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Economía|Domingo, 14 de septiembre de 2014
OPINION

Thriller financiero

Por Alfredo Zaiat
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El guión es conocido. Los actores son los mismos. Los canales de difusión amigables se repiten. Las locaciones para las escenas son reconocibles por la cantidad de veces que fueron utilizadas. El reiterado thriller financiero se desarrolla de una a tres veces por año según la cantidad de espectadores. El trabajo de director es distribuido entre quienes piensan que tienen prestigio en la sociedad, sólo porque el alcance de la escucha está limitado a las pocas manzanas de la city. Se ha instalado en la cartelera en forma permanente desde 2007 y hasta noviembre de 2011 arrasó con unos 80 mil millones de dólares del Banco Central. Después se establecieron límites a esa pérdida de reservas, que no detuvo la caída pero evitó el saqueo total, pero la corrida se reconfiguró como una intensa presión en el mercado cambiario vía el denominado blue. Antes restando dólares a la reserva y ahora ampliando la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, el libreto del thriller tiene el mismo final: conseguir una brusca devaluación, que se sabe es regresiva en términos económicos, sociales y políticos. Luego de insistir mucho, recién en enero de este año lo lograron, pero ahora van por una segunda versión. Conocer el libreto de la primera debería servir para no tener el mismo desenlace. Una denuncia penal de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) permite conocer cómo fue el guión de las maniobras que desembocaron en esa devaluación.

Los participantes de la actividad financiera explican sus decisiones de inversión en que son acciones individuales motivadas por incentivos provenientes de la economía. La especulación de ese modo es un juego equitativo y transparente donde triunfa el más hábil en el aprovechamiento de las tendencias de los mercados. Esta interpretación Walt Disney es estudiada como verdad absoluta en las universidades y difundida diariamente por los propios financistas a través de un nutrido elenco de economistas y analistas en medios de comunicación. Antecedentes locales e internacionales relatados en crónicas, libros y películas, con sus respectivas investigaciones de los organismos públicos de control y fallos judiciales, revelan que una característica inseparable del funcionamiento de los mercados financieros es el fraude y la colusión de grandes operadores, con consecuencias perturbadoras sobre la estabilidad económica y social. No son casos excepcionales, sino que son condiciones propias de su desarrollo. No existe ese mercado libre idílico de los textos académicos con transparencia en el acceso de la información, sino grupos financieros concentrados que ejercen una posición dominante, y que tienen el poder suficiente de alimentar comportamientos de manada y exigir al poder político salvatajes para las debacles que ellos mismos provocan o normas de desregulación para seguir expandiendo sus negocios. Los gobiernos están muy condicionados para ejercer con relativa autonomía sus políticas porque los necesitan en una economía dominada por las finanzas globales, y cuando alguno intenta desafiarlos en alguna circunstancia, reciben como respuesta un castigo financiero que tiene diversas expresiones.

Conocer cuáles son las características del mercado financiero y cómo se despliegan es fundamental para comprender los movimientos de una variable clave: el dólar. En estos meses ha habido una renovada tensión en la plaza en sus varias cotizaciones (oficial, contado con liqui, dólar Bolsa y blue) a partir de la incertidumbre que provocó la orden del juez Thomas Griesa de bloquear el cobro a bonistas del canje para cumplir con el fallo a los fondos buitre. Como la corrida tiene rasgos similares a la de enero de este año, es muy ilustrativa la investigación realizada por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), que derivó en una denuncia penal, sobre los movimientos cambiarios de esos primeros días de 2014. Es un material valioso para ser revisado por la gestión económica (Ministerio y Banco Central) para no volver a estar distraída como en las últimas semanas.

El relato detallado de la presentación judicial es un thriller financiero con día, hora, entidad y empresa de cada operación cuyo desenlace fue la brusca devaluación del 23 de enero pasado. Las causas para montar una corrida cambiaria están vinculadas a un determinado contexto económico. En ese caso fue por la escasez de divisas por la restricción externa, pero agudizada por la retención en la liquidación de dólares por parte del complejo agrario exportador. La reiteración de esa conducta actualiza el proyecto de crear un organismo estatal para la comercialización externa de la cosecha, que no desplazaría sino que conviviría con las multinacionales. La acumulación de silos bolsas con 25 a 27 millones de toneladas de soja, equivalentes a poco más de 10 mil millones de dólares, es la base para que los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica continúen convocando a todos los fantasmas posibles, desde la aceleración de la inflación, el default, la inminencia de otra fuerte devaluación, el desempleo y el desborde fiscal y monetario. Evaluaciones exageradas para alimentar expectativas negativas y construir de esa manera profecías autocumplidas, con dedicación especial sobre el mercado cambiario. Por ejemplo, desde la primera semana de agosto hubo un permanente mensaje de las consultoras de la city de que se estaban acelerando los aumentos de precios. Sin embargo, el índice del organismo estadístico de la Ciudad de Buenos Aires arrojó una variación de 2,3 por ciento, apenas una décima más que el mes anterior, mientras que la canasta básica alimentaria para la Ciudad elaborado por la liberal FIEL mostró un aumento de sólo el 0,4 por ciento. El Indec informó que el índice de agosto fue 1,3 por ciento, una décima menos que el mes anterior. Como lo importante es la percepción y no las cifras, ahora dicen que en septiembre habrá una aceleración en el alza de precios.

