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Economía|Jueves, 5 de enero de 2012
Moreno planteó a empresarios que cuidar el superávit comercial es cuestión de Estado

No importar nada que se produzca acá

El Gobierno trabaja con la hipótesis de que la crisis internacional se puede agravar. Para anticiparse, pidió información detallada sobre las importaciones previstas y advirtió que las empresas deberán equilibrar su balanza.

Por Javier Lewkowicz
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Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, se reunió con las principales cadenas de supermercados.

La Secretaría de Comercio Exterior está ultimando detalles para rearmar el esquema de pedido, análisis y aprobación de licencias no automáticas de importación (LNA). Los empresarios importadores recibieron una planilla donde deben describir las operaciones que pretenden realizar, tanto la liberación de stocks de mercancías acumulados en la Aduana, como las compras esperadas para los próximos meses. De esa forma, en el Gobierno esperan tener una descripción acabada del panorama comercial y con ello dar señales más claras a los empresarios sobre los productos a los que se les facilitará la importación y a los que no. Además, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se reunió con supermercadistas para informarles que endurecerá el control sobre las compras externas, para que “no se importe nada que se produzca acá”, les dijo. También se mantiene el esquema de compensación comercial por empresa. Moreno les transmitió a los empresarios que el Gobierno aspira a un superávit comercial de entre 10 mil y 12 mil millones de dólares en 2012.

La entrega de licencias no automáticas quedó en buena medida frenada con el cambio de gabinete y la creación de la nueva Secretaría de Comercio Exterior a cargo de Beatriz Paglieri, cuyo equipo recién termina de conformarse con la economista Paula Español (ver aparte) y otros colaboradores. Sólo se mantuvo aceitada la entrada de productos en aquellos sectores en los cuales la operatoria se realizaba a través de un trabajo en conjunto entre el Ministerio de Industria y la Secretaría de Comercio Interior, como era el caso de calzado, neumáticos, electrodomésticos y juguetes. Las autorizaciones para la importación en el resto de los sectores estaban concentradas en Industria.

Las licencias, después del 10 de diciembre, pasaron a la órbita de Comercio Exterior, que inició un estudio de todo el esquema. Según les transmitió a empresarios, Paglieri pretende que el nuevo sistema funcione de forma más previsible y transparente, “para que los importadores sepan qué sí y qué no”. Conforme al estilo de Moreno, la previsibilidad no equivale a laxitud, sino que “define caminos más claros a tomar para lograr las cosas que uno quiere”, describió un empresario.

Los importadores están recibiendo planillas para que completen con los pedidos, vinculados tanto al stock que se fue acumulando desde las últimas semanas antes del cambio de gabinete como al horizonte de importaciones previsto para el año. Con ello, el Gobierno quiere organizar el abanico entero de las compras externas. A la vez, continuará la negociación con los sectores para que aumenten la producción local, las exportaciones y el empleo. “Están muy apurados en resolver el esquema de las licencias”, resumió un empresario textil.

El manejo del comercio exterior es un tema prioritario para el Gobierno, “una cuestión de Estado”, según la definición de Moreno, en función de la coyuntura externa. El funcionario reiteró en diversas conversaciones con empresarios que espera un segundo semestre de “economía de guerra”, a raíz de graves complicaciones que surgirían de la crisis internacional. Esa situación reduciría las exportaciones y presionaría fuertemente sobre las importaciones. Moreno afirmó que el Gobierno quiere que la balanza comercial cierre el año con un superávit de entre 10 mil y 12 mil millones de dólares. La desaceleración de la economía local favorecería ese objetivo.

Para avanzar en el manejo de la política comercial, el secretario se reunió esta semana con referentes del sector de supermercados. “Ratificó la continuidad del esquema, pero de forma menos tolerante. No se puede importar ningún alimento que tenga capacidad de reemplazo por la producción nacional, y las empresas deben tener una ecuación comercial equilibrada”, manifestó un empresario del sector. Las importaciones derivadas de contratos ya celebrados podrán ingresar, salvo operaciones “sospechosas” que se realicen a última hora. Mercancías que no se producen a nivel local, como por ejemplo café, bananas, atún, palmitos o ananá, serán importadas sin problemas, aseguró Moreno. “Pero ojo que acá sí hay jamón, así que no se necesita el jamón español”, ejemplificó el funcionario.

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