadores que se utilizan para medir la evolución del Producto Bruto Interno, anticipándose a ese dato más abarcativo que se difunde trimestralmente, pero sin incluir información desagregada por sectores. No obstante, el consumo (representa más de dos tercios del PIB), la industria, el agro y los servicios ya habían dado indicios firmes sobre cómo estaba evolucionando la actividad.
En lo que se refiere al consumo, los volúmenes de venta en supermercados crecieron 11,9 en marzo y acumulan un 22,8 por ciento en el trimestre, en términos interanuales. Por su parte, el indicador del Indec que releva el consumo de servicios públicos arrojó una mejora de 10,7 por ciento en marzo, correspondiendo incrementos de 20,1 por ciento en telefonía, 6,6 en peajes, 6 en transporte de pasajeros y 2,3 en electricidad, gas y agua. Esta situación se explica por los aumentos salariales otorgados durante el año, el impacto generado por la Asignación Universal por Hijo, los incrementos otorgados en los haberes jubilatorios y el financiamiento en cuotas otorgado por las entidades bancarias.
La industria también colaboró. En marzo subió 11,1 por ciento, debido a los espectaculares desempeños del sector automotor, que se expandió 38,2 por ciento en ese mes, y de la siderurgia, que trepó 52,9 por ciento, siempre en términos interanuales. La actividad de la construcción, por su parte, creció 13,7 por ciento y en el trimestre la mejora fue del 8,5 por ciento.
Este notable desempeño de la economía incluso podría haber sido mejor aún si el agro hubiera estado a tono con el resto de los sectores. En marzo las exportaciones de productos primarios habían crecido 16 por ciento en términos interanuales, pero las manufacturas de origen agropecuario retrocedieron 20 por ciento, con fuertes caídas de aceite y pellets de soja. El Gobierno dijo entonces que el resultado de esos rubros había estado influido por la huelga que llevaron adelante los trabajadores portuarios para obtener mejoras salariales y pareciera ser así, porque los datos de la balanza comercial de abril, difundidos ayer, arrojaron mejores resultados en esos mismos rubros, con un crecimiento interanual de 50 por ciento en productos primarios y de 4 en manufacturas agropecuarias (ver aparte).
El principal interrogante a partir de ahora es si la recuperación se convertirá en un crecimiento sostenido similar al registrado entre 2003 y 2008 o si la agudización de la crisis europea, que viene generando inestabilidad en los mercados financieros, impacta en la economía local provocando una nueva caída. El temblor financiero que tuvo epicentro en los países centrales a fines de 2008 afectó fuerte al país. Hasta julio de ese año, el crecimiento interanual acumulado era del 8,1 por ciento, en diciembre se había reducido a 6,8 y en julio de 2009 la economía ya estaba en recesión. Con ese antecedente tan cercano, apenas comenzaron los ajustes fiscales en el sur de Europa los temores volvieron a resurgir. El objetivo oficial es consolidar el crecimiento “chino”, pero antes habrá que esquivar la recesión “europea”.
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