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Economía|Martes, 17 de febrero de 2004
AUMENTARAN LOS TAXIS EN CAPITAL AUN ANTES QUE EL GNC

El reloj, más rápido que el surtidor

El titular de Infraestructura porteño admitió ante propietarios de taxis la necesidad del ajuste. Hoy analizarán su alcance.

Por Raúl Dellatorre
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“No vamos a cambiar congelamiento de tarifas por deterioro del servicio”, advierten desde el gobierno.
El Gobierno de la Ciudad definirá, en los próximos días, un aumento en la tarifa de los taxis que prestan servicio en la Capital. Dicho incremento sería inferior al reclamado por las cámaras de propietarios de taxis –del 25 al 40 por ciento–, pero buscará darle “algún grado de recomposición de ingresos al sector, a cambio de inversiones en la renovación de la flota y en el mantenimiento de la calidad del servicio”. Ayer, los representantes de los propietarios de taxis fueron recibidos por Roberto Feletti, secretario de Infraestructura del gobierno porteño, y hoy habrá un nuevo encuentro entre las partes, pero a nivel técnico, para analizar la rentabilidad del sector y no sólo a la luz del futuro aumento del GNC.
Los titulares de la Asociación de Taxistas de la Capital, la Federación Metropolitana de Propietarios de Taxis y la Asociación Empresaria de Taxistas llevaron ayer su demanda a las autoridades comunales, reclamando un ajuste en las tarifas que había sido prometida en mayo del año pasado –en un plazo que se había fijado entonces en 90 días–, pero nunca se cumplió. El sector viene con un desfasaje de arrastre entre costos y tarifas, que está provocando –según admiten representantes del gobierno de la Ciudad– un deterioro del parque automotor. El aumento en los insumos, repuestos y en el precio de las unidades nuevas se hizo sentir fuertemente sobre la rentabilidad del sector. “El aumento del GNC –anunciado, pero no aplicado todavía– tiene una incidencia menor, pero actuó como detonante”, explicaron los representantes del Gobierno de la Ciudad en las negociaciones.
Las entidades de este sector del transporte urbano presentaron un reclamo de fuerte ajuste de tarifas, a través de distintas propuestas que oscilan entre un 25 y un 40 por ciento de aumento. En un caso, el pedido contempla un ajuste en tres etapas a lo largo del corriente año. La respuesta que recibieron de Feletti tuvo un tono comprensivo: “Si no queremos dejar caer el nivel del servicio, hay que pensar en una recomposición tarifaria”, les señaló a los visitantes durante el encuentro. Pero también les advirtió que “si aplicamos porcentajes tan altos de ajuste, el efecto va a ser que muchos usuarios se verán expulsados y no se va a lograr la mejora de ingresos esperada”.
La postura oficial frente al conflicto podría traducirse en los siguien-tes términos: entre permitir cierto envejecimiento del parque de taxis a cambio de mantener la tarifa sin aumento, y permitir algún aumento a cambio de inversiones, el gobierno se inclina por la segunda opción. Es decir, habrá aumento.
En el mes de mayo del año pasado, el gobierno admitió un aumento del 14 por ciento, prometiendo que una comisión definiría en 90 días cómo se completaría la recomposición tarifaria. La comisión nunca se reunió y el tema quedó olvidado hasta que la semana pasada se anunció que, con el ajuste del gas para grandes usuarios, también se afectaría el precio del GNC, combustible utilizado por el 40 por ciento del parque de taxis porteños.
Aunque la incidencia del eventual aumento de dicho combustible no es tan significativa, el anuncio fue el detonante para que los taxistas volvieran al reclamo de un ajuste en su tarifa. Tan es así que ni siquiera ensayaron, como planteo alternativo, que se compensara a los estacioneros para que les siguieran vendiendo el GNC al precio actual, tal como se hizo con el gasoil en su momento en beneficio de los transportistas de carga.
Sobre 38 mil unidades habilitadas como taxis en Capital, se calcula que hay 29 mil en actividad. La edad promedio del parque se encuentra entre 5 y 8 años, con autorización a circular con hasta 12 años de antigüedad. Las asociaciones de taxistas reclamaron extender ese límite a 14 años, pero difícilmente el gobierno porteño acceda. La intención oficial es alentar la renovación de la flota y no hacer concesiones para su envejecimiento. Parte de la propuesta al sector iría por el lado de una rebaja en las patentes para las unidades cero kilómetro que se incorporen al servicio.”Somos partidarios de dar incentivos a cambio de inversión”, refirió Feletti.
El valor actual de la “bajada de bandera” –encendido del reloj– está en 1,28 peso y la ficha por recorrido, en 14 centavos. Los responsables técnicos del área de Transporte del Gobierno de la Ciudad estudian si conviene aplicar un porcentaje único a ambos componentes de la tarifa o diferenciar, alentando más el uso del taxi para viajes largos (menor ajuste en el valor de la ficha). Los expertos aseguran que la composición del aumento no es neutra con respecto a la concentración del sector. También se analiza, como hipótesis, un aumento pautado –en dos o tres etapas– de la tarifa. Todo ello dependerá de los resultados de las reuniones técnicas que comienzan hoy. Y de la reacción del público ante estas primeras noticias sobre el ajuste.

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