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Economía|Jueves, 11 de septiembre de 2014
La Presidenta reivindicó los avances del sector productivo en los últimos años

En defensa del modelo industrial

Aseguró que no es casual que justo ahora quieran voltear la reestructuración de la deuda. Críticas a varias automotrices.

Por Javier Lewkowicz
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“Les pido que esto que hemos logrado no se derrumbe”, sostuvo.

“Contamos con el yacimiento de Vaca Muerta, uno de los más importantes del mundo, somos el quinto proveedor de alimentos a nivel global, tenemos un complejo de maquinaria agrícola sin precedentes, recursos humanos calificados, repatriamos investigadores, producimos software y contenidos artísticos de primer nivel. Este potencial no les gusta a algunos. Ellos vienen por esta Argentina que ha sido distintiva en la región. No es casual que justamente hoy se le ocurra a un juez municipal intentar tirar abajo la reestructuración de la deuda de 2005 para que volvamos a endeudarnos.” Con un discurso que reflexionó sobre aspectos sectoriales y macroeconómicos y tuvo un fuerte planteo de mediano plazo, con varias alusiones a la cercanía del recambio de gobierno del año que viene, la presidenta Cristina Fernández inauguró ayer la cena en festejo por el Día de la Industria, en Tecnópolis.

El evento tuvo lugar en un contexto político de cruces con el empresariado que tiene presencia mediática. El proyecto para actualizar la Ley de Abastecimiento dominó la escena del último tiempo, a tal punto que puso en duda la presencia de la cúpula de la UIA en la cena (ver nota aparte). CFK dedicó una buena parte de su discurso a la situación del sector automotor, criticó a los laboratorios y elogió a YPF.

“Esto no es un festejo, nunca he venido acá a cantar ni a bailar. Esto es un acto de convicción, apostar a la industrialización no es una decisión económica sino política”, empezó la mandataria y despertó el primer aplauso de la noche, en un tiro por elevación al titular de la UIA, Héctor Méndez, quien había dicho días atrás que la industria no tenía nada para festejar. Méndez finalmente asistió y compartió la mesa principal junto a Cristina. Se sentó al lado del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien ladeó, junto al ministro de Economía, Axel Kicillof, a la Presidenta. También integraron esa mesa la ministra de Industria, Débora Giorgi; su par de Planificación, Julio De Vido; y el titular de YPF, Miguel Galuccio. Por el lado del sector privado, además de Héctor Méndez, estuvieron Guillermo Moretti (UIA), Osvaldo Rial (Uipba), Marcelo Fernández (Cgera), Ider Peretti (CGE), Edgardo Gambado (Came), Roberto Urquía (Aceitera General Deheza), Enrique Alemañy (Adefa) y Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción).

Entre los tres mil asistentes, de estricto traje, un grupo de empresarios de origen chino de firmas vinculadas con la construcción de las represas conversaba con gente de Electroingeniería, que adelantan que esperan el primer desembolso de 500 millones de dólares para octubre. Supermercadistas del interior, en tanto, admitían que “las ventas no van mal, en algunos lugares incluso crecieron. Habrá que creerle a Cristina”.

Con la Presidenta al micrófono, Alemañy fue el primero en tener que reacomodarse en su silla. No se esperaba menos, después de una reunión del sector con la Presidenta donde hubo muchos reproches hacia las empresas. “Me acuerdo de Henry Ford, de su empresa Alemañy. Ese era un verdadero capitalista, ya quedan pocos en el mundo. Decía que tenía que aumentarles el salario a los trabajadores porque si no nadie iba a comprar los autos”, dijo la mandataria. Acto seguido, destacó la reciente inversión de Toyota por 6 mil millones de pesos. “Hay que admitir que no todas las empresas son iguales”, deslizó. En diálogo con este diario, autopartistas se definieron frente a la cuestión del empleo: “A veces es mejor despedir a 20 y no cerrar y que se queden todos sin trabajo”.

También criticó la decisión de las casas matrices de las terminales de no diversificar mercados de exportación y concentrarse en Brasil, cuya demanda está en baja. Se refirió además al boicot al Pro.Cre.Auto, que atribuye a las empresas. “La gente quiere comprar y determinados empresarios no le quieran vender. Si no boicotean el plan, podemos llegar a las mismas cifras de patentamientos del año pasado”, estimó. Según la Presidenta, “si sacamos la caída que tuvo el complejo automotor, hoy el índice que mide la actividad industrias estaría creciendo entre 1,2 y 1,5 por ciento”.

Otro eje del discurso fue YPF. La Presidenta destacó la inversión de la firma estatal y las asociaciones que concretó con empresas privadas. Destacó además que las cuentas públicas registrarían superávit fiscal y financiero, si no tendríamos que importar energía y luego subsidiarla. También defendió la nueva la ley de hidrocarburos que propone el Gobierno. “Los 100 mil a 200 mil millones de dólares que vamos a necesitar para Vaca Muerta no se consiguen sin reglas claras y de largo plazo”, dijo.

Sobre el final, destacó la resolución del martes de la ONU en apoyo a la posición que dio su mirada hacia adelante. “Les pido que esto que hemos logrado no se derrumbe. Que se acreciente, se mejore, se siga con este proceso de industrialización, de valor agregado y de tecnología. Ojalá muchos presidentes puedan cenar con ustedes y poder mirarlos de frente. Si logramos que sean 20 o 30 años de políticas de administración de comercio, de industrialización, de educación, de ciencia y tecnología, de paritarias y de conservación de YPF, vamos a ser un país muy diferente.”

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