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Economía|Viernes, 15 de junio de 2012
EL MAGNATE MEXICANO SE QUEDO CON EL 8,36 POR CIENTO DE LA COMPAÑIA ARGENTINA

Slim desembarcó en la petrolera YPF

A través del Banco Inbursa, desembolsó 288 millones de dólares para quedarse con un 6,59 por ciento de las acciones que el Grupo Petersen perdió el mes pasado. Otro 1,77 por ciento lo obtuvo por intermedio de la Inmobiliaria Carso.

Por Fernando Krakowiak
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El presidente de YPF, Miguel Galuccio, dijo ayer que la incoporación de Slim es un respaldo a la nueva gestión.

El magnate mexicano Carlos Slim anunció ayer la adquisición del 8,36 por ciento de YPF. A través del Banco Inbursa, desembolsó 288 millones de dólares (11,1 dólar por acción) para quedarse con un 6,59 por ciento de las acciones que el Grupo Petersen perdió el mes pasado a manos de un pool de entidades financieras por haber incumplido con los vencimientos de los créditos tomados para ingresar a la petrolera. Además, Inbursa informó que desde hace algunas semanas ya poseía otro 1,77 por ciento al haber participado de la ejecución de las garantías sobre las acciones de Petersen a través de la Inmobiliaria Carso. “La incorporación del empresario mexicano al paquete accionario de la empresa es una clara señal al mercado financiero internacional”, afirmó anoche el presidente de YPF, Miguel Galuccio, a través de un comunicado donde también destacó que el desembarco de Slim es “una gran muestra de confianza en la Argentina y en el nuevo proyecto de la compañía”. La española Repsol, por su parte, oficializó ayer ante la Bolsa de Comercio que ya controla otro 5,6 por ciento de la petrolera que antes pertenecía a Petersen. De ese modo, su participación se elevó al 12 por ciento.

El Grupo Petersen, controlado por la familia Eskenazi, llegó a tener el 25,46 por ciento de YPF. En febrero de 2008 adquirió un 14,9 por ciento por 2235 millones de dólares y para concretar la operación se financió con el aporte de un pool de bancos y de la propia Repsol. En noviembre de ese mismo año puso 100 millones para elevar su participación al 15,46 por ciento y, en mayo de 2011, hizo uso de la opción que tenía por otro 10 por ciento, llegando al mencionado 25,46 por ciento, también con dinero prestado (1304 millones) por Repsol y un grupo de bancos. Esa deuda, los Eskenazi la estaban cancelando con las propias utilidades de YPF, pero luego de la expropiación el Gobierno adelantó que no se distribuirían ganancias entre los accionistas para fortalecer la inversiones de YPF. Finalmente, los Eskenazi no pudieron cumplir con los vencimientos de deuda y los bancos y Repsol ejecutaron las garantías y se quedaron con esos papeles. Una parte de las acciones que cayeron en poder de los bancos es la que ahora posee Carlos Slim a través de Inbursa y de Inmobiliaria Carso.

Slim, la persona más rica del mundo según el ranking que todos los años elabora la revista estadounidense Forbes, posee una fortuna de 69.000 millones de dólares. Este hijo de inmigrantes libaneses nacido en México el 28 de enero de 1940 comenzó a hacerse fuerte en el mundo de los negocios con el Grupo Carso, un holding que controla empresas dedicadas a la manufactura y comercialización de productos para la industria de la construcción, infraestructura, energía, electrónica, automotriz y telecomunicaciones. No obstante, su fortuna se consolidó a partir de 1990 cuando se quedó, junto con SBC y France Telecom, con la empresa mexicana de telecomunicaciones Telmex, privatizada por Carlos Salinas de Gortari. En el sector financiero opera fundamentalmente a través del Grupo Inbursa, que controla bancos, aseguradoras y fondos de pensión y de retiro.

En septiembre de 2008, compró un 6,4 por ciento del diario The New York Times, cuando la firma se encontraba en problemas financieros, y el año pasado adquirió un 3,2 por ciento del Grupo Prisa, que edita el diario español El País, cuando cotizaba en baja. En ambos casos, aclaró que se trató de una jugada estrictamente financiera y no una estrategia para convertirse en un empresario de medios.

En el caso de YPF, la llegada de Slim también pareciera explicarse por el bajo precio que ahora tiene la compañía. Cuando el Grupo Petersen ingresó a la petrolera en febrero de 2008 pagó 38,1 dólares por acción y ahora Slim se quedó con parte de esos papeles desembolsando sólo 11,1 dólares por cada papel. No obstante, esos 11,1 dólares podrían ser caros si el empresario mexicano creyera que la compañía argentina está en caída libre. Por eso Galuccio se encargó de destacar ayer que el ingreso de Slim “es una clara señal al mercado financiero internacional”.

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