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Economía|Miércoles, 3 de junio de 2015
Julio De Vido habló de los acuerdos nucleares y de los proyectos comunes con Rusia

“Podemos ser socios en toda Sudamérica”

En un encuentro con la prensa en la capital de Rusia, el ministro de Planificación aseguró que una condición de los contratos energéticos, en particular los nucleares, es la participación argentina en su expansión a nivel regional.

Por Cristian Carrillo
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De Vido en Moscú. “Pretendemos que los dueños de la tecnología seamos los argentinos.”

Página/12 En Rusia

Desde Moscú

“Continuaremos con las tarifas populares y competitivas”, aseguró ayer a Página/12 el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en un alto en su agenda de reuniones en esta capital, para tener un contacto con un grupo de periodistas acreditados. Descartó así que haya ajustes de tarifas energéticas en los próximos meses y ratificó las sanciones para las distribuidoras en caso de cortes en el suministro. El funcionario participa del VII Foro Internacional AtomExpo, marco que le permitió mantener una serie de reuniones con funcionarios rusos y directivos de la empresa estatal Rosatom, que construirá la sexta central nuclear. La discusión por estas horas pasa por la transferencia de la tecnología rusa. “Queremos ser socios (de los rusos y de los chinos) en su expansión en la región. Es una de las condiciones de los contratos”, afirmó. Respecto de la baja en el precio del petróleo, aseguró que se trata de una estrategia de Estados Unidos y sus aliados para perjudicar a las economías de Venezuela y Rusia.

–¿Cómo se encuentra el sector energético, tras haberse hecho cargo el Estado de las inversiones en la distribución?

–La verdad es que se batieron records históricos de consumo energético y de calor este verano y la situación del año anterior no se repitió. No se puede igualmente evitar tensiones ante situaciones excepcionales. De todas maneras, en los contratos no están previstos cortes como causa de fuerza mayor por altas temperaturas o bajas, por lo cual las empresas fueron debidamente sancionadas y ahora el Estado intervino fuertemente con inversiones directas en las redes.

–¿Con el arribo del invierno, podría esperarse algún ajuste en las tarifas de gas?

–Obviamente, después de doce años de subsidio a las tarifas, no las voy a modificar en estos últimos cuatro meses. Continuaremos así porque creemos profundamente en las tarifas populares y competitivas para la industria y la gente y en la expansión permanente con intervención del Estado en la generación y transporte energético.

–¿En qué estado se encuentra la implementación del acuerdo con la empresa Rosatom para la construcción de la sexta central nuclear en el país?

–Estuvimos trabajando estos días con el presidente de la firma, Serguei Kiriyenko, y su equipo, en las condiciones del acuerdo de transferencia tecnológica, que es lo que más trabajo lleva. En China, esa discusión se extendió durante dos o tres meses. Hay voluntad pero lleva su tiempo. Ellos van a venir el 18 a la Argentina. Cuando se termine la discusión en relación al proyecto de transferencia, es decir, la parte comercial, se discutirá la cuestión financiera.

–¿Qué es lo que se pretende?

–Que los dueños de la tecnología sean los argentinos. Tanto de la tecnología como los ciclos del combustible. Eso nos permitió recuperar las centrales existentes y planificar nuevas. La transferencia de la tecnología de Canadá, en su momento, nos permitió hoy estar construyendo reactores de menor capacidad con uranio enriquecido. De nada sirve que se instalen megavatios si los obreros que construyen las centrales no tienen trabajo. No puede haber una energía “paquetizada”. Un generador de vapor puede ser más caro producirlo en el país que en China, por ejemplo, pero mantiene a 2000 trabajadores.

–¿Se apunta a algún mercado particular para esos reactores argentinos?

–En América latina hay países con serios problemas energéticos y van a necesitar producir energía a bajo costo.

–¿Se está pensando en algún tipo de sociedad con los rusos y chinos en la región?

–Argentina está en condiciones de ser socio de Rusia y China en el desarrollo energético de Sudamérica, pero para eso tiene que haber transferencia de tecnología. Queremos ser socios en su expansión en la región. Es una de las condiciones de los contratos.

–¿Las bruscas oscilaciones en el precio del petróleo interfieren en las decisiones de inversión en materia energética?

–El precio del petróleo tiene hoy un sentido claramente político. No es un precio que fije la oferta y la demanda. Tiene una razón estratégica para Estados Unidos y sus aliados, para condicionar una determinada escena mundial. En este caso es atacar a las economías de Venezuela y de Rusia. Al tener la energía nuclear como oferta, se reduce el impacto de esa volatilidad de precios. Cuando uno es autárquico en la tecnología nuclear, maneja el ciclo, la construye y la repara, uno tiene soberanía energética.

–¿Y con las inversiones en Vaca Muerta?

–También nos puede perjudicar por el desarrollo de nuestros propios recursos. No obstante, en Vaca Muerta se mantienen las inversiones porque en este sector no se calculan los retornos para uno o dos años. Pero cuando el precio está tan a la baja, puede haber problemas. Pero hoy se está trabajando muy bien con Chevron y Petronas.

–¿Se sumarán los rusos?

–También hablamos sobre las potencialides en gas y petróleo con el ministro de Energía, Alexander Novak, en sintonía con lo que hablaron previamente la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente Vladimir Putin. Sólo profundizamos ese diálogo y le mostramos datos sobre nuestros yacimientos, en los que están interesados.

–¿Cómo se aseguran estos avances ante un eventual cambio de signo político después de octubre?

–Estoy convencido de que el modelo va a continuar. Si tenía alguna duda, me la saqué en el acto del 25 de mayo. Lo que se discute el 27 de octubre es una elección entre dos modelos de país. Había aparecido un tercero amañado que se está desgastando cada día, con fuga de dirigentes y falta de definición política. Hay un modelo de derecha que encabeza el ingeniero Macri y uno nacional y popular que lidera la Presidenta. Si se intenta deshacer los avances, la gente va a reaccionar.

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