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Economía|Martes, 25 de noviembre de 2003
GESTOS DE ACERCAMIENTO ENTRE FACCIONES DE LA UIA

Antes que la sangre llegue al río

Por David Cufré
Mientras esperaban que Néstor Kirchner llegara para iniciar el acto donde se anunció la construcción de un gasoducto, Paolo Rocca y Luis Pagani se acercaron, conversaron y posaron juntos para la foto. El presidente del Grupo Techint y su par de Arcor defienden posiciones opuestas en la caliente interna de la Unión Industrial Argentina, por lo que su encuentro tuvo una inevitable lectura relacionada con ese tema. El Gobierno, según pudo establecer Página/12, colaboró para que los dos popes industriales se cruzaran en la Casa Rosada. También asistieron otros representantes de las dos líneas en que está virtualmente dividida la central fabril. Los empresarios fueron contactados en las últimas dos semanas por distintos funcionarios, entre ellos Roberto Lavagna, para que bajen el tono de la confrontación.
“Están dando un espectáculo pobre que no le sirve a nadie, cuando el Gobierno espera un respaldo claro de las entidades empresarias del sector productivo”, relató a este diario un colaborador del ministro de Economía, reproduciendo el mensaje que escucharon los industriales. El acto en el Salón Blanco era una buena ocasión para mostrar otra imagen. Sentado a la par de Pagani estaba José Ignacio De Mendiguren, el principal operador de Industriales, la línea opositora de la UIA que comanda Techint. El jefe de Arcor, por el contrario, es uno de los principales sostenes de Alberto Alvarez Gaiani, el presidente de la UIA.
Otros dirigentes del oficialismo manufacturero que acudieron al acto fueron Oscar Vignart (Dow Chemical), Juan Forn (Molinos) y Aldo Karagozian (textil). Desde la oposición interpretaron esas presencias como una señal de acercamiento hacia el polo que lidera Techint, lo que podría dejar sin sustento a Alvarez Gaiani. Sin embargo, otras fuentes de la UIA lo relativizaron. “Rocca y Pagani tienen buen diálogo más allá de que disputen espacios de poder”, indicaron.
Un dato que confirma que cada uno se mantiene firme en su posición es que Alvarez Gaiani fue reelecto ayer como presidente de la Copal, la poderosa cámara de la alimentación desde la que ese dirigente hizo su carrera, hasta llegar a la presidencia de la UIA. Además de Arcor, participan de la Copal empresas como Cargill, el Grupo Bemberg (Quilmes), Molinos y Coca Cola, principales apoyos de Alvarez Gaiani, junto a compañías del complejo oleaginoso, como Urquía y Nidera.
Una característica común de esas empresas es que son grandes conglomerados. Pero algunos tienen una posición claramente favorable a un tipo de cambio alto, como los exportadores Cargill y Urquía, y otros preferirían que estuviera más bajo, como las empresas de bebidas. En Industriales los intereses tampoco son siempre coincidentes. Eso demuestra que en buena medida la disputa es por ver quién ocupa el poder. A pesar del pedido del Gobierno, la pelea no está saldada. Y habrá que ver si la próxima semana, cuando se reunirá el Consejo General de la UIA, se aplaca o todo termina por estallar.

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