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En el sector supermercadista se abrió una disputa entre las pequeñas y medianas empresas y las grandes cadenas. Los supermercados y autoservicios del interior del país impulsan una ley que obligaría a todas las empresas del sector a cerrar sus puertas los domingos. Según analistas de mercado, eso les permitiría competir en mejores condiciones con las grandes cadenas, que concentran una gran porción de sus ventas ese día de la semana. Los comercios del interior argumentan que permitir que todos los empleados descansen el domingo “mantiene y fortalece el vínculo familiar”. El antecedente es la reciente sanción de una ley de esas características en La Pampa. Hay fuerte oposición de parte de los hipermercados nucleados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que aseguran que la medida tendría un impacto negativo no sólo en el empleo directo, sino en todo el circuito comercial dominical.
La ley provincial sancionada en junio en La Pampa establece que “establecimientos comerciales que desarrollen actividades centradas en productos alimenticios y/o comercial general, y posean locales comerciales cuya superficie total sea superior a cincuenta metros cuadrados, desarrollen sus actividades de atención al público de lunes a sábado, entre las 7.30 y las 22.30, y los feriados, entre las 7.30 y las 14”. En caso de incumplimiento, la norma prevé sanciones que van desde un apercibimiento y multas hasta la clausura temporaria del local. El gobierno provincial reglamentó la ley la semana pasada y determinó que entre en vigencia a partir del 1º de septiembre.
Ayer la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), que agrupan a las cadenas regionales y pequeños y medianos mercados, difundieron un comunicado en forma conjunta donde manifiestan su acuerdo en “recuperar el descanso dominical”. “La tradición de compartir los domingos, la costumbre de comer en familia y diversas actividades son esenciales para mantener y fortalecer el vínculo familiar”, indica el texto.
También apoya la iniciativa la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La entidad es dirigida por Osvaldo Cornide: “Quiero insistir sobre la posibilidad de que la familia esté reunida el domingo en la ida al parque, la iglesia, el estadio de fútbol, el zoológico”, dijo. La propuesta consiguió el apoyo del papa Francisco. “Hay 200 mil pymes que tienen que estar abiertas obligatoriamente los domingos porque están abiertos los supermercados y los shoppings, y hay 300 mil empleados que no tienen franco el domingo, con efectos familiares nocivos”, agregó Cornide.
“La medida podría impactar en las grandes cadenas de supermercados, las que ese día tienen una fuerte participación en las ventas, sobre todo en los casos que se combinan con grandes centros comerciales. El consumidor puede comprar otro día, pero la lógica de consumo el domingo en las grandes superficies es distinta de la que rige en los comercios más chicos”, indicó Emiliano Schwartz, responsable de marketing de la consultora Tomadato. Según datos de los supermercados, un domingo de flojas ventas equivale al promedio diario de los otros seis días multiplicado por 1,5. “La gran superficie tiene la estrategia de vender lo que el consumidor necesita y algo más. Los domingos se va a pasear y se adquieren más cosas de las necesarias”, critican los comercios regionales.
“Las compras del domingo son parte de un plan recreativo y dinamizan otras actividades. Eso implica más consumo y más producción. Los supermercados contratan trabajadores para cubrir esos días, pagan un adicional y otorgan francos compensatorios. Tal vez en un pueblo chico puede funcionar el cierre los domingos, pero en las grandes ciudades es impensable, los hábitos han cambiado y los tiempos que las familias tienen para hacer las compras en la semana o el sábado se han reducido”, replican desde ASU.
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