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Economía|Martes, 29 de septiembre de 2015
El FMI advierte que habrá menor crecimiento por caída de commodities

Nuevo capítulo de la crisis

La titular del FMI, Christine Lagarde, admitió que el pronóstico de crecimiento mundial del 3,8 por ciento para 2016 ya no es realista. Prevén una baja prolongada de precios primarios y fuerte sacrificio para países exportadores.

Por Federico Kucher
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Lagarde, directora gerente del FMI. Ante las perspectivas desalentadoras recomiendan devaluar.

La disminución del precio de las materias primas generaría la caída de un punto porcentual en el crecimiento de los países productores de commodities en los próximos tres años, en tanto que las economías productoras de energía registrarían una baja de 2,25 puntos porcentuales. Así lo estimó ayer el Fondo Monetario Internacional, en un adelanto de su tradicional documento sobre perspectivas de la economía global, el cual se publicará en octubre. Arabia Saudí, Rusia y Brasil serán algunos de los países con mayor impacto negativo en el dinamismo del mercado interno. La estimación del organismo de crédito internacional, que perdió prestigio a partir de 2008 por sus fallas de previsión respecto del estallido de la crisis financiera internacional, planteó que la desaceleración de los precios no será un problema cíclico sino que se acompañará con contracción en la inversión para generar impactos estructurales.

La entidad, que continúa enfocada en recomendar el uso de políticas de austeridad, presentó un estudio empírico para justificar que el ajuste a través de la devaluación de la moneda permitiría a los emergentes compensar con mayores cantidades exportadas las pérdidas por el efecto de la disminución en los valores de las commodities. Agregó que la política fiscal no tiene capacidad en el panorama actual para impulsar las economías.

El documento de avance del Fondo Monetario Internacional resaltó la caída del precio de las materias primas, en particular de metales y energía, a partir de 2011. “Las economías exportadoras de materias primas se encuentran en una coyuntura difícil. Los precios mundiales de los commodities han disminuido marcadamente en los últimos tres años, y la tasa de crecimiento económico se ha desacelerado considerablemente entre economías de mercados emergentes que le venden al mundo estos productos”, señaló el organismo. Mencionó que la depresión en los valores no responde a elementos de corto plazo, sino que es una baja que perdurará en los próximos años, para afectar el nivel de expansión potencial de las economías en desarrollo.

“La desaceleración (del mercado interno en los países emergentes) no es un mero fenómeno cíclico; tiene también un componente estructural. La inversión, y por consiguiente el producto potencial, tienden a crecer a un ritmo más lento en los países exportadores durante las caídas de precios de las materias primas”, precisaron los técnicos de la entidad.

Tras el adelanto del Panorama Económico Mundial, Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, afirmó que los cálculos publicados en meses anteriores respecto de un crecimiento global de 3,8 por ciento para 2016 ya no son realistas. Indicó que en octubre, con el lanzamiento del documento final, la cifra se reducirá a alrededor del 3 por ciento, lo que deja en evidencia las distorsiones que enfrenta el mundo para recuperarse del estallido de la crisis financiera global en 2008.

Las dificultades que se observan en países emergentes también continúan en las economías desarrolladas. En la Zona Euro no se ha revertido la situación de fuertes desempleo y estancamiento de los mercados internos, en tanto que Estados Unidos, pese a los anuncios de recuperación, no logrará un crecimiento muy superior al 2 por ciento.

Las propuestas del organismo internacional de crédito para las economías en desarrollo, para enfrentar el impacto, avanzaron en el sentido de aplicar paquetes de ajuste y devaluación, afirmando que la depreciación cambiaria es un instrumento útil para incrementar la exportación al mundo. La entidad, a partir de un estudio empírico donde se tomaron en cuenta grandes correcciones del tipo de cambio como la de Argentina en 2002, precisó que una devaluación del 10 por ciento implica un alza de las exportaciones equivalente al 1,5 por ciento del PBI. La propuesta del FMI de devaluar para incrementar los despachos, una medida que genera indefectiblemente una transferencia de ingreso de los trabajadores hacia los grupos exportadores y bancos, es defendida en el país por dirigentes de la oposición, que la consideran una solución al problema de escasez de divisas en el mercado interno.

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