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Economía|Jueves, 26 de agosto de 2010
El reflotado G-7 empresario trató la toma de plantas de Siderar y eludió Papel Prensa

Disgustados con los modos de camioneros

El establishment empresario reanudó sus encuentros para expresar desagrado por la acción gremial del sindicato de camioneros contra Techint. También trató el 82 por ciento móvil de las jubilaciones y el informe Papel Prensa, pero no se pronunció.

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Carlos Enrique Wagner, presidente de la cámara de la construcción y anfitrión ayer del G 7. Lobby en marcha.

Los principales referentes empresarios, que integran el grupo de presión denominado G-7, manifestaron su preocupación por la puja gremial que pareció intensificarse por estos días. Los reclamos que existen en distintos sectores fue el eje central de la discusión, ya que –para los empresarios– se trata de una avanzada en contra de la “tradición sindical” del país. Los directivos criticaron el accionar del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y su hijo Pablo, quienes impulsaron una medida de fuerza con el objetivo de lograr el blanqueo de unos cinco mil transportistas que emplea de manera indirecta Siderar. También se trató en la reunión las implicancias de elevar la jubilaciones al 82 por ciento, el informe sobre Papel Prensa y el fin de las facultades delegadas.

Los encuentros de este conglomerado empiezan a ser habituales. La reunión anterior que mantuvieron los representantes de las cámaras empresarias fue en los primeros días de agosto, en el marco de la Exposición Rural. Esta vez el anfitrión fue Carlos Wagner, titular de la Cámara de la Construcción. Participaron el presidente de la Asociación de Bancos Privados (Adeba), Jorge Brito; de la Cámara de Comercio, Carlos de la Vega; de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati; de la Unión Industrial, Héctor Méndez, y el vice de la Bolsa de Comercio, Horacio Fargosi. Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa, no asistió debido a que se encontraba internado por un ataque de presión.

Las reuniones mantuvieron el formato –al menos en lo que concierne a lo comunicado– de analizar algunos de los temas que se debaten por estos días en la opinión pública. No obstante, los directivos mantienen estos encuentros como una manera de contar con una agenda común con la que presionar al gobierno nacional.

De acuerdo con lo informado por esas entidades, en el almuerzo llevado a cabo en la sede de la Cámara de la Construcción se coincidió en el “rechazo y desagrado ante los últimos episodios políticos y sindicales que pusieron en peligro la actividad privada productiva y afectaron a los Grupos Clarín y Techint”. Con respecto al monopolio periodístico, la posición no fue tan unánime. De hecho, algunos de los empresarios reunidos ayer participaron del acto de presentación del informe sobre Papel Prensa. “Si te invita la Presidenta, ¿cómo no vas a ir?”, dijo De la Vega a este diario. El empresario sostuvo que su presencia estaba confirmada “desde el principio”.

A pesar de las diferencias con el resto de las entidades, las que –como en el caso de la UIA– anunciaron su ausencia, no hubo pases de factura ni “necesidad de dar explicaciones”. El tema sobre Papel Prensa “se trató muy por arriba”, confirmó otro de los presentes.

El conflicto entre el sindicato de camioneros y la empresa Techint –que derivó en el bloqueo de las plantas de Siderar– acaparó buena parte de la charla. “Se trata de un tema de encuadramiento gremial. En los últimos días se inició una puja entre la Federación de Empleados de Comercio y Moyano por todos los empleados que trabajan en torno de los camiones, como los apuntadores”, explicó De la Vega. El directivo sostuvo que eso va en contra de lo que “fue el uso y costumbre histórico: la actividad de la empresa es la que determina el sindicato de sus empleados”. “Ahora pretenden que existan ocho gremios en una misma empresa”, agregó.

El conflicto con Siderar surge a partir de la diferencia que existe entre los salarios de los trabajadores enrolados en el gremio de camioneros y los de otros sindicatos, cuando se trata de la actividad transportista. Los camioneros que contrataba Siderar cobraban dos mil pesos contra casi ocho mil de un trabajador del gremio que dirige Pablo Moyano. Los empresarios también trataron el tema del “trabajo en negro y los avances de los planes concretados”, según relató De la Vega.

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