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Economía|Viernes, 5 de junio de 2015
PRECARIEDAD DE HIGIENE Y CONDICIONES DE TRABAJO, RELATADA POR TAREFEROS

Los peones del campo de Puerta

En la causa por trata laboral que le sigue la Justicia Federal de Posadas, ya declararon ocho ex tareferos de los campos pertenecientes al ex gobernador Ramón Puerta. Algunos trabajaron allí teniendo 13 años.

Por Sebastián Premici
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Ramón Puerta negó el abuso laboral y aseguró que se trata de “una causa armada” para perjudicarlo.

El ex gobernador de Misiones Ramón Puerta sostuvo durante el reportaje de Página/12, publicado el 23 de mayo, que desconocía el contenido de la demanda penal en su contra y que toda la causa estaba “armada” por un supuesto testigo falso. Página/12 accedió a las declaraciones testimoniales de 8 tareferos que fueron encontrados en el campo del ex mandatario al momento de la inspección del Renatea, ocurrida el 30 de enero de 2014. Las testimoniales fueron realizadas a través del método de Cámara Gesell, con la presencia de psicólogos del Departamento Forense Interdisciplinario, de la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas. Entre los testigos había un menor de 13 años. Para resguardar la identidad de cada uno de ellos, este diario no dará a conocer sus verdaderos nombres.

- C. J. tenía 13 años cuando fue encontrado por el Renatea en el campo de Puerta. Llegó a ese lugar en un camión, junto a su padrastro y otras 30 personas. “Cuando llegamos al yerbal acomodamos nuestras cosas y había una carpa en la que debíamos dormir con el colchón sobre la tierra, donde no había luz y había muchos mosquitos”, sostuvo el menor. Según el informe elaborado por la psicóloga forense, C. J. relató que antes de llegar al campo debían pasar por “la cantina” para adquirir los materiales de trabajo y comida, que luego eran descontados de la paga. “Lo más caro era la comida”, sostuvo el chico. En su testimonio, también mencionó que se bañaban al lado de un pozo y que el agua para tomar era de otro pozo, pero que el agua era la misma. Declaró haber trabajado de lunes a lunes.

- A.F. tiene 20 años. Señaló que tarefea desde los siete años y que sólo cursó hasta segundo grado. “Nos dieron una carpa finita que ni alcanzaba, acampamos entre seis y la carpa era rechiquita y la yerba estaba refea”, sostuvo el testigo. Según su relato, se levantaban a las 5 AM, tomaban mate y luego tarefeaban hasta las doce del mediodía. A las cuatro de la tarde comenzaban a cargar el camión hasta las cinco y media. “Nadie ganaba nada porque la yerba estaba mala”, afirmó. Sobre la propiedad del campo, señaló: “Yo ya fui a tarefear ahí y sabía que el yerbal era de él (Puerta). Los patrones nos decían ‘vamos a hacer la yerba a lo de Puerta’”.

- D. F. tiene 18 años, llegó a cursar hasta el primer año de la secundaria, vive con su madre y dos de sus hermanas, de un total de 12. “En enero por ahí estábamos tarefeando y ninguno estábamos fichados. Y ahí fueron y tomaron nuestros nombres”, narró. Su testimonio introdujo en la escena al hijo de Ramón Puerta, quien concurría a controlar el corte de yerba. En cuanto al campamento, sostuvo que no había luz, ni baño, y que compartía la carpa con cuatro personas. “El agua era de vertiente”, afirmó. De la testimonial surgió que fue reclutado en Oberá por el subcontratista Yani Almirón, quien trabajaba para el contratista Héctor Luis Díaz, también imputado en esta causa.

- L. R. vive con sus padres y cuatro hermanos. Tiene 19 años y comenzó a trabajar a los 16. Sólo cursó hasta tercer año. “Para ficharnos, Díaz nos cobró 50 pesos”, indicó. Afirmó que tres días después de la inspección fueron cambiados de campamento. Les habían dicho que permanecerían ahí por dos semanas más, pero se volvieron antes.

- G. A. tiene 20 años y trabaja en los campos yerbateros desde sus tempranos 11 años, junto a su padre. A los 15 comenzó a trabajar por su cuenta. Luego de la inspección del Renatea, narró que abandonó la actividad. “Mucho sufrimiento, son demasiados abusativos con los tareferos, estábamos todos en negro.” Con respecto a los campamentos, declaró que eran carpas precarias hechas de lonas de cuatro por cuatro. “Era un lugar asqueroso, no había baños, había un tacuaral y agua verde”, indicó.

- C. G. (23 años) afirmó que las carpas eran provistas y cobradas por el contratista Sergio Poliszczuk, también imputado. Sostuvo que el día previo a la inspección, Ramón Puerta estuvo recorriendo el campo.

- S. O. (19) relató que debían bajar a una vertiente para “agarrar agua con una botella” y que no podían comprar comida en otro lugar que no fuera el indicado por el capataz.

- R. G. (20) narró que trabajó una quincena, por lo que le pagaron nada más que 250 pesos, cuando había cosechado 1500 kilos.

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