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Economía|Miércoles, 6 de abril de 2016
Obama condenó las maniobras empresarias de elusión fiscal mediante las radicaciones offshore

“Se aprovechan de la permisividad”

La noticia dio vuelta al mundo e impactó donde Macri menos lo esperaba. Obama, en conferencia de prensa, condenó las maniobras que “grandes compañías e importantes fortunas” realizan para eludir el pago de impuestos.

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“El sistema es tan permisivo que, con suficientes abogados y contadores, se pueden eludir las obligaciones.”

El presidente estadounidense, Barack Obama, apuntó ayer contra las corporaciones empresarias que hacen uso de los paraísos fiscales para no pagar los impuestos que le corresponden, al comentar la revelación de los activos offshore conocidos a partir de la filtración de la base de datos de una firma de abogados de Panamá. “Están aprovechándose del sistema, de normas tan permisivas que, si tienen suficientes abogados y suficientes contadores, pueden eludir sus responsabilidades”, señaló el mandatario norteamericano, que pidió a los periodistas que respalden las reformas que está formulando el Departamento del Tesoro de su país apuntadas a desincentivar el proceso de transferencias de activos empresarios a territorios offshore para eludir el pago de altas tasas impositivas. Esta vez, el discurso de Obama no pareció tan coordinado con el de Mauricio Macri, como cuando visitó la Argentina y hasta elogió las medidas de “los primeros cien días” de mandato del anfitrión. Ahora, en cambio, quien el 23 de marzo era su “socio”, ahora quedó mencionado entre los que intentaron “aprovecharse” de un sistema financiero internacional demasiado permisivo hasta permitir su utilización para eludir las responsabilidades fiscales. Mientras el gobierno de Mauricio Macri trataba de “naturalizar” la apertura de una empresa fantasma en una guarida fiscal, Obama debió condenar estas prácticas como parte de las fisuras legales que permiten eludir las obligaciones fiscales.

Al referirse específicamente al escándalo Panama Papers, indicó que “no sucede solamente en otros países, porque hay gente en Estados Unidos que también se beneficia de esto, y en gran parte (la operación) es legal, ese es el problema”. Obama trazó un paralelo entre los casos denunciados en los llamados Panama Papers, surgidos por filtración de los archivos del estudio Mossak Fonseca, de Panamá, y las maniobras conocidas en Estados Unidos como “corporate inversions”, mediante la cual las compañías trasladan a una guarida fiscal su sede legal pero no sus operaciones. De ese modo, el domicilio fiscal pasa a estar en una jurisdicción no alcanzada por las elevadas tasas impositivas estadounidenses sobre sus ingresos ni transacciones.

“No hay dudas de que el problema de la evasión fiscal global es un enorme problema”, respondió Obama a una consulta sobre los Panama papers. “Tuvimos algún progreso a través de la coordinación entre las autoridades impositivas entre diferentes países. Pero yo ya lo he dicho antes, muchas de estas cosas son legales, no ilegales. Y a menos que Estados Unidos y otros países apunten a tapar estas fisuras, después se puede rastrear lo que está pasando pero no se podrá hacer nada para detenerlo”.

Durante el gobierno de Cristina Kirchner, Argentina participó activamente en la firma de acuerdos bilaterales de intercambio fiscal, justamente para ajustar los controles sobre operaciones de multinacionales, muchas veces intrafirma, para detectar operaciones como la denominada “precios de transferencia” (subfacturación o sobrefacturación entre filiales). En cambio, la desregulación financiera que alentaron algunos países centrales facilitó las maniobras de evasión y elusión, que fue aprovechada incluso por el narcotráfico y la venta ilegal de armas, asociados a grandes bancos estadounidenses. En este caso, la actitud del gobierno de Estados Unidos fue absolutamente permisiva, sino directamente cómplice. Aun en casos que merecieron condena judicial, las penas para los bancos jamás excedieron el pago de una multa, y sus directivos nunca fueron alcanzados. Entre los principales bancos de Estados Unidos, prácticamente ninguno quedó al margen de alguna condena judicial por participar de operaciones de lavado de dinero o evasión impositiva planificada.

Barack Obama, sin embargo, ayer no dejó de expresar de todas las formas posibles su preocupación por estos hechos. El presidente norteamericano, aunque admitió que la cuestión de las “corporate inversions” era diferente a la de las empresas fantasma que revelaron los Panama Papers, señaló que todas estas desviaciones mostraban a Estados Unidos y al resto de los países afectados la necesidad de trabajar más estrechamente para prevenir estas maniobras de grandes compañías y grandes fortunas personales. “Si uno observa las cifras de elusión fiscal por maniobras legales, sumado a la evasión fiscal ilegal, se da cuenta que no estamos hablando solamente de miles de millones de dólares, sino de billones de dólares a nivel mundial”, remató el mandatario estadounidense.

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