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Economía|Sábado, 15 de octubre de 2016
AUDITORIO DE EMPRESARIOS ESCEPTICO CON LAS PROYECCIONES DE INFLACION DEL TITULAR DEL BCRA

Sturzenegger insiste con el número 17

En el Coloquio de IDEA, el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, ratificó las metas de inflación para 2017. Los empresarios más optimistas proyectan un 20.

Por Cristian Carrillo
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Sturzenegger promueve que el salario real no aumente.

El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, defendió ayer su estimación de inflación para el año próximo –en un rango de entre 12 y 17 por ciento– ante un foro empresario que se prepara a enfrentar aumentos de precios por encima del 20 por ciento. Durante el desarrollo del Coloquio de IDEA, que tuvo lugar hasta ayer en Mar del Plata, analistas y CEO de grandes compañías, tanto en sus disertaciones como en las charlas de pasillo, coinciden en que la inflación será mayor a la prevista en el Presupuesto y en las metas oficiales anunciadas a principio de año. Sin embargo, el titular de la autoridad monetaria remarcó que “las metas son cumplibles y sus plazos razonables en la práctica”.

Sobre la base de esa estimación, el banquero central insistió en que es razonable que la paritaria de este año se ubique levemente por debajo de la suba de precios de este año, debido a que su actualización tiene que tener en cuenta la supuesta tendencia a la baja en la inflación para el año próximo y no la pérdida en el actual ejercicio.

Pese a haber sido asesor temático y luego integrante del Comité del Coloquio, Sturzenegger es el funcionario macrista que menos simpático cae por estos días a los empresarios que pretenden una mayor devaluación y una política monetaria menos contractiva. Al inicio de su discurso, el cual fue entregado a cada uno de los asistentes previamente –una práctica habitual del banqueroa, recogió el guante e hizo referencia a la responsabilidad de cada uno de los actores.

“En la agenda del empresariado en general mucho del énfasis estaba puesto en la gestión de lo público, y no en temas empresarios en sí mismos. Temas de innovación y dinamismo se veían relegados por una agenda más estéril, porque el objetivo no era proyectarse hacia delante sino protegerse o conseguir un beneficio que a la postre pagaba el resto de la sociedad”, dijo ante un auditorio en silencio y tocado en su orgullo.

Sostuvo que su obligación es garantizar una inflación baja. “Hace unos meses, cuando establecimos la primera meta del 1,5 por ciento mensual para el último trimestre, el anuncio fue tomado con bastante escepticismo. Sin embargo, hoy las expectativas de inflación ya están prácticamente alineadas con el objetivo. La inflación promedio de julio, agosto, septiembre y octubre seguramente estará en el orden del objetivo buscado. Es decir que aquello que se consideraba hace tan sólo unos pocos meses inalcanzable, hoy no solo es una realidad, sino que se alcanzó incluso dos meses antes de lo pautado”, afirmó.

Se manifestó confiado en que el gobierno presentará un programa fiscal consistente y sustentable en línea con las expectativas inflacionarias. No obstante, insistió en que la tarea es propia: “En el mundo se ha derrotado a la inflación porque los bancos centrales se han hecho responsables de la tarea de reducirla, y que sus instrumentos han probado ser suficientes y los resultados contundentes”. Remarcó que la principal herramienta es la tasa de interés y la cantidad de dinero del sistema, mientras que rechazó el uso del tipo de cambio como ancla nominal para los precios. “Esto no es una decisión caprichosa. Una economía como la de Argentina necesita de la flexibilidad cambiaria para acomodarse a los shocks que surgen en la economía global”, explicó.

Sobre la base de esa cuestión, Sturzenegger se subió a la discusión sobre la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, por lo cual los gremios reclaman reapertura de paritarias o un bono de fin de año. “Si la inflación se acelera, los acuerdos paritarios deberían ser superiores a la inflación pasada, porque una mayor inflación implica que los salarios pierden poder adquisitivo de manera más rápida, por lo que se requiere un ajuste adicional en el arranque para compensarlo. Pero si la inflación cae, que es el contexto que está transitando actualmente Argentina, para mantener el salario real promedio constante, el aumento paritario debe entonces ser menor a la inflación pasada. Pero ese número dependerá del momento del año en que se hace la negociación, y el cambio en el salario real que se pretende en promedio para dicho acuerdo”, argumentó.

Este razonamiento no toma en cuenta la pérdida de poder adquisitivo que tendrán los salarios formales al cierre de este año y anticipa que el gobierno utilizará la cifra de 17 por ciento como techo a la negociación paritaria. “No consideramos que los salarios sean un ancla, aunque creemos que la información y la coordinación de todos los actores con el entendimiento de cómo se moverán los precios representa un elemento de vital importancia para las decisión que tomen empresas y trabajadores”, concluyó.

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