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Economía|Jueves, 26 de febrero de 2015
La Cámara baja convirtió en ley por 133 votos contra 108 los convenios de cooperación

China queda cada vez más cerca de Argentina

Al cierre, el diputado Feletti (FpV) señaló el “excesivo colonialismo mental” de una oposición que rechaza el acercamiento a China pero “va muy seguido a la Embajada de Estados Unidos”. Y que no aceptó considerar los datos que desmienten los supuestos perjuicios.

Por Sebastián Premici
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La sesión empezó con quórum estricto, únicamente con el oficialismo y sus aliados. Luego bajó la oposición, que rechazó con discursos disímiles.

El Congreso nacional convirtió en ley dos convenios de cooperación con la República Popular China. El Frente para la Victoria (FpV) y sus bloques aliados consiguieron 133 votos a favor contra 108 de la oposición. Los acuerdos marco prevén inversiones en materia de infraestructura energética, con la construcción de dos centrales nucleares y dos hidroeléctricas, equipamiento ferroviario y cooperación espacial. El discurso opositor tuvo una sola línea argumental, que el gobierno nacional cedía soberanía y que el principal perjudicado sería la industria nacional. Desde que se inició este debate, los distintos actores fueron incorporando información para clarificar los alcances del proyecto de ley, pero la oposición hizo caso omiso al aporte informativo. Según datos del Ministerio de Planificación, más del 70 por ciento de las obras comprometidas serán realizadas por proveedores locales. En total, podrán generarse 17.900 nuevos puestos de trabajo directos.

“Hay diputados que van muy seguido a la embajada estadounidense. Es un amor no correspondido, porque no somos complementarios, somos competidores, y lo que Estados Unidos va a buscar siempre es que nos vaya lo peor posible (...). Es demasiado el colonialismo mental que tienen”, sostuvo Roberto Feletti (FpV) al cierre del debate, que duró aproximadamente ocho horas.

La sesión arrancó con un quórum de 134 legisladores, la misma cantidad que reunían el oficialismo y sus bloques aliados el año pasado. “No hubo deserciones, como vaticinaban algunos”, confió a este diario un legislador del FpV. La diputada del PRO Patricia Bullrich inició la sesión con un pedido de silencio por la muerte de Alberto Nisman. Juliana Di Tullio, presidenta del bloque del FpV, solicitó un aplauso por el aniversario del nacimiento de Néstor Kirchner, y la correntina radical María de las Mercedes Semhan reclamó un homenaje a San Martín.

“Estamos entregando el futuro del desarrollo argentino”, lanzó en su alocución el massista José Ignacio de Mendiguren. El también representante de la Unión Industrial Argentina (UIA) cuestionó los acuerdos marco por considerar que “no modifican en nada la estructura productiva argentina y la relación con China”. Otro integrante del Frente Renovador cargó con mucha más ideología en su discurso, como es el caso de Oscar Gilberto Alegre. “Nuestro alineamiento debe ser con Occidente. Negociar con China nos coloca en conflicto con Occidente y nuestros propios socios, como Brasil. En un hipotético gobierno, mucho de lo planteado en los acuerdos será modificado”, reflexionó el massista.

Entre los acuerdos previstos, la Argentina avanzará en la construcción de dos nuevas centrales nucleares. También está contemplada la ampliación de Embalse. La decisión de avanzar en este plan de energía nuclear fue convalidada por el Congreso en 2009. En aquel entonces, los proyectos obtuvieron 151 votos a favor, 10 en contra y 3 abstenciones en la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado, 47 votos a favor y sólo 6 en contra. Ahora, con el avance en el financiamiento de las obras y establecida la participación local en los emprendimientos por los funcionarios del Poder Ejecutivo, la oposición rechaza las iniciativas.

“Acá no hay ninguna asociación estratégica. Acá hay un cuento chino de mal gusto que no sólo repite la especialización primaria de la Argentina, ahorrando puestos de trabajo en un contexto de destrucción de empleo”, manifestó Claudio Lozano, precandidato a jefe de Gobierno porteño por Camino Popular.

La construcción de las dos centrales nucleares generará 11.000 puestos de trabajo y demandará una inversión de casi 13.000 millones de dólares. En el caso de las dos represas hidroeléctricas de Santa Cruz, el proyecto involucrará a cien proveedores locales de la construcción y obra pública, y en total podrán generarse de manera directa 6900 puestos de trabajo. Entre los trabajadores locales y los proveedores se cubrirá el 60 por ciento de la inversión. Las turbinas y suministros extranjeros representarán solamente un 23 por ciento. El 17 por ciento restante será para cubrir las obligaciones tributarias.

Si se suman las dos centrales nucleares y las hidroeléctricas, la inversión asciende a 17.514 millones de dólares, con la creación de 17.910 puestos de trabajo calificados. Las tres obras netas de los préstamos que el país deberá devolver generarán, a lo largo de 22 años, un ahorro de 26.800 millones de dólares. Esta información fue proporcionada anteayer por Julio De Vido, ministro de Planificación, a los socios de la Cámara Argentina de la Construcción, datos que fueron obviados del debate parlamentario.

“Estamos preocupados por la equidad del país. No porque sean una gran potencia vamos a firmar lo que ellos quieran. Es un convenio desigual que no va a mejorar las condiciones de la balanza comercial, por lo que nos oponemos al convenio con China”, sostuvo el radical Julio Cobos. Lo votado fue un acuerdo marco. Luego, cada proyecto tendrá su acuerdo específico. Por ejemplo, la Cámara Argentina de la Construcción y el sindicato de la Uocra ya solicitaron al Ejecutivo participar en la redacción de los convenios específicos que los involucren. “Los funcionarios argentinos fueron a negociar con la soga al cuello, en un momento de debilidad por el frente externo”, agregó Ricardo Alfonsín (UCR).

La relación bilateral con China comenzó a fortalecerse en 2004, luego del primer encuentro presidencial entre Néstor Kirchner y Hu Jintao. En aquel año, el ex presidente había hablado de una inversión potencial de 20.000 millones de dólares, que pocos creyeron posible.

“Algunos leen ciertos diarios que dicen cosas y las convierten en verdad. Parten de ciertos preconceptos, no investigan, no leen ni siquiera el contenido de los convenios que cuestionan. Se dicen cosas que son groserías, como las que tienen que ver con las relaciones laborales objeto del acuerdo. El convenio dice ‘se regirán por la ley del lugar de ejecución del contrato’, es decir la Argentina ejercerá las potestades correspondientes al poder de policía en materia laboral y de seguridad. No sé de dónde sale que no se aplicará la legislación argentina”, refutó Carlos Heller (Frente Nuevo Encuentro).

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