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Economía|Jueves, 24 de noviembre de 2011
El proyecto del rectorado de la UBA para cambiar el Plan volvió a comisión

El Fénix resiste como el gato Félix

En medio de un fuerte debate, el Consejo Superior de la UBA accedió a postergar la aprobación de su proyecto para modificar el funcionamiento del Plan Fénix. La próxima semana se debatirá con la presencia de los actuales miembros del grupo.

Por Tomás Lukin
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Abraham Gak es el director del Plan Fénix. Debería dejar el cargo si se aprobara el proyecto del rectorado.

La iniciativa del rectorado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para “adecuar” la composición y el funcionamiento del Plan Fénix fue postergada. A pedido de la Facultad de Ciencias Económicas, el proyecto regresó a comisión, donde será discutido el próximo miércoles con la participación de los miembros del Fénix, quienes serán consultados e informados. Durante la reunión del Consejo Superior, el espacio de toma de decisiones de la Universidad, los decanos de Odontología, Ingeniería y Exactas defendieron lo que consideran la institucionalización del programa y su modificación respecto del funcionamiento actual. Los miembros del Plan participaron del convite, expresaron su rechazo a la adecuación y señalaron que analizan “mudarse” a otra institución. El rector de la UBA, Ruben Hallu, respondió enfurecido y a los gritos los señalamientos del Fénix. Entre golpes a puño cerrado a la mesa del Consejo, acusó a los miembros del Fénix de pretender saltear el ámbito resolutivo de la Universidad.

El rectorado de la UBA quiere “adecuar” del Plan Fénix a las modalidades de los denominados programas interdisciplinarios de la Universidad. La iniciativa implica el desplazamiento del director del programa, Abraham Gak, dispone que cada facultad debe designar a sus representantes en el nuevo Fénix y, según reconocen en el rectorado, modificará la actual dinámica de funcionamiento del grupo. La resolución establece que el cargo de coordinador será ocupado por un profesor regular, emérito o consulto, características que excluyen al actual director del programa por ser profesor honorario.

El politólogo Oscar Ozslak, miembro fundador del grupo que hace once años nació como un espacio de resistencia al neoliberalismo, fue el encargado de presentar la posición de los integrantes: “El Fénix es un tanque de cerebros que tiene la UBA para expresar un pensamiento crítico e independiente sobre la situación económica del país y realizar propuestas de política para desarrollo económico sustentable con equidad social. No es un programa de investigación, aunque sus miembros son reconocidos investigadores de distintas disciplinas”, señaló, acompañado por los economistas Alejandro Vanoli, Haroldo Montagú y Alberto Müller.

“Pretender cambiar la modalidad de funcionamiento es tratar de colocarle un corset que el grupo considera inaceptable. Habrá que buscarle otra figura que permita sostener el programa. No puede ser adecuado a un esquema para el cual no ha sido concebido, a menos que se quiera utilizar el nombre. En definitiva, el Ave Fénix que nació de las cenizas va a renacer una y otra vez, no es necesario tener una marca registrada”, fue la conclusión de Ozslak, que desató la furia de Hallú. “Son irresponsables e irrespetuosos con el resto de los investigadores de la Universidad”, le contestó Hallu. Los colaboradores del rector señalaron que el exabrupto respondió a la “soberbia” de los miembros del Fénix para indicar cómo debe diseñar la UBA sus programas de investigación: “No pueden saltear al Consejo Superior y hablar de institucionalidad”, argumentaban.

La discusión de ayer en el Consejo Superior comenzó con una propuesta de Alberto Barbieri, vicerrector y decano de Económicas, donde funciona el Fénix, para que la iniciativa vuelva a ser analizada en la comisión con la participación de los miembros del grupo. Si bien Barbieri y Hallu forman parte de un mismo bloque político existen fuertes disputas entre ambos, y para algunos miembros del Consejo Superior el Plan Fénix se habría convertido en un nuevo escenario para esa puja de poder en la Universidad. En el Fénix consideran la medida como “el cese de las actividades”, y 45 de sus miembros señalaron en una carta al rector que “no integraremos ningún proyecto o programa que desvirtúe los fundamentos, integración y acción del proyecto”.

Los decanos Jorge Aliaga, de Exactas; Carlos Rosito, de Ingeniería, y María Beatriz Guglielmotti, de Odontología, que forman parte de la Comisión de Ciencia y Tecnología, resaltaron la relevancia de los aportes del Fénix al debate público, negaron que se trate de una iniciativa contra sus miembros o ideas, pero enfatizaron la necesidad de la “institucionalización” al funcionamiento de la UBA. “No se trata de apropiarse de algo, pero así como está planteado el Fénix no es compatible con las estructuras de la UBA. Tenemos que buscar una fórmula”, sostuvo Aliaga.

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