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Economía|Viernes, 3 de mayo de 2013
CAYERON UN 41,6 POR CIENTO DURANTE MARZO

Las escrituraciones en el tobogán

Las escrituras de compra-venta de inmuebles en la Capital Federal retrocedieron 41,6 por ciento en marzo respecto del mismo mes del año pasado. El informe del Colegio de Escribanos precisó además que se firmaron 6490 operaciones durante el primer trimestre del año, marcando una caída de 41,3 en relación con 2012. Los referentes del sector atribuyeron el parate a los elevados precios de las propiedades usadas. En algunos casos, hasta superan los valores de viviendas a estrenar (con características edilicias similares). El punto relevante para entender ese fenómeno es que, a diferencia de los desarrollos nuevos donde se ha pesificado el negocio, los inmuebles viejos conservan valores en dólares que no guardan relación con los costos de la construcción.

Uno de los problemas de la actividad inmobiliaria es que la oferta de las propiedades (usadas) se hace con precios que siguen de cerca la cotización del mercado blue. Los dueños sólo aceptan escriturar en dólares o intentan cobrar en pesos una cifra que toma como referencia al dólar paralelo y no al oficial, en connivencia con las inmobiliarias. Ese escenario no es aceptado por los compradores, generando cada vez menos transacciones en el mercado. El que tiene dólares prefiere no utilizarlos en una operación inmobiliaria. Eso se explica por un motivo de incertidumbre, pero también de especulación a partir de las expectativas de devaluación que exacerban distintos grupos de poder económico. Mientras que el que tiene moneda local no convalida los precios en pesos de propiedades que ajustaron en función de una brecha cambiaria que poco tiene que ver con el costo de las edificaciones.

“Los desarrolladores, rápidos de reflejos, pesificaron las construcciones y vienen ajustando los precios no en función del dólar sino de los costos”, dijo a Página/12 José Rozados, titular de la revista Reporte Inmobiliario. La perspectiva para los próximos meses es que la poca demanda y la competencia de las obras de pozo (nuevos desarrollos) presione cada vez más a propietarios que quieren –o necesitan– vender un inmueble usado hasta que reduzcan sus pretensiones en dólares. Por ahora, las inmobiliarias no ayudan porque mantienen la expectativa de cobrar sus comisiones en dólares.

Si bien el gran negocio de las inmobiliarias es la compra-venta, porque consiguen el mayor margen de beneficios, el freno de las escrituras las comienza a obligar a reconvertir sus actividades. Uno de los rubros a los que se vuelcan nuevamente muchas firmas, como no ocurría desde hace varios años, es a la administración de alquileres. Además, en muchos casos para superar la fuerte contracción de las ventas recortaron gastos operativos en las sucursales y en publicidad. El empleo formal, no obstante, se mantiene estable en niveles similares a los del primer trimestre del 2012, justo cuando empezó a desacelerar el sector.

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