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Economía|Jueves, 15 de diciembre de 2011
Disputas en la UBA por el funcionamiento y la dirección del Plan Fénix

Por ahora está asegurada la continuidad

El intento del rector de la UBA, Ruben Hallu, de cambiarle el sentido al Plan Fénix suponía, además, el desplazamiento del actual director, Abraham Gak. El Consejo Superior de la UBA rechazó ayer la iniciativa.

Por Javier Lewkowicz
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Abraham Gak, director del Fénix, que seguirá siendo, por ahora, un proyecto estratégico.

El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) rechazó la iniciativa del Rectorado para modificar el funcionamiento del Plan Fénix y evitó el despido del director del programa, Abraham Gak. En una votación plagada de acusaciones sobre supuestas irregularidades, al final se decidió “asegurar la continuidad del Plan Fénix” y que sus miembros, junto a las autoridades de la Facultad de Ciencias Económicas, propongan al Rectorado antes de marzo una modalidad definitiva para el grupo, “que mantenga su actual espíritu adecuado a los requerimientos de la UBA”. Lo resuelto está en línea con lo que plantean los integrantes del Fénix y supone un duro revés para el rector de la UBA, Ruben Hallu.

“El decano Alberto Barbieri (de Económicas) garantizó que el funcionamiento actual del Fénix se mantenga, de forma que a partir de lo resuelto ayer no va a haber ningún cambio sustancial. Tal vez dejará de ser un ‘proyecto estratégico’, para llamarse ‘cátedra abierta’”, explicó una fuente del Fénix. La continuidad de Gak, de buena relación con Barbieri, quedó asegurada. “El Fénix tiene que seguir funcionando. Se adecuará su estructura de la manera que se sientan más cómodos”, indicó a este diario Barbieri. El viernes, la Legislatura porteña distinguirá al director del Fénix como Ciudadano Ilustre (ver aparte).

El Rectorado pretendía que el Fénix pasara a ser un programa interdisciplinario, en lugar de un proyecto estratégico, categoría que surgió en el año 2000. La propuesta del rector de la UBA suponía que el Fénix pasara a depender de la Secretaría de Ciencia y Tecnología y excluía directamente a Gak, que dirige el Plan desde su creación.

Para los miembros del Fénix, la intención de Hallu suponía disolver la estructura del Plan y restringir la independencia ideológica y política del proyecto, cuyos lineamientos ahora surgirían de la conducción de la UBA. En cambio, desde el Rectorado se argumentaba que el objetivo era darle al Fénix “una visión más amplia e interdisciplinaria” y encuadrar el Plan según el funcionamiento de los demás proyectos universitarios. El rechazo de parte de los miembros del Fénix y de las autoridades de la Facultad de Ciencias Económicas hizo que la propuesta oficial volviera, hace dos semanas, a comisión. Allí se consensuó, entre consejeros y los miembros del Fénix, que la Facultad resolviera junto a los integrantes del Plan la forma de adecuación a los parámetros universitarios, lo que suponía un espaldarazo al Fénix y a Gak. Sin embargo, varios consejeros se sorprendieron por la resolución que se pretendía votar ayer, en el marco de la última (y maratónica) sesión del año del Consejo Superior.

“Lo que está planteado no es lo que se acordó en comisión”, dijo César Albornoz, del claustro de profesores, cercano a Barbieri. “Se había consensuado otra cosa, esta resolución es incorrecta”, completó Matías Cordo, de graduados. Hallu respondió que “el despacho es el de la comisión, aunque puede no expresar la voluntad de algunos”. El firmante de ese despacho fue el decano Carlos Rosito, de Ingeniería. “Hubo unanimidad y no es esto”, respondió Cordo. La resolución que se disponía a ser votada dejaba al Fénix en manos de la Secretaría de Ciencia y Técnica y echaba a Gak. “El proyecto que se consensuó no está presente aquí”, denunció Leandro Altman, consejero estudiantil. “El despacho tiene firma, se puede votar punto por punto”, propuso Hallu.

En la votación hubo amplio rechazo para que la Secretaría de Ciencia y Técnica resuelva el futuro del Fénix. El decano Barbieri propuso, en línea con lo dispuesto en comisión, que el Plan siga funcionando bajo la órbita de Económicas, y que entre los miembros del grupo y la Facultad eleven en marzo una propuesta para que el Fénix encuadre en el esquema de la UBA. Desde el Plan Fénix aseguran que podría ser a través de la modalidad de una cátedra libre. La iniciativa fue aprobada por amplia mayoría.

Sin embargo, el decano de Económicas no se pronunció respecto del tercer punto: el despido de Gak. Según fuentes universitarias, Hallu tiene un enfrentamiento personal con el director del Fénix. El rector mantuvo varias reuniones con Aldo Ferrer para que asuma la conducción, que el economista rechazó, y también le pidió a Barbieri que eche a Gak. “Barbieri no iba a aceptar ese costo político, él trata de gobernar sin entrar en esas disputas”, interpretaron desde la Facultad. Por eso se habría sumado a la iniciativa del Plan.

Llegado el momento de votar, Hallu pidió hacer una aclaración: “Gak es contador, no doctor –como decía la resolución–”. La definición fue ajustada: once contra diez votos, se rechazó el despido de Gak. Apoyaron al director del Fénix los representantes de Odontología, Veterinarias, Agronomía y los de Económicas.

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