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La tensión en el mercado de cambios se está reflejando más en la cotización del limitado circuito de operaciones clandestinas (denominado “dolar blue”) que en el mercado abierto. La cotización en el circuito donde operan quienes necesitan ocultar su identidad, por el origen o el destino que pretenden dar a los fondos, tocó ayer los 4,25 pesos por dólar. En el mercado regular, el de las casas de cambio y bancos, el valor de la divisa se mantuvo en 4,10 pesos, aunque asistido por el Banco Central para equilibrar la oferta y la demanda. En tanto, el fortalecimiento a nivel global del euro frente a la moneda estadounidense tuvo su reflejo en la plaza local donde el precio de la divisa europea alcanzó los 6 pesos, el mayor registro en 15 meses. También se trata de un mercado reducido, donde el año pasado se registraron el 4 por ciento de las transacciones cambiarias.
La presión por la apreciación del tipo de cambio afectó a toda América latina. En algunos casos como Brasil, ese proceso se ve exacerbado por el ingreso de capitales de corto plazo. En Argentina, el Banco Central mantuvo su política de intervención del mercado cambiario comprando los dólares excedentes para preservar la competitividad y reducir la volatilidad. A su vez, la caída en el tipo de cambio de los principales socios comerciales facilitó la preservación de un valor nominal de la moneda estable y sin sobresaltos en un escenario de aumentos de precios. Así, sin necesidad de recurrir a una fuerte devaluación de la moneda, mejoró su competitividad. En tanto, la divisa acumula un alza nominal del 3,3 por ciento desde que empezó el año.
La creciente apreciación que evidencia la moneda en Brasil, donde la cotización del dólar retrocedió hasta 1,56 real, facilita esa estrategia. En ese escenario, el precio del dólar cerró ayer en 4,10 pesos y las reservas internacionales de la entidad que encabeza Mercedes Marcó del Pont ascendieron hasta los 51.860 millones de dólares, 30 millones por encima del cierre anterior.
Sin embargo, ese escenario es subordinado por los interlocutores del establishment desde donde resaltan la emergencia de un mal llamado mercado paralelo, con cotizaciones que superan en más de 15 centavos las del mercado libre. Las elecciones presidenciales de octubre y el posible posicionamiento en dólares precautorio y especulativo que realizan muchas empresas en esos momentos componen un elemento adicional en ese relato. De todas formas, en el Banco Central reiteran su compromiso con la preservación de un tipo de cambio competitivo y estable y enfatizan el poder de fuego de la entidad para desarticular posibles tensiones en la paridad cambiaria.
En las cuevas donde el dólar cotiza a 4,25 pesos se canalizan las operaciones que buscan eludir los controles fiscales que regulan el ingreso y la salida de capitales. Esa situación eleva los costos y riesgos que implican esas operaciones y, por lo tanto, según sostienen de la CNV, es esperable que su precio sea mayor al registrado para el tipo de cambio formal. En promedio, se negocian cerca de 20 millones de dólares diarios en ese circuito paralelo, contra los 600 millones que moviliza diariamente el mercado regular.
Por su parte, la Bolsa porteña y los principales títulos públicos cerraron la jornada con leves caídas. El índice Merval registró una baja de 0,8 por ciento liderado por el comportamiento de los papeles financieros en una jornada donde se registraron negocios por 51 millones de pesos. Las acciones del Banco Francés cedieron 2,6 por ciento y las del Grupo Financiero Galicia bajaron 2,2 por ciento. El resto de las entidades que cotizan Macro, Hipotecario y Patagonia retrocedieron entre 0,5 y 1,1 por ciento. Los papeles de la empresa agroalimentaria Molinos Río de la Plata evidenciaron una baja del 2,7 por ciento. En el mercado de bonos, el Cupón PIB y el Descuento cedieron 1,1 por ciento, mientras que el Par mejoró 1,3 por ciento.
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