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Economía|Miércoles, 20 de marzo de 2002
LA BANCA LE OFRECE APOYO A DUHALDE Y RECLAMA PARAR LA OFENSIVA JUDICIAL

El día en que se terminó la nueva alianza

La banca internacional recuperó su espacio de poder en la Casa Rosada. El Gobierno necesita su apoyo para que el dólar no se dispare. Los banqueros, a su vez, reclaman el compromiso oficial para frenar el accionar de la Justicia en su contra.

Por Raúl Dellatorre
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Eduardo Duhalde, junto al titular de la SIDE, Carlos Soria, recibió ayer a directivos de ABA.
El encuentro, según se comentó, fue negociado directamente entre los banqueros Manuel Sacerdote y Emilio Cárdenas con Eduardo Duhalde. Tras los enfrentamientos que marcaron la relación entre la banca y el Gobierno en el inicio de la actual gestión, ayer un importante núcleo de directivos de la Asociación de Bancos de la Argentina estrechó lazos con el presidente de la Nación y aprovechó para reclamarle algún esfuerzo para frenar “el asedio y la persecución” de la Justicia a los banqueros. “Es otro Duhalde”, comentó a este diario uno de los participantes del encuentro, comparando al de ayer con el que se despachaba con discursos contra la especulación financiera y a favor de una “nueva alianza con la producción” hace apenas dos meses. Ayer, los banqueros volvieron a sentir en la Casa Rosada esa sensación de poder no cuestionado de que supieron disfrutar durante las gestiones de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.
La presencia de Carlos Soria, titular de la SIDE, durante el encuentro de los banqueros con Duhalde, mereció más de una interpretación. Algunos señalaron que los financistas habían manifestado previamente sus sospechas de que la mano de la SIDE estaba detrás de algunos “escraches” a bancos, por lo que la presencia de Soria habría tenido la intención de la desmentida y de transmitir calma en ese aspecto. Otros, en cambio, atribuyeron su participación a “la buena relación personal que tiene con algunos banqueros” y que, en ese papel, habría funcionado como nexo para posibilitar el acercamiento con Duhalde. Una tercera versión indica que los banqueros le habrían pedido al Gobierno que les hiciera una evaluación sobre quiénes estaban detrás de los “escraches”, que los hombres de finanzas se resisten a creer que sean espontáneos.
De un modo u otro, la cuestión de la seguridad flotó en el ambiente durante todo el encuentro de ayer. Los banqueros expresaron su enorme preocupación por la actitud de la Justicia en provincias como Chaco y Corrientes, donde la facilitad en conseguir un amparo en los tribunales ha promovido un significativo pase de cuentas a las sucursales en esas provincias. Algunos bancos están dispuestos, incluso, a cerrar sus sucursales allí para evitar la sangría de depósitos.
Entre los “escraches” y las citaciones judiciales, los banqueros se sienten “el pato de la boda”, como señaló ayer uno de ellos. Aunque públicamente no puedan reconocerlo –sería admitir la falta de independencia de poderes–, ayer le pidieron a Duhalde “hacer algo para
parar la ofensiva” de los jueces sobre los popes financieros.
Manuel Sacerdote, del BankBoston, y Emilio Cárdenas, del HSBC, tomaron la voz cantante en la reunión de ayer, asumiendo el papel de la nueva conducción de ABA frente a la paulatina retirada de Eduardo Escasany, que pronto dejará la presidencia del Banco de Galicia. La delegación de la banca también estuvo compuesta por representantes del Citibank, BBVA Francés, Río Santander, Hipotecario y Sudameris.
Tras el encuentro, los banqueros destacaron el clima cordial y el cambio de actitud de Duhalde. Hubo un reconocimiento inicial del presidente de la Nación al “rol de la banca en la sociedad”, diametralmente alejado de aquellas críticas a la especulación financiera de principios de enero. “Me sorprendió el tono, es la primera vez que lo veo así”, señaló uno de los banqueros más habituados a tratar con funcionarios de alto rango.
Según la versión ofrecida por otro de los presentes, el jefe del Estado no modificó su tono sereno cuando habló del esperado acuerdo con el FMI. Mencionó su confianza en el cambio de clima de los negocios “a partir del acuerdo” y pidió a los banqueros que ayudaran al Gobierno, haciendo algún esfuerzo por evitar una escalada del dólar.
No hubo compromisos concretos, pero de ambos lados –Gobierno y banqueros– se sintió la misma sensación de haber restablecido un clima de confianza y complicidad de objetivos. Con buen criterio, de una y otra parte eludieron los pronósticos sobre el curso de la economía en los próximos meses. Lo prioritario, ayer, era reanudar el vínculo político.

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