El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, ya inició la ronda de consultas con los técnicos de las distintas centrales sindicales en busca de un consenso para derogar la reforma laboral de abril de 2002, más conocida como “Ley Banelco”, por el espurio procedimiento con el que se logró el voto de la oposición justicialista de entonces. La expresa instrucción del Presidente de la Nación es que se tenga listo para el viernes 16 el proyecto de ley que se enviará al Congreso para su tratamiento en extraordinarias.
Según le advirtió el ministro a sus interlocutores, “no habrá ronda de negociaciones”, sino que se escuchará la opinión de cada central sindical. Por el momento, no se prevé ningún encuentro con organizaciones patronales, aunque se descuenta que éstas se las ingeniarán para hacer llegar sus “sugerencias”. El Gobierno busca “acordar” en torno de cinco o seis ejes centrales para reemplazar la reforma laboral del 2000:
- La reducción del período de prueba.
- Mantener la vigencia de los convenios colectivos sin plazo, hasta su reemplazo en paritarias convocadas por acuerdo de las partes (ultraactividad).
- Mientras que la Ley de Contrato de Trabajo original estimulaba los convenios por rama de actividad, la “Ley Banelco” los impulsaba por empresa. Se acordaría que se negocien en el nivel que las partes libremente establezcan.
- Montos indemnizatorios por despido.
- Homologación de convenios por el ministerio.
La intención de Tomada es acordar sobre estos ejes y dejar otros, como el régimen de aportes sociales o el derecho de huelga, para más adelante, por temor a que los temas más espinosos traben el tratamiento en el Congreso. Por ahora, su mayor urgencia es cumplir con el estricto plazo impuesto por Kirchner.
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