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Los pequeños agricultores familiares, los peones rurales, y los cooperativistas están invisibilizados en el acervo discursivo de Mauricio Macri. Página/12 dialogó con Luis Enrique Sanhueza, titular del Sindicato de Trabajadores del Alto Valle; Raúl Ibáñez Facal, integrante de Cooperativas Agroalimentarias Argentinas; Pablo Paillole, director de Federación Agraria, además de integrantes del Consejo Nacional de la Agricultura Familiar, quienes manifestaron que el proyecto político económico de Cambiemos representa una “mayor concentración del sector, una retracción en los derechos laborales adquiridos, y una disolución del mercado interno”.
“En los `90, cuando había políticas que beneficiaron a empresarios como Macri, muchos estábamos lavando platos o tendiendo la ropa. Teníamos vergüenza, habíamos perdido la dignidad. Yo fui despedido de una empresa del Estado, del ferrocarril, pero tenía la historia familiar de mi abuelo, que se dedicaba a la apicultura”, comenzó a narrar a este diario Ibáñez Facal y continuó: “Aunque esa actividad parecía no tener futuro, era más fuerte la necesidad de sentirse ocupado. Pasaron los años, y las cosas fueron mejorando. Hoy no puedo decir que no tenemos dificultades pero está claro que podemos avanzar. Sin una fuerte regulación del Estado, nuestras industrias volverán a sufrir”.
–¿Por qué el proyecto económico de Macri sería perjudicial para una economía regional como la apicultura?
–El desarrollo de nuestro sector depende mucho de los insumos, de lo que genera la Argentina, no se nutre de lo que viene del exterior. Si Macri abre las importaciones de todo, destruirá la industria argentina. Muchos de los industriales apícolas son descendientes de productores apícolas. En los últimos doce años hubo una diversificación del sector, por ejemplo la producción de indumentaria para las labores. Por eso nos preocupa mucho el libre mercado del macrismo –sentenció Ibáñez Facal.
Las historias de vida de lucha recorren el entramado productivo del país. Pablo Paillole es director de la Federación Agraria, vive en Arteaga, en el sur de Santa Fe, una población de 3000 habitantes. En los `90, la madre de Pablo, Ana Galmarini, era la vicepresidenta del Movimiento de Mujeres en Lucha, una organización que bregaba para evitar que se liquiden las 14 millones de hectáreas hipotecadas. Actualmente, con sus tres hermanos produce un campo de 80 hectáreas con soja, maíz y un criadero de cerdos inaugurado en 2005.
“(María Eugenia) Vidal anunció que posiblemente su ministro de Asuntos Agrarios sea un ex gerente de Monsanto –Leonardo Sarquís–, eso te pinta por dónde viene la cosa. Venimos planteando que el campo no es todo igual, las políticas diferenciadas son necesarias. Y para eso necesitamos un Estado fuerte. A Macri no lo vemos interviniendo a favor de los pequeños productores frente al avance de los pooles o los terratenientes, ni hablar de impulsar una nueva ley de arrendamiento o precios sostén”, aseveró Paillole.
–El programa que plantea de la FAA, ¿podría ser bien recibido por Daniel Scioli?
–La historia de Scioli no me entusiasma, sí me entusiasma la historia del peronismo, la Ley de Arrendamiento, la Junta Nacional de Granos, las mejores políticas de la década del 40 que permitieron que chacareros sean propietarios. El gobierno nacional (FpV) tuvo buenas intenciones pero no llevó adelante todas estas políticas. Pero lo que sí está claro es que un mayor liberalismo económico acentuará la concentración.
El titular de la Uatre, Gerónimo “Momo” Venegas, integrante de la estructura del PRO, fue uno de los detractores del nuevo Estatuto del Peón, sancionado en 2011. “Está bien que Venegas sea del PRO, porque no trabaja para los peones sino para los grandes intereses del campo concentrado. No vienen a cambiar nada a favor de los intereses del pueblo sino a cambiar a favor de un grupo selecto y de las multinacionales”, afirmó Sanhueza.
–Desde el PRO siempre dijeron que le devolverían la potestad de fiscalización al Momo Venegas, ¿qué significa eso?
–Siempre vivimos peor que ninguno, durante la dictadura, el menemismo, y De la Rúa. Para nosotros, Macri es volver a vivir situaciones embromadas –se sinceró este sindicalista del valle de Río Negro y Neuquén.
Las organizaciones que forman parte del Consejo Nacional de la Agricultura Familiar firmaron un documento para acentuar su posición frente al ballottage del 22 de noviembre. “Sabemos que Mauricio Macri y su espacio político expresan los deseos de las corporaciones de ‘un campo sin productores’, un sector rural excluyente, en manos de las corporaciones agropecuarias y agroindustriales. Estamos ante una encrucijada histórica”, concluyeron las organizaciones.
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