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Economía|Sábado, 14 de junio de 2014
LA INFLACION DE MAYO FUE 1,4 POR CIENTO. ES LA VARIACION MAS BAJA REGISTRADA EN LO QUE VA DEL AÑO

“Es el resultado de una batería de medidas”

El ministro de Economía, Axel Kicillof, destacó como positiva la evolución que muestra el índice oficial e hizo hincapié en que uno de los rubros que impulsa esa tendencia es Alimentos y Bebidas, de mucho peso en el consumo popular.

Por Javier Lewkowicz
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“Hay una fuerte desaceleración del índice”, aseguró Kicillof ayer durante la conferencia de prensa.

El Indice de Precios al Consumidor (IPC-Nu) que calcula el Indec creció 1,4 por ciento en mayo y acumula en los cinco primeros meses una suba de 13,5 por ciento. La variación del mes pasado fue la más baja de los informes de precios presentados en el año por el instituto y refuerza la tendencia a la desaceleración inflacionaria. Esa moderación es también observada, aunque con diferencias en los valores puntuales, por distintas mediciones privadas. El ministro de Economía, Axel Kicillof, destacó como positiva la evolución que muestra el índice oficial e hizo hincapié en que uno de los rubros que impulsa esa tendencia es alimentos y bebidas, de mucho peso en el consumo popular. En cambio, advirtió que el precio de los medicamentos subió por encima de lo acordado entre los laboratorios y el Gobierno (ver aparte). Página/12 consultó a tres economistas para conocer sus proyecciones de cara a los próximos meses en materia de precios.

Desde que el Gobierno modificó la metodología de medición a través del IPC Nacional, que nació con la tarea de cerrar un capítulo de total desprestigio de las estadísticas oficiales de precios, Kicillof presentó cada uno de los informes del nuevo indicador. Ayer se presentó el documento de mayo. “Hay una fuerte desaceleración del índice en general y en particular de algo que nos interesa como el rubro de alimentos y bebidas. La variación del IPC-Nu en enero fue de 3,7 por ciento, en febrero 3,4, en marzo 2,6, en abril 1,8 y en mayo 1,4 por ciento. Observamos que se consolida la tendencia a la baja”, indicó.

“Cuando anunciamos la variación de precios de enero, de 3,7 por ciento, políticos de la oposición, economistas y periodistas anunciaron que se venía una inflación anual del 53 por ciento. Multiplicaban el valor de enero por doce. En ese momento dije que ese ejercicio era incorrecto, injustificado y además malintencionado. Si bien igual de erróneo sería realizar lo mismo con el índice de mayo, lo que daría un total de 18,2 por ciento, nadie dice que la inflación está en ese nivel. Esto muestra que dan información sesgada para generar desaliento”, criticó el ministro.

Kicillof asoció la desaceleración de precios, que viene a moderar la fuerte suba de la inflación motivada por la devaluación, con la política del Gobierno: “Hemos aplicado una batería de medidas para trabajar sobre la variación de precios, para que no sean injustificadas, que no respondan al poder concentrado de algunos sectores de la economía. En esos sectores operan pocas compañías y hay mucha capacidad para fijar precios que varíen más rápido que los costos. Es una facultad que les permite obtener ganancia extraordinaria a costa de los consumidores. Para evitarlo, trabajamos con hidrocarburos, insumos básicos y automóviles, y en alimentos y bebidas a través de Precios Cuidados, que viene teniendo un éxito formidable que se refleja en el índice de precios”.

También repitió críticas a las mediciones privadas, en especial al llamado “IPC-Congreso”. “Yo lo llamaría índice de precios inconsistente, es promediar el error ajeno. Ahí hay un problema metodológico muy grande porque agrupa mediciones distintas, que dan valores dispersos”, dijo Kicillof. Esa medición (junto a otras de varias consultoras privadas) cobró repercusión frente el desprestigio del anterior IPC del Indec.

Lo que viene

Página/12 consultó a varios economistas para conocer cuál es el escenario que proyectan para los próximos meses. En general coinciden en que lo peor ya pasó en materia de precios. Futuros movimientos del tipo de cambio y reducciones de subsidios podrían alterar el panorama.

Marina Dal Poggeto, directora del Estudio Bein, precisó que “nuestros números marcan una desaceleración parecida a la del Indec. Y junio viene incluso más bajo que mayo. Se percibe una importante de-saceleración de los alimentos de la mano de la caída de la carne. El análisis que hacemos es que después del shock devaluatorio, el ancla cambiaria, junto a la demanda, que no convalida aumentos, contribuyeron a la desaceleración”. Proyecta un aumento promedio mensual del 2 por ciento para llegar a diciembre con una variación interanual del 32,5 por ciento.

“La economía ya venía en un proceso de inflación importante, que se agudizó con el sinceramiento de variables como tipo de cambio y tarifas. Llegó a estar casi en el 30 por ciento anual y ahora está seguro por encima de ese valor”, señaló Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica. “El mercado estima que el tipo de cambio no se va a sostener en este nivel, se espera cierto aumento del dólar. Por eso pienso que la desaceleración tocó el piso, no se va a llegar más abajo”, postula.

A diferencia de Castiñeira, Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), ve improbable que el Gobierno aplique una nueva devaluación. Explica que “el aumento de precios alcanzó un máximo y se va a mantener en torno del 30 por ciento anual”. En esa estimación incluye cierto traslado a precios de los aumentos salariales y también alguna quita de subsidios. “Ahora se está volviendo a los números previos a la aceleración de la devaluación durante el año pasado. Estamos en el nivel mensual de inflación de mayo de 2013”, agregó. Advierte que los precios podrían llegar a moverse más si hubiera faltantes de productos específicos como trigo o carne.

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