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Economía|Sábado, 18 de octubre de 2014
HECTOR OTHEGUY, GERENTE GENERAL DE INVAP, HABLA SOBRE EL ARSAT-1

“Esto es alcanzar un sueño”

El ejecutivo de la empresa estatal que construyó el satélite explicó que en los próximos diez días se llevará al Arsat-1 a la órbita. Y que para el Arsat-2 empieza la campaña de pruebas en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología de Bariloche.

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“Arsat podría ser un referente en el mercado para valores en términos de precios y costos”, señala Héctor Otheguy.

“Es soñar estando despierto. Para todos los que trabajaron siete años en este proceso es alcanzar un sueño”, aseguró el gerente general de Invap, Héctor Otheguy, sobre el lanzamiento del satélite Arsat-1. El ejecutivo de la empresa que construyó el satélite retomó así las palabras que dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la cadena nacional del jueves. En diálogo con Página/12, Otheguy relató los pasos que actualmente sigue el satélite. Hasta anoche, todo estaba ajustado al programa y no se había presentado ningún inconveniente después del despegue del cohete Ariane 5 desde la base de Guayana Francesa.

Tras el lanzamiento, las maniobras llevarán al satélite a una órbita circular a 36 mil kilómetros sobre la superficie terrestre, hasta el punto en que sea realmente geoestacionario, es decir, pueda girar a la misma velocidad que la Tierra. Estas tareas quedaron en manos del centro de operaciones que Arsat tiene en la localidad de Benavídez. Allí están los “pilotos” del satélite, encargados de encender sus motores, darle impulso para que alcance a una mayor velocidad y trasladarlo hasta la posición ubicada a 71,8 grados de longitud oeste, que corresponde a Argentina.

–¿En qué situación está el satélite hoy y cómo se pondrá en funcionamiento?

–Ahora está en una órbita elíptica, después de que el Ariane 5 lo dejara 35 minutos después del lanzamiento del cohete. Fue óptimo. No necesariamente ocurre que lo haya dejado exactamente donde tenía que hacer, pero jugó a favor y fue todo más eficiente. Lo que se hace ahora es, en el punto más alejado de la Tierra, a unos 36 mil kilómetros, se enciende un motor del satélite que le da un impulso, una velocidad mayor, y con eso se logra llevarlo a la órbita. Se estima que eso lleva unas cinco maniobras que se realizarán en los primeros diez días.

–¿Y después de esos diez días?

–Lo trasladarán hasta la posición que tiene Argentina, a 71,8 grados de longitud oeste. Hasta ahí tiene que llegar. Después del procedimiento anterior, lleva unos pocos días de otras maniobras para que esté geoestacionario y, además, en el lugar que le corresponde. Cada país tiene asignadas algunas posiciones y Argentina tiene dos. Después se ponen en marcha los equipos de comunicación que lleva el satélite y debería estar funcionando antes de fin de año, cuando todos los sistemas puedan brindar los servicios.

–¿Cuáles serán las características del Arsat-1 cuando esté en funcionamiento?

–Podrá brindar servicios de telefonía digital, de Internet y de televisión digital. Este satélite ilumina toda Argentina, de este a oeste y de norte a sur. También cubre un poco de los países limítrofes como Chile, Paraguay y Uruguay. Al ser Arsat una empresa nacional va a brindar servicios de telecomunicaciones a cualquier lugar del país donde se instale una antena. Con eso, se podrá llegar a lugares que están alejados, tienen baja población o son poco accesibles y por eso no son candidatos a recibir servicios, por ejemplo, de fibra óptica, porque las empresas privadas no están dispuestas a brindar ese servicio. A esa gente le va a cambiar la vida a medida que vaya teniendo este servicio.

–¿Qué ventajas brindará el satélite para los servicios de telecomunicaciones?

–Si pensamos en mejoras y en, por ejemplo, telefonía móvil, la inversión tiene que hacerse en ampliar la capacidad de las torres donde se reciben y emiten las señales. No pensamos que este satélite va a mejorar la telefonía móvil en cuanto a las dificultades que actualmente tenemos. Pero sí creemos que puede significar que una empresa estatal pueda representar precios de referencia que seguramente ayudarán a que las empresas privadas que brindan servicios similares presenten costos y precios más reales. Arsat sería así un referente en el mercado para valores en términos de precios y costos.

–¿En qué estado está el segundo satélite, el Arsat-2?

–Está bastante avanzado y ya se terminaron las etapas de montaje y armado. Ahora empieza la campaña de pruebas, que son muy exigentes, en Bariloche, en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología. Como el satélite tiene que durar quince años, hay que bajar los riesgos de que no funcione. En estos laboratorios especializados se reproducen las condiciones extremas a las que va a ser sometido y las del lanzamiento, que por el ruido y las vibraciones se convierte en un ambiente hostil para los equipos electrónicos. Ya se empezó la campaña de pruebas, que dura unos ocho o nueve meses y puede terminar antes de mitad de 2015. Luego se pone en un envase especial y, aunque todavía no hay fecha, probablemente sea lanzado a mitad del segundo semestre del año que viene.

–¿Cómo complementa este segundo satélite las tareas del primero?

–Cubrirá toda América desde Estados Unidos, por lo que va a poder brindar servicios en otros países donde tenga clientes. Arsat se va a transformar así en una compañía no sólo nacional, sino que también puede exportar estos servicios de comunicaciones.

–¿Qué representa para Argentina este logro? ¿De qué se trata ese “selecto grupo” al que ingresó al lanzar el satélite?

–Estos países tienen la capacidad de diseñar, fabricar, probar satélites. Eso es un club pequeño, de unos ocho países. Fabricamos y podemos proveer a los países que no lo hacen, pero que necesitan un satélite de comunicaciones. Somos el único país en Latinoamérica que tiene la capacidad de diseñar desde el concepto y realizar todo el proceso, todo excepto el cohete que lo lanza.

Entrevista: Aldana Vales.

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