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El cuarto foro del Plan Estratégico Industrial 2020 reunió ayer a los distintos actores de la cadena de valor de maquinaria agrícola. Los objetivos planteados en el encuentro apuntan a revertir el déficit comercial del sector, de 450 millones de dólares, impulsar la creación de ocho mil puestos de trabajo y fortalecer al entramado de proveedores locales. Para lograr esas metas, el Ministerio de Industria proyecta que será necesario duplicar la producción interna de tractores y cosechadoras. Se trata de los dos segmentos de mayor valor agregado, que generan el grueso del rojo en el balance comercial. Por su parte, los empresarios consideraron relevante profundizar las líneas de financiamiento para los consumidores de maquinaria y resaltaron la necesidad de un mayor desarrollo de las firmas agropartistas.
A partir de 2002, la devaluación, el sostenido incremento en las cosechas agropecuarias y el boom en el precio de los commodities dieron lugar a una fuerte expansión del sector de maquinaria agrícola. Sin embargo, la desarticulación productiva experimentada durante la década del ’90 dejó al sector con capacidades limitadas para responder al escenario actual. “La producción de maquinaria agrícola creció 170 por ciento desde 2003, pero debemos dar un salto en calidad y escala para autoabastecer el creciente mercado interno, para no depender de las importaciones y exportar”, afirmó la ministra de Industria, Débora Giorgi. La funcionaria no participó del encuentro en Rosario ya que se reunió con el embajador de Brasil para intentar destrabar el conflicto comercial (ver página 5).
Superado el momento de catarsis sobre coyuntura que realizan los empresarios durante este tipo de encuentros, tuvo lugar un rico debate con eje en el largo plazo. Según el CEP, que depende de la cartera de Industria, “el sector de maquinaria agrícola constituye el principal segmento de la industria nacional de bienes de capital”. El incremento en la demanda interna durante la década pasada favoreció la producción local de tractores y cosechadoras, pero las multinacionales ubicadas en Brasil –que se relocalizaron en el país vecino durante los años ’90– fueron las que más capitalizaron ese impulso.
Los tractores y cosechadoras de origen nacional representaron solamente el 29 y 21 por ciento, respectivamente, de las ventas totales en 2010. Así se acumuló un déficit comercial de 450 millones de dólares y en Industria proyectan que esa cifra podría duplicarse para 2020. En cambio, sostienen que el cumplimiento de las distintas metas establecidas permitirá alcanzar un superávit de 455 millones de dólares. En cambio, en el sector de sembradoras e implementos (como pulverizadores, tolvas, remolques) casi la totalidad de lo que se vende en el mercado local es de origen nacional y existe un destacado desarrollo tecnológico. Las exportaciones de la industria de maquinaria agrícola están concentradas en el mercado regional, fundamentalmente Uruguay y Venezuela.
Los empresarios y los representantes de las distintas cámaras –Cafma y Afat– que participaron del encuentro coincidieron con esas proyecciones. En las mesas de diálogo organizadas ayer, reclamaron mayores facilidades de financiamiento para los consumidores de maquinaria y enfatizaron la necesidad de mejorar la homologación de piezas y las certificaciones de calidad de los proveedores. Los funcionarios de la cartera de Industria se comprometieron a trabajar junto con el Banco Nación para ofrecer nuevas herramientas crediticias para la compra de maquinaria. Para lograr esos objetivos, Industria dará al sector trato preferencial –mayores beneficios fiscales– en el proyecto de Ley de Promoción de Inversiones que se enviará al Congreso Nacional y se profundizarán las herramientas de financiamiento blando.
Los funcionarios de la cartera son optimistas y sostienen que es posible lograr una importante reducción del déficit comercial en el corto plazo. En ese sentido, señalan que existen proyectos para producir tractores y cosechadoras que están siendo analizados por distintos fabricantes en sus casas matrices. Recientemente, la empresa Case New Holland, de Fiat, la segunda más grande del mundo, anunció una inversión por cien millones de dólares para producir tractores, motores y cosechadoras.
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