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Economía|Jueves, 6 de septiembre de 2012
EL GOBIERNO ANULO LA LICITACION DEL ESPECTRO POR EL QUE PUGNABAN LAS TELCOS E INFORMO QUE LO ADMINISTRARA ARSAT

En la telefonía móvil, el Estado pisará fuerte

El Estado pasará así a concentrar el 20,1 por ciento de las frecuencias. El ministro de Planificación, Julio De Vido, aseguró que Arsat explotará ese espectro de manera directa o a través de terceros, decisión que podría favorecer a cooperativas y pymes del sector.

Por Fernando Krakowiak
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“Esto va a abrir el mercado, va a generar mayor competencia”, aseguró el ministro Julio De Vido durante el anuncio.

El Gobierno anuló ayer la licitación de una porción del espectro radioeléctrico por el que pugnaban las compañías de telefonía celular e informó que lo administrará a través de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat). De este modo, el Estado pasará a concentrar el 20,1 por ciento de las frecuencias disponibles. El ministro de Planificación, Julio De Vido, aseguró que Arsat explotará ese espectro de manera directa o a través de terceros, decisión que podría favorecer a cooperativas y pymes del sector. “Esto va a abrir el mercado, va a generar mayor competencia. De alguna manera, el Estado va a ofrecer un paraguas de protección para que el pequeño empresario no sea avasallado por la empresa concentrada”, sostuvo el funcionario.

El espectro que administrará Arsat es el que tuvo que devolver Telefónica tras haber absorbido los activos de Bellsouth en marzo de 2004. En ese momento, los españoles participaban en el mercado móvil con Unifon y los estadounidenses con Movicom. Una vez que se concretó la fusión, ambas marcas fueron reemplazadas por Movistar, pero la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) obligó a Telefónica a desprenderse del espectro que excediera los 50 MHz para evitar que la compañía tuviese una posición dominante en el mercado. Los españoles cumplieron con la exigencia recién en 2008, y desde entonces ese espectro está sin uso.

El Gobierno prometió que iba a licitar ese espectro. El anuncio generó expectativas en el mercado, pues la última vez que el Estado había subastado frecuencias para telefonía móvil fue en 1999, cuando Telefónica y Telecom todavía eran socios en Miniphone. En ese momento, había sólo tres millones de celulares en el país. Pasaron trece años y el número de líneas activas trepó a cerca de 40 millones, pero el espectro disponible no sólo no aumentó, sino que disminuyó. El déficit es más notable aún si se toma en cuenta que los servicios de tercera generación (3G) permiten conexión a Internet, televisión y descarga de archivos desde el teléfono móvil.

En mayo de 2011 se realizó el llamado a concurso público. Se presentaron Telecom Personal, AMX Argentina (Claro), Nextel, Multitrunk (Grupo Roggio) y Superfone (Grupo Uno). Luego de varias postergaciones, en febrero de este año se realizó la apertura de sobres para la precalificación. Entonces quedaron sólo las propuestas de Nextel y Claro. De Vido explicó ayer en conferencia de prensa que Multitrunk y Superfone no acreditaron la capacidad económica mínima exigida, mientras que a Telecom se lo descartó porque tiene un “proceso de concentración monopólica en trámite” (ver aparte).

Luego también se dejó de lado a Nextel porque, según dice la resolución que anuló el concurso, la sociedad NII Holding, controlante del oferente, y la que aportaría el mayor porcentaje de inversión, “muestra datos de vulnerabilidad que podrían afectar el desarrollo de las inversiones comprometidas”. De Vido aseguró ayer que cuando arrancó el proceso licitatorio la acción de NII Holding en Estados Unidos valía 43,86 dólares y cayó a 6,23 dólares el lunes pasado. “Si nosotros tomábamos como base la situación patrimonial local de la compañía hubiéramos adjudicado y hubiéramos colaborado a reposicionar el valor de la acción, pero evidentemente hay un juego especulativo que uno no termina de comprender y, si no es claro, es mejor descartar la oferta.” Por último, quedó la firma Claro, pero el ministro aseguró que se la descartó porque si a las frecuencias que ya tiene asignadas se le sumaba el 20,1 por ciento del espectro en disputa se la hubiera transformado “virtualmente en un monopolio”.

De Vido dejó en claro ayer que el objetivo del Gobierno es ampliar la competencia entre los operadores y fomentar el ingreso de nuevos prestadores. Por lo tanto, lo más probable es que la decisión de anular el concurso y asignarle el espectro a Arsat les abra las puertas a las cooperativas y pymes del sector, las cuales podrían asociarse con el Estado para brindar telefonía celular, aunque el funcionario no lo confirmó. De hecho, dejó abierta la posibilidad para que el Estado se asocie con grandes prestadores (“no es contra ellos esta decisión”, dijo) o brinde el servicio telefónico de manera directa.

Lo único seguro, por ahora, es que el ingreso del nuevo operador (o los nuevos) demorará un tiempo, porque todavía no está claro cuál va a ser el modelo a seguir. De Vido instruyó ayer al secretario de Comunicaciones, Lisandro Salas, para que desarrolle un plan de negocios junto con Arsat en los próximos quince días. Además, al operador que se sume no le espera una tarea sencilla, porque competirá en un mercado maduro, donde para crecer sólo queda la opción de ser agresivo para quitarles abonados a los jugadores dominantes.

Mientras el Gobierno define cómo seguir, en lo inmediato hay que destacar que el anuncio de ayer ya dejó ganadores y perdedores entre las empresas. Telefónica aparece entre los ganadores porque es la compañía que tiene más espectro disponible en el país y lo seguirá teniendo. Entre los perdedores se ubican Nextel, que sigue sin poder acceder a las frecuencias necesarias para ofrecer servicios 3G; Telecom, sobre la que aún pende la espada de Damocles debido a sus vínculos con Telefónica, y Claro, la firma del magnate Carlos Slim, que fue descartada sobre el final del concurso y seguirá teniendo menos espectro que Telefónica, su principal competidora (23,5 versus 29,4 por ciento del total disponible). No obstante, la realidad es dinámica y el juego todavía está abierto. Tanto Nextel como Claro podrían sumar espectro asociándose con el Estado, y aún resta la licitación para servicios de cuarta generación (4G) que revolucionarán el mercado debido a su mayor velocidad. Al usuario, el escenario que se abre le garantizaría más oferta y mejores precios. De Vido adelantó incluso que la comisión que encabeza el viceministro de Economía, Axel Kicillof, analizará los costos de las empresas que operan en el sector.

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