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Economía|Martes, 12 de marzo de 2002
EL INDIO ANOOP SINGH DISPARO CONTRA LOS BONOS PROVINCIALES

Empapeladas, atrapadas y sin salida

Por Fernando Cibeira
En el momento que les advirtió que terminar con la proliferación de bonos provinciales era casi una condición para que el FMI aceptara desembolsar los fondos que añora el Gobierno, el indio Anoop Singh introdujo el quid de la reunión organizada ayer por el Ministerio del Interior. Los gobernadores no se atragantaron con el almuerzo porque ya estaban prevenidos, así que lo que hicieron fue repasar sus discursos en los que explicarían que, si la recaudación no mejora, pagarán en patacones, quebrachos, porteños o lo que haga falta con tal de que no se les incendien sus provincias. Ante la repetición de lamentos, Singh no dijo mucho, apenas que le parecía “muy ilustrativo” escuchar a los gobernadores en persona. “Opinar sobre cómo se fue sería una adivinanza, pero por lo menos le pudimos explicar nuestra situación”, comentó luego uno de ellos.
El almuerzo de trabajo duró unas dos horas. El enviado del Fondo se hizo cargo de la introducción en la que planteó dos cuestiones que, a su criterio, impedirán que el plan del Gobierno prospere: que la inflación se dispare y que las provincias continúen emitiendo bonos, algo que en el Fondo es considerado una emisión de dinero sin respaldo. Traductor mediante, las palabras del indio le llegaban a los gobernadores por auriculares. “La Argentina se convertirá en un país inviable”, les advirtió. Y pidió la unificación de bonos y su posterior desaparición.
Los gobernadores llegaban fastidiados porque en cada reunión los enviados del Fondo los consideraran los principales culpables de la crisis. Claro que tampoco tenían una posición única, porque son varios los que piensan que su provincia está bien administrada y que la que es un desastre es la de al lado. “Es tan injusto echarle la culpa de todo a las provincias como medir a todas las provincias con la misma vara”, sostuvo uno de los gobernadores presentes. Participaron los mandatarios de Buenos Aires, Córdoba, Formosa, Tucumán, Chubut, Mendoza y el jefe de gobierno porteño.
En cada intervención, los jefes provinciales trataron de dejarle en claro a Singh que hacer un nuevo ajuste era lo mismo que suicidarse. Que el problema no era que las provincias gastaban mucho, sino que se recaudaba poco. Y que si seguían así –y peor si el FMI no envía rápido fondos frescos– no tendrían más remedio que emitir más bonos o hacerlo quienes todavía no lo hicieron, como en el caso de Chubut, Mendoza y la Capital, quienes ya consiguieron la aprobación de las Legislaturas. “Nosotros tuvimos déficit cero durante cinco años, pero la caída de la recaudación es tan abrupta que si nadie me da un crédito no me queda otra que emitir bonos para pagar los servicios”, le dijo Ibarra.
Curtido como está de oír sufrir en diferentes idiomas, Singh no demostró si las exposiciones le habían hecho cambiar de parecer. “No íbamos a ser tan ilusos de pensar que iba a aflojar la ayuda”, explicó Lizurume a Página/12. Con todo, para algunos, el indio no resultó tan fiero como lo pintaban. En un aparte que mantuvo con Solá, Singh demostró su conocimiento de las economías de cada distrito al mencionarle la reforma educativa que planea poner en marcha. Pero al indio no le sirvió de mucho: un par de horas después Solá ratificó que emitirá mil millones de patacones para financiar su provincia en el segundo semestre del año.

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