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Economía|Martes, 18 de marzo de 2014
El IPC a nivel nacional registró una variación del 3,4 por ciento en febrero

Los precios del verano estuvieron calientes

El ministro de Economía dio a conocer la medición oficial. Aseguró que hubo incrementos injustificados y actitudes especulativas, pero destacó que desde la segunda mitad del mes pasado se aprecia una desaceleración en los aumentos.

Por Federico Kucher
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“Cómo es que algunos sectores pretenden vender más que en meses anteriores si subieron los precios en forma desmedida”, se quejó Kicillof.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció ayer un alza del índice de precios al consumidor del 3,4 por ciento en febrero, al tiempo que se acumuló un incremento del 7,2 por ciento en lo que va del año. El arrastre de precios por la devaluación de enero, la tendencia de empresarios de cubrirse de la incertidumbre cambiaria a partir de subas injustificadas y las expectativas inflacionarias explicaron este desempeño del indicador de precios a nivel nacional. El ministro apuntó que en la segunda quincena de febrero empezó a observarse una desaceleración de las remarcaciones, gracias a la estabilización de la economía en el frente externo. A su vez, criticó la dispersión de datos que computaron indicadores de inflación privados.

El aumento de precios del mes pasado fue similar al de enero, cuando se había registrado un alza del 3,7 por ciento. Kicillof explicó que en estos dos meses hubo productores y comerciantes que trasladaron en forma mecánica la suba del tipo de cambio del 20 por ciento a los precios. “Esto no tiene criterio económico, porque todos los sectores tienen en mayor o en menor medida una parte de sus costos en pesos, pero fue lo que ocurrió”, dijo el funcionario. Explicó que la estrategia del Gobierno fue reunirse con distintos sectores de la economía para revisar el incremento de precios y retrotraer las subas, las cuales en la mayoría de los casos los empresarios reconocieron que fueron excesivas. En este punto, el ministro destacó el acuerdo con la industria farmacéutica, donde hubo un relevamiento de Economía que registró que el sector cumplió con la promesa de disminuir los precios de lista a partir de marzo. Este sector fue una prioridad del Gobierno, por su alta participación en la canasta de consumo de primera necesidad de la población.

El funcionario precisó que, además del incremento del tipo de cambio, las expectativas de distintos empresarios acerca de cuál iba a ser la devaluación y la tasa de inflación fueron otro factor que impulsó el índice de precios al consumidor en los primeros dos meses del año. El escenario de incertidumbre y corrida cambiaria de comienzos de 2014 provocó una tendencia entre comerciantes de cubrirse con aumentos desmedidos frente a posibles alteraciones del tipo de cambio. Kicillof indicó que este rubro “por las dudas” potenció en algunos productos un salto de los precios. A su vez, esto explicaría que la mayor estabilidad del mercado de cambios y del frente externo a partir de mediados de febrero, con moderación de la caída de las reservas internacionales y un dólar en torno de ocho pesos, colaboró para descomprimir tensiones inflacionarias.

Los acuerdos a través del programa Precios Cuidados y las negociaciones con sectores que producen bienes sensibles para la población también incentivaron este fenómeno. “Estamos observando una leve desaceleración de precios, luego de esas semanas tan complejas donde subieron mucho electrodomésticos, insumos de uso difundido y distintos productos porque sí, inclusive medicamentos”, afirmó Kicillof. Agregó que “la tendencia permite un reacomodamiento, tras las fuertes distorsiones de precios de principios de año”.

El argumento fuerte del equipo económico en la mesa de negociaciones con sectores empresarios para moderar las remarcaciones es el efecto sobre el consumo. “El Gobierno no tiene intervención en la formación de precios. Sólo actúa en defensa del bolsillo de los consumidores y, me animaría a decir, de los mismos empresarios que fijan precios, porque los aumentos injustificados resienten la demanda. Pero eso la mayoría ya lo comprendió”, dijo Kicillof. La rama automotriz es un ejemplo concreto de esta situación, donde las ventas del bloque de autos cero kilometro retrocedió en los últimos meses, mientras que computaron un fuerte crecimiento las del segmento de usados. “Cómo es que algunos sectores pretenden vender más que en los meses anteriores, cuando incrementaron de forma desmedida los precios”, apuntó el ministro de Economía.

Las mediciones de inflación privada también ocuparon un espacio de la presentación de Kicillof. Estos indicadores de consultoras del mercado mostraron incrementos para febrero que fueron desde 3 hasta 5,4 por ciento. A su vez, en algunos relevamientos se observó una aceleración en relación con enero, cuando en otros la tendencia fue de desaceleración del proceso inflacionario. “Se desconoce qué productos miden y en qué comercios los miden. Estos valores surgen de una nebulosa y divergen olímpicamente entre ellos”, precisó el ministro. A su vez, apuntó que la discusión respecto de estos datos no debería ser cuál consultor da la medición más alta de inflación, sino cómo se construye el indicador. La crítica contra estos relevamientos que carecen de metodología resulta central para moderar expectativas de la población. El cuestionamiento, no obstante, pierde fuerza si no se aclara que estos datos son un producto de la pérdida de credibilidad del Indec entre 2007-2013.

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