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Economía|Martes, 26 de mayo de 2015
El Correo Argentino se asoció con el Banco Nación para ofrecer servicios financieros en todo el país

Pasar de oficina postal a sucursal bancaria

El presidente del Correo Argentino, Juan Claudio Tristán, explicó a Página/12 los alcances de esta iniciativa que ayudará a bancarizar a la población y le permitirá a la entidad equilibrar sus cuentas y dejar de depender de los aportes del Estado.

Por Cristian Carrillo
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“La idea es poder ir a una sucursal del Correo y hacer cualquier operación bancaria”, afirmó Tristán.

Pese al fuerte crecimiento de la actividad económica y del empleo, el nivel de bancarización de la población se mantiene en niveles muy bajos. Sólo un tercio de los argentinos tiene una cuenta bancaria. Junto con la informalidad laboral, el acceso a una sucursal bancaria es el principal impedimento. El Correo Argentino se asoció con el Banco Nación para ofrecer servicios financieros en todo el país, lo que permitirá federalizar su acceso en zonas a donde la banca privada no le resulta rentable. El presidente del Correo Argentino, Juan Claudio Tristán, explicó a Página/12 los alcances de esta iniciativa que le permitirá a la entidad equilibrar sus cuentas y dejar de depender de los aporte del Estado. El Correo cuenta con 1476 sucursales propias y una distribución homogénea en el país. Mientras en el mundo el volumen postal disminuye todos los años, en la última década en el país el servicio pasó de transportar 500 millones de unidades a 1300 millones, gracias al crecimiento de la economía. “Somos el brazo ejecutor de muchas políticas de Estado, porque le permitimos llegar físicamente a la gente”, señala el directivo, quien enumera los distintos programas oficiales que distribuye el organismo.

–¿Cómo será el ingreso del Correo al sistema financiero?

–Vamos a entrar por una figura, que aún no está regulada, denominada corresponsalía no bancaria. Pero la forma de integrarnos va a depender de las regulaciones que disponga el Banco Central. En eso estamos trabajando con el Central y el Banco Nación. El objetivo es que nuestras bocas de venta cumplan con las condiciones para ejercer la función de sucursal bancaria.

–¿Cómo surge la iniciativa?

–Cuando uno ve que la participación del argentino promedio en términos de servicios financieros se exhibe un nivel de bancarización relativamente bajo. Eso tiene que ver con que una parte importante de la población no tiene acceso a una sucursal bancaria, básicamente por cuestiones de distancia. Y en eso podemos dar una mano importante.

–¿Qué servicios se van a ofrecer?

–La idea es poder ir a una sucursal del Correo y hacer cualquiera de las operaciones que se hacen en un banco, desde abrir una cuenta, hacer un depósito o una extracción hasta solicitar un crédito. El acuerdo implica que vamos a operar por cuenta y orden del Banco Nación, como si fuésemos una sucursal.

–¿Cuándo comenzará a funcionar?

–En un par de meses debería haber novedades. Ya tenemos lista una prueba piloto para salir en septiembre u octubre próximo. Se necesita desarrollar toda una normativa nueva, cosa que no es fácil, y eso es lo que demora su lanzamiento. La decisión política está. La Presidenta tuvo la posibilidad de analizar nuestro plan estratégico y lo aprobó.

–¿Cuánta inversión requerirá?

–Reconvertir toda la red implicará unos 3000 millones de pesos. Esto conlleva poner en valor todas las sucursales.

–¿Cuánto representará para el Correo en términos de negocio?

–Los ingresos por el ala financiera nos van a permitir perfectamente estabilizar los números de la entidad sin requerir fondeo del Estado. Es un número muy importante, con un crecimiento de estructura bajo. El correo tiene 16.800 empleados y prevemos, una vez bancarizada toda la red, unos 1000 trabajadores más.

–¿Cuánto reciben anualmente del Estado?

–El Estado nos paga por la prestación del servicio universal un monto en el orden de los 700 millones de pesos, que implica sostener operativa la parte de la red que no es rentable.

–¿Cuánto representa la parte no rentable del Correo?

–Como en todo el mundo, entre el 70 y 80 por ciento de los puntos de venta no son rentables. Cuando digo que no son rentables quiero decir que no contribuyen al resultado de la compañía, lo que no implica que se lo trate de deficitario, debido al rol social que cumple. Lo que sucede es que los ingresos necesarios cubren sus propios costos, salarios, servicios y alquiler. Esto generó que en 2003 el ex presidente Néstor Kirchner tomara el control del Correo. Desde entonces se comenzó a trabajar desde otra óptica, más allá de los resultados, para acercar a los ciudadanos entre sí y al propio Estado. Hoy es el brazo ejecutor de muchas políticas de Estado porque le permite llegar físicamente a la gente. Distribuimos la netbook del programa Conectar Igualdad, los decodificadores de la Televisión Digital Terrestre, cubrimos todos los programas de medicamentos del Ministerio de Salud y el material pedagógico y libros que el Ministerio de Educación distribuye. También pagamos todos los planes sociales de la Anses.

