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La estrategia del Gobierno en materia de precios es segmentar los aumentos en tres categorías de productos: masivos, selectivos y premium. La diferenciación se aplica al menos en un sector sensible, como el de los alimentos, según revelaron ayer directivos de Molinos en un encuentro con la prensa. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, convoca a la compañía tres veces por año, por lo general en febrero, junio y noviembre. En esas oportunidades se monitorea el comportamiento de la demanda y la evolución de los costos y se acuerda la pauta de incrementos para cada franja. En 2012, los productos masivos tuvieron autorización para una suba del 7 por ciento, los selectivos del 14 y los premium del 18. Esos mismos porcentajes se repitieron en los tres años anteriores.
En el caso de Molinos, dentro del rubro “masivos” figuran marcas como harina Favorita, arroz Cóndor, pastas Regio y salchichas Hammond. Sergio Fandiño, gerente de asuntos corporativos de la empresa, explicó que el volumen de ventas de este segmento es el más elevado. Un escalón detrás se ubican los “selectivos”, donde entran marcas como harina Blancaflor, arroz Lucchetti y Susarelli, salchichas Vienissima y tortas y helados Exquisita. En cuanto a los premium, Molinos ubica allí a marcas como Patitas Granja del Sol, aceite de oliva Lira, arroz Gallo y fideos Don Vicente.
Esta estrategia de segmentación genera distintos impactos en los consumidores de acuerdo con su canasta de compras, y explica en parte las diferencias que aparecen en las mediciones de inflación según se ponga el acento en una u otra categoría. El Indec le da mayor peso en la ponderación a los bienes masivos, que son en términos de volumen los de mayor consumo. Molinos vende en el año 900 millones de paquetes de sus productos.
La empresa experimentó un fuerte crecimiento desde 2003 –la familia Pérez Companc había tomado el control en 1999–, especialmente en el segmento de cereales, que incluye desde la producción primaria hasta las distintas fases de industrialización, como harina, aceite y biodiésel. Allí facturará este año 11.500 millones de pesos, contra 4500 millones en productos finales alimentarios. La empresa concretó inversiones por 500 millones de dólares en los últimos tres años y volcará en 2013 otros 40 millones.
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