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Economía|Jueves, 20 de marzo de 2003
LOS PLANES DE PRAT GAY PARA “REFUNDAR” EL BCRA

No más “magia” ni “atajos”

Por Claudio Zlotnik
Alfonso Prat Gay y Pedro Lacoste deben ser de los pocos funcionarios que pueden proyectar para el mediano plazo. A 38 días de las elecciones, la cúpula del Banco Central –con mandato hasta setiembre de 2004– utilizó una tribuna académica para comentar los próximos pasos de la autoridad monetaria. Prat Gay también se pronunció a favor de levantar “gradualmente y en forma cautelosa” el corralón y pronosticó que la inflación del año próximo se ubicará en un dígito. Frente a medio millar de economistas y estudiantes que lo escuchaban, Prat Gay lanzó frases polémicas. Dijo que es preciso “olvidar los atajos y la magia” (en obvia referencia a la década de convertibilidad) y se propuso “refundar” el Banco Central ya que, durante los años ‘90, “sólo se dedicó a supervisar y a ser una caja de conversión”.
Prat Gay estudió en la Universidad Católica Argentina y ayer aprovechó ese ámbito para lanzar la nueva política monetaria que llevará adelante el Central. Precisamente, el seminario organizado por la UCA tenía el objetivo de discutir acerca de la nueva estrategia, denominada “inflation targeting” (inflación pautada). Esta herramienta, utilizada en 22 países, consiste básicamente en que el Central fija una meta inflacionaria para un determinado período y maneja discrecionalmente otras variables, como las tasas de interés, para lograr ese objetivo. Entre los expertos, la política de “inflación pautada” tiene tantos adeptos como opositores. Y la polémica estalló cuando expusieron los ex presidentes del Banco Central.
El actual titular del Central intercaló su exposición sobre la nueva política monetaria con datos de su gestión: adelantó que seguirá liberando los controles cambiarios y previó que la inflación de este año sería sensiblemente inferior al 22 por ciento pautado en el acuerdo con el Fondo. Si se anualizara la inflación del último semestre daría un 8 por ciento. En ese momento adelantó que los precios tendrán un incremento de un solo dígito en 2004. “Debemos sentirnos orgullosos: el 98 por ciento de los economistas previó una hiperinflación”, disparó.
Ni Prat Gay ni su segundo, Pedro Lacoste, dieron detalles sobre el levantamiento del corralón. Fuentes de Economía admitieron que, si bien la propuesta se conocería al mismo tiempo que se cierre el acuerdo con los bancos por las compensaciones, en el próximo paso se liberarían los Cedros de hasta 30 mil pesos. “Avanzamos: un año atrás, la totalidad de los depósitos se encontraba restringida. Ahora, apenas el 20 por ciento”, destacó el funcionario. En su intervención, que dio cierre al seminario al final de la tarde, Lacoste anunció que, hacia finales de este año, se creará un comité de política monetaria (Copom) que seguirá la marcha de la economía. El Copom, que tendría ocho integrantes, se reuniría quincenalmente y sus opiniones se publicarían, tal como sucede en otros países.
Con la enunciación de estos objetivos, la dupla Prat Gay-Lacoste busca posicionarse al frente de una serie de profundos cambios en la política del Central. Prat Gay habla directamente de “refundar” la institución, proceso del cual se ve como protagonista. “Durante los ‘90 faltó el debate y ahora nos encontramos con el peor de los enemigos: una pobreza galopante que nos compromete a todos”, enfatizó.
La iniciativa de Prat Gay provocó polémica. Economistas reconocidos entre los financistas como Ricardo Arriazu, defensor del tipo de cambio fijo, advierten que la política de “inflación pautada” sería ineficaz contra los movimientos de capitales y que, por tanto, la Argentina debería crear fondos anticíclicos para el momento en que las inversiones vuelvan al país.
El contrapunto más jugoso se dio entre los ex titulares del Banco Central Javier González Fraga y Roque Fernández. Mientras González Fraga dijo que “aplaudía” a un Banco Central que parecía aprender de las experiencias de las décadas pasadas, haciendo hincapié en una economía encrecimiento con mayor empleo, Roque lanzó una crítica áspera: “Con el inflation targeting se dejan de mirar los problemas reales, como la incapacidad de los sectores productivos de abrirse a la competencia y su lobby a favor de la devaluación”, disparó. El contrapunto González FragaRoque refleja la bipolaridad que se expresará en las próximas elecciones.

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