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La huelga de petroleros que paralizó la producción en el norte de Santa Cruz durante 26 días fue levantada finalmente anoche, al ingresar a cumplir sus tareas el turno de las 20 horas, y luego de que las asambleas de operarios aprobaran el convenio alcanzado en la madrugada de ayer en el Ministerio de Trabajo. El acuerdo, del que participaron la Federación Sindical de Petroleros, empresarios del sector y funcionarios de la cartera laboral, reconoce el pago de los salarios caídos y reabre la discusión en torno del aumento salarial reclamado. Son las mismas condiciones acordadas dos semanas atrás, pero que entonces no fueron acatadas por las asambleas de base, que reclamaban que se separara al titular del gremio local, Héctor Segovia, para levantar el paro. Segovia fue desplazado por la Justicia y desde ayer el sindicato petrolero santacruceño es dirigido por un interventor de la federación, que llamará a elecciones en un plazo no superior a 90 días. Por ahora quedaron disipados los temores de desabastecimiento.
El conflicto se desató al inicio de abril por una disputa salarial que derivó en una paralización total de tareas. Segovia cerró pocos días después un acuerdo con las tres principales petroleras que operan en la zona (YPF, Pan American y Oxi) en base a un aumento escalonado, pero la propuesta fue rechazada en asambleas. El paro continuó, provocando la primera crisis en el sindicato local, entre Segovia y su adjunto, Rubén Retamoso. Una semana después, Segovia logró reabrir el debate con las empresas, pero ya su condición de dirigente estaba seriamente cuestionada. El secretario general de la Federación Sindical, Alberto Roberti, aseguró ayer, a primera hora, que el conflicto estaba “terminado” y anticipó que los trabajadores levantarían el paro en el transcurso de la jornada. “Están cumplidas todas las pretensiones de lo que fue la multitudinaria asamblea de la semana pasada”, señaló, haciendo implícita referencia al desplazamiento de Segovia. “Hemos puesto en funciones a nuestro delegado normalizador, estaríamos convocando a elecciones en el plazo de 90 días que nos da la intervención”, agregó. Por la tarde, una asamblea en la localidad de Pico Truncado, con la presencia de 120 delegados representantes de diferentes lugares de trabajo, resolvió dejar de lado la medida de fuerza.
Roberti recién intervino en el conflicto este último fin de semana. Antes, el ministro de Planificación, Julio De Vido, le había demandado “mayor enjundia en resolver el tema”, cuando el sindicato de base quedó acéfalo por la decisión judicial de desplazar a Segovia. “Demoró casi 72 horas en designar su delegado”, le imputó De Vido, que además recordó su pertenencia al sector político de Francisco De Narváez al reclamarle a éste que “le pida racionalidad” a Roberti.
El lunes por la noche, mientras los trabajadores y delegados aguardaban en vigilia en los campamentos una resolución favorable para levantar el paro, allegados a Segovia mantenían ocupada la sede sindical en Pico Truncado. Los dirigentes de la Federación, en tanto, junto a empresarios del sector, negociaban una salida que recién alumbró en la madrugada tras cinco horas de deliberaciones. Anoche, pasadas las 20, los trabajadores retomaban paulatinamente las tareas en los pozos de la localidad de Las Heras, del yacimiento Cañadón Seco, que iban a permitir reanudar la producción. Ahora comienza una nueva negociación salarial.
Mientras se apagaba este foco de conflicto, otro parecía encenderse en Luján de Cuyo, Mendoza. Trabajadores petroleros bloquearon durante más de seis horas el ingreso a la destilería de YPF en esa localidad en reclamo de aumentos salariales. Pero ya cerca del mediodía, se retiraron al abrirse negociaciones entre la empresa y el sindicato SUPE. La demanda es un aumento del 30 por ciento más adicionales, que sumarían otros cinco puntos.
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