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Economía|Martes, 19 de enero de 2016
Los trabajadores piden su reubicación en otras compañías o la venta de la empresa

Sin respuesta para los despedidos de Sol

El Ministerio de Trabajo citó para mañana a trabajadores y empresas del sector para estudiar la posibilidad de reubicar empleados. Otra opción es la venta de la aerolínea.

Por Cristian Carrillo
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Trabajadores de Sol siguen acampando en los aeropuertos.

El conflicto laboral detrás de la rescisión del contrato entre Aerolíneas Argentinas y la empresa Sol, que operaba hace unos meses como subsidiaria de la línea de bandera, se encuentra lejos de encontrar una solución. Los 220 telegramas de despidos que recibieron los trabajadores de la aerolínea rosarina fueron declarados nulos y sin efecto porque la empresa no cumplió con los pasos legales necesarios para las cesantías. Así lo dispuso el Ministerio de Trabajo luego de una reunión en una de las sedes de esa cartera, en la que estuvieron presentes los principales delegados gremiales y representantes de la empresa. Sin puntos de acuerdo entre las partes y sin un plan para reubicar a los empleados eventualmente despedidos, se dispuso un cuarto intermedio hasta mañana, fecha a la que fueron invitadas otras empresas del mercado aeroportuario, incluyendo a la estatal Aerolíneas Argentinas. Los sindicatos buscan que se reubiquen los trabajadores en proyectos de expansión de las otras compañías, mientras continúa el acampe en los mostradores de los principales aeropuertos del país. Los gremios no descartaron llamar esta semana a un paro aeronáutico nacional.

El gobierno de Mauricio Macri rescindió la semana pasada un contrato de código compartido que existía entre Aerolíneas y Sol, con el objetivo de ofrecer destinos que requieren de unidades pequeñas por la baja ocupación por vuelo. El acuerdo había sido celebrado en julio del año pasado, pero estaba operativo recién desde septiembre último, e implica la compra por parte de Aerolíneas de horas de vuelo (horas-block) a la empresa Sol. El convenio era por cuatro años a los efectos de poder darle a la empresa un horizonte de continuidad que le permitiera cerrar acuerdos de alquiler de aeronaves por ese lapso. Sol tenía la obligación de modernizar la flota y se hacía cargo de los costos laborales y del combustible. Aerolíneas se quedaba con la venta de los pasajes. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, argumentó que el convenio era totalmente inconveniente para la línea estatal. Entre los trabajadores crece la sospecha de que se busque favorecer a LAN. La rescisión del contrato derivó en la cesación de las actividades de la aerolínea rosarina y el envío de los primeros telegramas de despidos.

Desde el sábado, un grupo de trabajadores de Sol Líneas Aéreas inició un acampe frente a los mostradores del principal aeropuerto de Rosario, a la espera de una solución al conflicto. El estado de alerta se repite en otras estaciones aéreas, en la que los empleados reclaman la presencia de autoridades de la empresa. Los trabajadores exigen que la firma se haga responsable y pague los salarios adeudados correspondientes a todos los empleados que ahora quedaron sin trabajo. Piden también la reincorporación en otra compañía aérea, como Aerolíneas Argentinas.

La reunión en la sede laboral fue encabezada por el secretario de Trabajo, Ezequiel Sabor, con presencia de dirigentes de los principales gremios aeronáuticos que se retiraron sólo con la firma del acta acuerdo y sin una solución. “Los 220 telegramas de despido quedaron nulos. No tienen validez, por más que hayan llegado a las casas de los trabajadores, porque no se cumplieron los pasos y los plazos legales correspondientes”, afirmó al término de la reunión Edgardo Llano, secretario de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA). El gremialista sostuvo que desde el Ejecutivo se deslizó que se estaba negociando con una empresa para que compre la aerolínea Sol, pero no se les comunicó cuál podría ser. Según fuentes del sector privado, las firmas en danza para hacerse cargo de las operaciones de Sol podrían ser American Jet, propiedad del grupo Vía Bariloche, y London Supply, concesionaria de aeropuertos de Calafate y Ushuaia.

La reunión continuará mañana a las 15. “Estamos invitando a autoridades del Ministerio de Economía, ANAC, Orsna y representantes de las empresas privadas. La idea es que con todos ellos puedan acercar soluciones”, dijo a Página/12 el secretario de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró. El representante de APLA insistió en la posibilidad de reubicar a los eventuales despedidos en los planes de expansión de otras aerolíneas, principalmente en Aerolíneas Argentinas, Austral y Andes. “Si se busca sólo una solución de mercado sin conciencia política, no va a aparecer. La decisión política es lo que va a permitir que se puedan generar espacios que permitan dar soluciones”, aseguró Biró. En el caso de la línea de bandera, los planes de expansión no están tan claros con la nueva administración, que adelantó que cambiará el esquema de negocios a rutas más rentables.

“No vengo con un plan de ajuste infinito pero se puede recortar gasto”, es lo que les comunicó a los trabajadores la flamante titular de AA, Isela Costantini. En la reunión hubo varios cruces por la configuración accionaria de Sol y de su fideicomiso, cuyos representantes no se dieron a conocer. Eso se debe a que el grupo detrás de la aerolínea, Transatlántica, propiedad de Horacio Angeli, pretende desembarcar en la actividad bancaria en la Ciudad de Buenos Aires, pero para ello no puede tener en sus balances –ni en sus unidades de negocios del grupo– un pedido de quiebra.

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