–También reparten la tarjeta Argenta. ¿Cómo van los números para ese programa?

–Va muy bien. Estamos cerca del millón de plásticos otorgados en sucursales del Correo y arriba de los 3000 millones de pesos. Esto es muy importante en función de facilitarle las cosas a la gente.

–¿Cuáles son las zonas más relegadas en materia de acceso a los servicios financieros?

–Hicimos un mapeo con el Central y el Nación y encontramos una sobrepoblación de bancos en los lugares rentables y, a medida que nos alejamos, el servicio se va haciendo inexistente. Esto sucede incluso en ciudades importantes del país, donde operan dos sucursales, una del Nación y otra provincial.

–¿En todos los países el correo de bandera es deficitario?

–Uno de los correos más desa- rrollados del mundo es el francés. Es un gran operador logístico y un banco muy importante. El correo francés es el octavo banco en importancia en ese país. El año pasado obtuvo un resultado de 100 millones de euros, pero recibió del Estado francés 500 millones de euros en concepto de prestación del servicio básico universal. Lo que implica que sin ese aporte el resultado hubiese sido deficitario en 400 millones de euros.

–¿Cuál es la tendencia global?

–Hace unos años se empezó a vislumbrar una caída de los servicios postales en el mundo y ver a futuro una baja en el volumen y facturación de los correos en el mundo, por lo que muchos iniciaron algún tipo de reconversión. Desde 2003 el volumen postal en el mundo cae a un ritmo de 4 por ciento anual. Y tiende a acentuarse. En el país entre 2003 y 2012 se duplicaron en la Argentina y eso tuvo que ver con el crecimiento de la actividad económica. Pasamos de 500 millones de envíos en 2002 a 1300 millones actualmente.

–¿Pese al avance del correo electrónico?

–El crecimiento no vino tanto de la mano del público sino del mercado corporativo. La gente no manda cartas, pero las empresas sí. Desde resúmenes, avisos, publicidades hasta cartas empresariales. El Correo Argentino maneja el 50 por ciento del mercado corporativo. El resto se maneja con correos privados. Si bien vemos un estancamiento desde 2011, en la actualidad sólo el Correo Argentino está moviendo 600 millones de piezas por año (paquetes o cartas).

–¿Ese estancamiento motivó la reconversión del Correo?

–Sí. Hicimos un plan estratégico, que implica la prestación de distintos tipos de servicios, como el financiero, pero manteniendo la actividad postal. No pretendemos prescindir de este servicio.

–¿Qué más incluye el plan estratégico?

–Otro nicho que buscamos explotar a partir de la infraestructura que disponemos es el de servicios logísticos. Actualmente, distribuimos documentos de identidad y pasaportes, pero también tenemos clientes privados que nos confían la logística y el transporte de sus productos. Es el caso de firmas como Claro y Herbalife, a quienes administramos sus stocks y enviamos sus pedidos. En las compras por Internet, no siempre se busca que el producto llegue a domicilio. A veces alcanza con que arribe a una sucursal cercana a donde el comprador pueda ir a buscarlo a un costo más que razonable. El objetivo es tener una mayor penetración en el mercado de privados. Tenemos 1476 sucursales propias a lo que se suman más de 3000 franquiciados, con lo que la distribución llega literalmente a todo el país. En todo el mundo la empresa u organismo con mayor cantidad de bocas siempre es el correo.

–¿Desde cuándo trabaja en el Correo?

–Mi inicio en el Correo fue en marzo de 1998. Antes había trabajado en un pequeño correo provincial. Desde 1998 hasta 2009 trabajé ininterrumpidamente en distintos puestos y áreas. Luego estuve dos años en Casa de la Moneda y volví en diciembre de 2012 para ocupar la presidencia del Correo.

–Estuvo durante la época en que el Correo lo manejó el Grupo Macri. ¿Qué recuerda de ese momento?

–Los objetivos del concesionario, en ese caso del Grupo Macri, eran los normales y habituales para un empresario: obtener resultados económicos favorables. Pero el servicio postal es un servicio público que no tiene los mismos lineamientos de actividad privada encarada por un empresario que busca un lucro.

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