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La producción de autos ascendió en marzo a 58.319 unidades, para retroceder 26,2 por ciento respecto del mismo mes del 2013. En lo que va del año, la fabricación sumó 147.416 unidades, con una caída del 16,2 por ciento interanual. Así lo informó ayer Adefa, entidad que agrupa a terminales automotrices. Este de-sempeño de la actividad se debió a dos frentes. El primero fue el retroceso de los despachos al mercado brasileño, el cual atraviesa un ciclo de estancamiento de la demanda. El segundo fue la contracción de los patentamientos del mercado interno, por el incremento desmedido de precios de las concesionarias. El año pasado el complejo automotor anotó un déficit comercial de 10.000 millones de dólares, mientras que para 2014 se calcula que el menor ritmo de negocios permitirá una fuerte reducción del rojo sectorial.
La producción de autos particulares fue el segmento que computó las caídas más elevadas de la rama. Las terminales fabricaron 37.482 unidades, con un retroceso del 30,6 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, al tiempo que en el primer trimestre se elaboraron 93.068 unidades, con una contracción del 22,7 por ciento. En cuanto a utilitarios, se anotaron 18.663 unidades en marzo, con una merma del 17 por ciento, al tiempo que en lo que va del año ascendió a 49.322 unidades, para caer 3,1 por ciento. A su vez, la producción de camiones pesados anotó 2174 unidades en marzo, al bajar 13,9 por ciento, y sumó 5026 unidades en los primeros tres meses, con un alza del 6,3 por ciento. Este último resultado no es menor si se tiene en cuenta que estos vehículos se emplean para el transporte de la cosecha del campo hasta los puertos y de otros bienes industriales. La liquidación de cereales y de oleaginosas entre enero y marzo alcanzó 4400 millones de dólares, con un incremento del 11 por ciento respecto de 2013. El informe de Adefa precisó que las exportaciones de rodados ascendieron a 28.787 unidades en marzo, contra las 41.591 unidades despachadas el mismo mes del 2013, al tiempo que en lo que va del año se comercializaron con el resto del mundo 74.348 unidades, cuando la cifra había sido de 90.432 unidades en el mismo período del año pasado. Esta performance se asoció con las menores compras de Brasil, mercado que representa 88,3 por ciento de las exportaciones de las terminales locales. Las ventas al mercado brasileño sumaron 65.641 unidades, con un retroceso de 13.349 unidades en relación con el primer trimestre del año pasado, lo cual se explicó por una economía que muestra un pobrísimo crecimiento. También porque el principal socio comercial empezó a reemplazar la compra de autos argentinos por vehículos del este asiático.
“Los números ponen de manifiesto la necesidad de continuar trabajando en la mejora de competitividad y acelerar las gestiones para alcanzar una mayor apertura hacia nuevos mercados, ampliando el potencial de producción local”, dijo Enrique Alemañy, presidente de la entidad que agrupa a las terminales nacionales. La dependencia del mercado brasileño genera una fuerte vulnerabilidad para la industria automotriz. Luego de Brasil, el segundo destino de exportación en marzo fue Europa, con una participación del 3,2 por ciento de las ventas. La lista se completa por México, con 2,3 por ciento de los despachos; Colombia, con 2,2 por ciento; Chile, con 1,4; Uruguay, con 1,1; Paraguay, con 1,0; Centro América, con 0,3; Ecuador, con 0,2, y Perú (y el resto de América), con 0,1 por ciento.
Además de la caída de las exportaciones, el retroceso de patentamientos del mercado interno fue el otro elemento que impactó en la actividad. El mes pasado se comercializaron 50.724 unidades, con una merma del 35 por ciento interanual, mientras que en el primer trimestre la cifra ascendió a 218.173 unidades, con una caída del 13 por ciento. Este desempeño se asoció con el incremento desmedido de precios de los comerciantes de autos cero kilómetro. A pesar que la devaluación afectó la estructura de costos de la actividad, incrementando los precios de venta, el ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró que la caída de la demanda se debió a la remarcación no justificada de los empresarios.
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