El informe de la Procelac, conducida por Carlos Gonella, y elaborado por el área Fraudes Económicos y Bancarios a cargo de Pedro Biscay, indica que los días 20, 21 y 22 de enero pasados hubo variaciones de poca importancia en el tipo de cambio mayorista hasta que el jueves 23 hubo alzas drásticas en la cotización, cerrando con una suba de 0,61 centavos, con un pico de 1,3 pesos respecto del último precio del día anterior. La denuncia de la Procelac señala que ese día los bancos Galicia, HSBC, Citi y BBVA-Francés, en la posición compradora, y los bancos Provincia de Córdoba, BNP Paribas y JP Morgan Chase, en la vendedora, “habrían realizado operaciones especulativas en los mercados de cambios de divisas generando una alza de la cotización del dólar con el propósito de provocar la devaluación del tipo de cambio”. Las operaciones fueron realizadas en el Mercado Unico y Libre de Cambios que está integrado por el mercado mayorista de divisas cuyo registro se monitorea en el Siopel (Sistema Electrónico de Operaciones), donde compran y venden divisas las entidades financieras y el BCRA y de dónde surge el tipo de cambio, y en el mercado minorista de divisas donde operan los particulares con las entidades financieras.

En este último segmento, según la Procelac, se verificaron operaciones de compra de dólares por un volumen significativo aproximado al operado en el segmento mayorista y a cotizaciones que ya reflejaban las subas producidas en la divisa, realizadas por parte de la empresa petrolera Shell con el HSBC Bank actuando de contraparte. “Las operaciones efectuadas por estas entidades reflejaron un comportamiento anormal que no guarda correspondencia con la evolución que presentaba el mercado mayorista de divisas en el correr de la semana ni tampoco al inicio de la jornada”, señala la presentación judicial. En enero, el volumen diario promedio de operaciones en el mercado mayorista era de 184,6 millones de dólares, subiendo a 242,2 millones ese 23 de enero. “En este contexto resultan llamativas las operaciones realizadas en el mercado minorista por la empresa Shell Compañía Argentina de Petróleo y el HSBC Bank por volúmenes y cotización exorbitantes”, apunta el informe. Para luego precisar que el 23 de enero se realizaron tres operaciones entre el HSBC y Shell: en dos el HSBC vendió dólares a Shell por un total de 4.561.454 y 1.000.000 de dólares, operaciones que habrían sido realizadas para pago de utilidades y giro de dividendos al exterior, y 3.561.454 millones, transacción que habría sido realizada bajo concepto de pagos de deudas comerciales por importación de bienes con registro de ingreso aduanero. También HSBC le compró a Shell 3.000.138 dólares en concepto de cobros de exportaciones. Las tres operaciones se realizaron a una cotización de 8,70 pesos por unidad.

Casi ocho meses después, el tipo de cambio oficial cotiza a 8,42 pesos, por debajo de ese precio marcado por el HSBC y Shell, que detonó la fuerte devaluación.

La denuncia penal de la Procelac advierte que “una corrida cambiaria sólo puede ser originada por quienes poseen poder económico suficiente para concentrar un mercado”, destacando entonces que en su investigación se pudo corroborar que las entidades compradoras de dólares en esos días fueron los principales actores del mercado. En función del patrimonio neto de las entidades financieras según el ranking elaborado por el Banco Central, el Galicia ocupa el cuarto lugar, el BBVA-Francés, el quinto, el HSBC, el sexto, y el Citi, el noveno. En la semana del 20 al 24 de enero esas entidades fueron las principales compradoras de dólares, al concentrar el 58,1 por ciento del total ofertado. “La información presentada muestra, entonces, el ‘poder de fuego’ que poseen estos bancos en el mercado mayorista de divisas conforme su patrimonio”.

Esos movimientos cambiarios reportaron ganancias importantes a esas entidades. Según información proporcionada por el BCRA a la Procelac, en enero de este año el Citi se destacó como la segunda entidad financiera con mayor ganancia por diferencia de cotización, al obtener 733 millones de pesos. Si el ranking se realizara en función de la participación de esta ganancia en el activo neteado, el Citi lo lideraría con un 31,6 por ciento, casi duplicando a la entidad siguiente. Por su parte, el BBVA-Francés acumuló una ganancia por el mismo concepto de 584 millones de pesos; el HSBC, de 356 millones; el Galicia, 51 millones; el Banco de la Provincia de Córdoba, 50 millones; el JP Morgan, 92 millones; y el BNP Paribas contabilizó una rentabilidad por la devaluación de 198 millones de pesos.

La Procelac indica que “esta información refleja de qué manera el mercado de divisas puede ser objeto de manipulaciones o ataques especulativos por actores que detentan un alto poder económico como principales operadores en la compraventa de dólares del mercado”. Para concluir que “los delitos económicos se realizan por personas o instituciones con respetabilidad social, no visualizados como los típicos ‘delincuentes’, y su accionar es a lo sumo considerado como avivadas más que como delitos. En el presente caso, los hechos de manipulación de la divisa mediante una presunta coalición bancaria y empresarial provocaron un daño al bien jurídico orden económico tutelado por el Código Penal”.

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