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Economía|Viernes, 12 de marzo de 2004
EN EL ULTIMO TRIMESTRE DE 2003 EL DESEMPLEO FUE DEL 14,5 POR CIENTO

Menor desocupación, aprovechando el empuje

El crecimiento del Producto se tradujo en mayor empleo. Sólo en el último trimestre del año anterior se crearon 230 mil puestos de trabajo. Los planes Jefas y Jefes con contraprestación laboral aportan más de 500 mil empleos, según la medición del Indec. Sin ellos, la desocupación trepa a 19,7.

Por Claudio Scaletta
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El impulso de la recuperación económica redujo el desempleo en casi dos puntos en el último trimestre, según el Indec.
De acuerdo con cifras oficiales, el desempleo en el cuarto trimestre de 2003 se ubicó en el 14,5 por ciento, lo que significa una baja de 1,8 puntos con respecto al trimestre anterior, cuando el registro marcó 16,3 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Así, el aumento del Producto Interno Bruto a partir del segundo trimestre de 2002 se tradujo en mayor empleo. Sólo en el último cuarto de 2003 los trabajadores ocupados aumentaron en 230.000.
Cabe destacar, sin embargo, que este aumento del empleo se asentó especialmente en algunas características particulares de la estructura productiva local inherentes al nuevo modelo: un tipo de cambio alto y salarios relativos bajos que favorecieron la producción de mano de obra intensiva, especialmente en los sectores no transables, como por ejemplo la construcción, frente a la de sectores dinámicos con un mayor uso de los ahora encarecidos bienes de capital.
Otro punto que debe destacarse es la baja del desempleo que responde al trabajo subsidiado a través de los planes Jefas y Jefes. Bajo el supuesto “fuerte” de que quienes reciben un plan y realizan una contraprestación no tendrían trabajo de no mediar el subsidio, el Indec destaca que la desocupación llegaría al 19,7 por ciento. Considerando los parámetros absolutamente laxos que la entidad estadística utiliza para considerar que una persona está ocupada, el haber trabajado al menos una hora en la semana previa a la encuesta, es probable que una considerable porción de quienes hoy realizan un trabajo precarizado remunerado con los 150 pesos del plan se contarían entre los ocupados. En la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), los beneficiados por subsidios se encuentran tanto entre los empleados como en los desempleados, de acuerdo a si realizan o no alguna contraprestación.
Debe tenerse en cuenta, además, que el desempleo medido por el Indec, es decir el “desempleo abierto”, es integrado por quienes en el último mes en que fueron encuestados buscaron activamente empleo, y por lo tanto deja fuera múltiples formas de precariedad laboral, desde los ocupados que trabajan con remuneraciones inferiores a la mínima hasta quienes por falta de perspectivas, directamente abandonaron la búsqueda laboral.
A ello se suma la subocupación, quienes trabajan menos de 35 horas semanales, que sólo bajó 0,3 puntos respecto al trimestre anterior y llega al 16,3 por ciento de la PEA. Además, el 70 por ciento de estos subocupados son “demandantes”, es decir, buscan activamente otra ocupación.
Los datos surgen del estudio de 28 aglomerados urbanos de todo el país que abarcan la situación de 23.176.000 habitantes, con una población económicamente activa (PEA) de 10,6 millones de personas, según precisó el Indec. Sobre ese total, siempre de acuerdo a cifras oficiales, existen 1.539.000 desocupados y 1.725.000 subocupados. Pero si el análisis se hace sobre una PEA total, estimada cercana a las 14 millones de personas, y considerando desempleados a los beneficiarios de los planes sociales, los desocupados sumarían algo más de 2 millones y los subocupados 2,3 millones, lo que indica que al menos 4,3 millones de argentinos enfrentan problemas de empleo. Una vez más, sin considerar la precariedad laboral de quienes tienen trabajo. Esto quiere decir que a pesar de la mejora del empleo vinculada al crecimiento del PIB la situación laboral sigue presentando un panorama desalentador. Panorama que sólo es parcialmente mitigado por la existencia de los planes asistenciales.
En este contexto, el presidente Néstor Kirchner consideró como “muy importante” la baja del desempleo, pues ello permitirá “consolidar el modelo y el proyecto económico”.
En otro orden, la EPH mostró también que la evolución del empleo acompañó las disparidades de crecimiento en las distintas zonas del país. Así, la región con mayor desempleo es el área metropolitana Gran Buenos Aires, donde la tasa es del 15,6 por ciento. En la ciudad de Buenos Aires, en tanto, el índice es de 11,3 por ciento y en el conurbano del 17,1 por ciento. La región con menor desocupación continúa siendo la Patagonia, con una tasa de 8,6 por ciento. En Cuyo, el índice de desempleo es de 11,2 por ciento, mientras que en el NEA es de 9,9 por ciento; el NOA de 13,8 por ciento y en la región pampeana de 14,4 por ciento.
El informe del Indec incluyó también un análisis semestral de lo ocurrido durante 2003. De julio a diciembre, el promedio de desempleo fue de 15,4 por ciento, lo cual implica una disminución de 3,7 por ciento con relación al primer período.

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