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Economía|Sábado, 28 de noviembre de 2015
Aranguren dijo que planean autorizar fuertes aumentos en las tarifas eléctricas

Miedos que comienzan a volverse realidad

El futuro secretario de Energía no dio precisiones sobre cuánto podrían subir, pero ofreció alguna pista sobre la magnitud al afirmar que en el área metropolitana de Buenos Aires se paga siete veces menos que en Río Negro, La Pampa o Córdoba.

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Aranguren confirmó que habrá subas en las tarifas de luz, pero todavía no reveló cuándo piensan implementarlas.

El futuro ministro de Energía, Juan José Aranguren, confirmó ayer que habrá un ajuste en las tarifas energéticas del área metropolitana con el objetivo de acercarlas a los costos de su generación y distribución y reducir además la brecha respecto a lo que pagan otras provincias. El ex CEO de Shell no dio precisiones sobre cuánto podrían subir, pero ofreció alguna pista sobre la magnitud al afirmar que en el área metropolitana de Buenos Aires se paga siete veces menos que en provincias como Río Negro, La Pampa o Córdoba por el servicio eléctrico. “Esas distorsiones van en contra de un desarrollo sustentable de nuestra economía, y el mandato que he recibido de Mauricio Macri es poder contribuir en la resolución de estos problemas”, sostuvo en declaraciones radiales. Aranguren dejó en claro también que es probable que se produzcan cortes de energía durante el verano, pero le trasladó la responsabilidad al gobierno que se va (ver aparte). A su vez, aseguró que se mantendrá la mayoría accionaria estatal sobre la petrolera YPF y destacó la importancia del yacimiento de Vaca Muerta.

En lo que refiere a los aumentos, el diagnóstico de Aranguren coincide en parte con el de la consultora de Carlos Melconian, economista designado al frente del Banco Nación, la cual estima que se requiere un aumento de 250 por ciento para la tarifa domiciliaria promedio y hasta 500 por ciento para consumos bajos que actualmente reciben subsidio. Lo único claro por ahora es que el macrismo convalidará fuertes aumentos en las tarifas domiciliarias, pero no queda claro cuándo avanzará. Algunos creen que lo mejor es hacerlo apenas asuman y otros consideran que sería mejor esperar a que pase el verano para que la suba de tarifas no coincida con los cortes que podrían producirse durante los días de mayor calor.

“Normalmente, en los países que son exportadores se subsidia la energía. El nuestro, es tal vez, el único caso que somos un país importador y se subsidia la energía”, aseguró Aranguren, quien cobró relevancia mediática a partir de su enfrentamiento con el kirchnerismo por sus constantes planteos por una suba en los precios del combustible para mantener altos márgenes operativos de las petroleras. El futuro funcionario sostuvo que es necesario recuperar una supuesta racionalidad. “Hemos vivido años en los que las políticas que se implementaron fueron parche tras parche, tratando de administrar el presente sin planificar el futuro”, aseguró. “Es muy difícil poder conducir los intereses tanto privados como estatales si uno no tiene un horizonte adonde poder dirigirse, a los efectos de decidir políticas públicas para alcanzar los objetivos”, sostuvo Aranguren, quien añadió que el objetivo del macrismo es “recuperar los marcos regulatorios, que siguen existiendo y están vigentes por ley, pero que fueron modificados en sede administrativa”.

Respecto al tema tarifas, señaló que debe salirse de la “esquizofrenia” que se vivió en el sector energético en los últimos doce años. “El principal problema que veo para adelante es que un país como el nuestro, rico en recursos, no solo fósiles y no renovables, sino en renovables, hidroelectricidad y nuclear, esté importando el 15 por ciento de la energía que necesita. Esto es un crimen”, sentenció.

En el informe de la consultora de Melconian, que se conoció días antes del ballottage, se insiste en que el 20,6 por ciento del gasto se destina a los subsidios, un total de 242 mil millones de pesos anuales. Las partidas vinculadas a la energía se llevan 14 puntos porcentuales, un total de 164 mil millones de pesos. La mayor parte de los subsidios a la energía se reflejan en tarifas de servicios públicos baratas para la industria y los usuarios residenciales. En tanto, 5 puntos porcentuales del gasto total se explican por los subsidios al transporte. “Se necesita una reducción nominal respecto a 2015 para cerrar el programa. La alternativa es recortar otros gastos”, dice el informe. La estimación de Melconian, uno de los principales referentes económicos del macrismo, es que para eliminar los subsidios en electricidad se debe aumentar un 250 por ciento la factura domiciliaria promedio. Eso implica que una factura de 50 pesos bimestral pasaría a 175 pesos. En el caso de los consumos pequeños subsidiados deberían subir 500 por ciento, de 50 a 300 pesos. Para el comercio y la industria deberían aumentar un 400 por ciento, según su diagnóstico.

En el caso del gas, la factura domiciliaria promedio debería subir entre un 70 y un 100 por ciento, aunque más de la mitad de los hogares con pequeños consumos deberían pagar casi 200 por ciento más. En promedio, una factura de 120 pesos pasaría a entre 204 y 240 pesos, aunque podría llegar a 360 pesos si entra en la quita más agresiva de subsidios. En este sector el actual gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aplicó una quita selectiva de subsidios, pero se mantuvieron abiertas excepciones directas, como el registro para la autopostulación de los usuarios y además se excluyó de cualquier impacto a todos los usuarios con condiciones climáticas de frío severas, como el territorio geográfico desde La Pampa hasta Tierra del Fuego y la Puna en Jujuy.

En el caso de YPF, Aranguren aseguró que quedará “con la configuración accionaria que tiene –51 por ciento en manos estatales, 26 por ciento del Estado nacional y 25 por ciento de las provincias– y el resto en manos privadas”. “En ningún momento se cuestionó mantener la composición accionaria de la compañía: YPF sigue como está, sigue siendo la empresa líder y se buscará que sea más eficiente”, adelantó. En realidad, la posibilidad de una reprivatización de la petrolera estatal había sido deslizada por el presidente electo Mauricio Macri. Por su parte, Aranguren había señalado días atrás que el autoabastecimiento no era una prioridad para el país, lo que se contradice con su intención de dejar de importar energía. Sobre el yacimiento de combustible no convencional en Vaca Muerta afirmó que es un proyecto muy significativo. “El proyecto ha llegado para quedarse y la actual coyuntura de precios en el mercado internacional no va a ser obstáculo para que se desarrolle”, ratificó. En materia de gas insistió en la necesidad de recuperar la inversión.

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