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Economía|Sábado, 15 de octubre de 2011
En el final del Coloquio, los empresarios se mostraron optimistas sobre el futuro

Cierre con guiños para el Gobierno

La jornada se centró en la discusión acerca de una articulación público-privada que permita seguir creciendo con inclusión social. “No hay dudas de que el Estado debe intervenir, y debatimos el cómo y el cuándo”, afirmó el titular del Coloquio, Horacio Martínez.

Por Cristian Carrillo
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El presidente del Coloquio de IDEA, Horacio Martínez (izquierda), conversa con Mauricio Macri y el gobernador electo de Santa Fe, Antonio Bonfatti.

Desde Mar del Plata

“Nos enfrentamos a desafíos importantes en el actual contexto de crisis internacional, pero nos vamos convencidos de que tenemos oportunidades concretas”, resumió ayer el presidente del 47º Coloquio de IDEA, Horacio Martínez, al clausurar el encuentro que se realizó en la ciudad de Mar del Plata. La tercera jornada se centró en la discusión acerca de una articulación público-privada que permita seguir avanzando en un entorno de crecimiento con inclusión social. “No hay dudas de que el Estado debe intervenir, y debatimos el cómo y el cuándo”, insistió Martínez. En un clima de marcada distensión, los empresarios se mostraron menos críticos que en otras oportunidades respecto del Gobierno, dando por sentada una victoria holgada del oficialismo en las elecciones presidenciales. De hecho, hasta en el panel más político del evento, que reunió a algunos gobernadores electos este año y al jefe de Gobierno porteño, los disertantes utilizaron la plataforma para chicanearse respecto de quién ocuparía el sillón de Rivadavia en 2015 (ver aparte).

Las instalaciones del Sheraton, donde se realizó el coloquio, se fueron vaciando con el transcurrir de las horas. La notable mejora en las condiciones meteorológicas –donde se registraron temperaturas de hasta 21 grados y un cielo despejado– le quitó público al evento. Algunos aprovecharon para realizar encuentros fuera del hotel y otros adelantaron el regreso a sus hogares. La disposición de los paneles también generó cierta dispersión de los invitados, con largos intervalos y cambios constantes –casi siempre adelantamientos en las exposiciones– de la agenda. Los pasillos, una habitual usina de reuniones empresarias, exhibió amplios claros y el break para el almuerzo se extendió más de lo habitual y de lo acordado. El propio Martínez dio cuenta de esa situación al destacar que adelantaron las conclusiones, previstas para la cena de cierre, “por la labor de la prensa”.

La principal preocupación de los empresarios, según el resumen realizado sobre los tres días de debate, es la crisis internacional y el impacto que pueda tener en la región. En ese contexto de incertidumbre, el desafío sobre el que coinciden los directivos es la necesidad de seguir siendo competitivos. Las variables típicas que son mencionadas por los hombres de negocios para ganar esa carrera, como los costos salariales y el tipo de cambio, fueron dejadas de lado para avanzar en una mayor productividad de la economía. El ex ministro de Economía Roberto Lavagna dijo que “no se puede ganar competitividad por esas vías. Explicó que una economía puede ser competitiva a nivel mundial por cuatro vías: bajo costo, gran escala de producción, diversidad en su matriz productiva y capacidad para mover la frontera científico-tecnológica. El economista descartó las dos primeras y aseguró que el país puede imponerse a partir de las otras. Respecto de la diversificación enumeró distintos rubros, entre ellos software, donde la Argentina tiene potencial. Sobre el último punto, destacó los “importantes avances que se están dando en la frontera tecnológica”. “No tiramos una piedra hacia arriba, enviamos un satélite al espacio”, agregó.

La coincidencia también en una mayor especialización e integración de la cadena de valor, casi unánime, tuvo una voz disonante. El director del Centro de Desarrollo Internacional de Harvard, Ricardo Hausmann, aseguró que la clave no es la especialización, sino la diversificación. “Los que se especializan producen poco y de lo que ya existe”, fue su argumentación.

El empresario del sector vitivinícola, Alberto Arizu, fue uno de los que hicieron una mayor defensa sobre la agregación de valor, apoyado en el Plan Estratégico 2020 que encara su sector. “El objetivo es continuar desarrollando el mercado interno, pero sin descuidar la promoción de las exportaciones. En este sentido el Plan es un excelente ejemplo de trabajo mancomunado y consenso: los productores y los gobiernos juntos”, opinó el directivo de Wines of Argentina.

El secretario de Asuntos Internacionales de la Federación Argentina de Empleados de Comercio, Rubén Cortina, insistió en la necesidad de salir del “fanatismo de los dos extremos”: Estado versus mercado. “Se puede mejorar la articulación superando la antinomia. La articulación público-privada en el ámbito de la negociación colectiva permitiría favorecer al conjunto de la sociedad a partir de sus repercusiones económicas y sociales”, expresó. La idea de Cortina disparó una intervención del presidente de la Copal y vice de la UIA, Daniel Funes de Rioja, quien subrayó que el rol del Estado “es indiscutible en la defensa de los derechos de propiedad y en la provisión de bienes públicos”. Más allá de los contrapuntos, el debate coincidió en que el objetivo es el crecimiento con inclusión, pero faltó fuerza en los argumentos. “En los paneles no hubo respuestas, hubo reflexiones”, sintetizó Martínez al presentar las conclusiones.

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