Imprimir|Regresar a la nota
Economía|Miércoles, 24 de marzo de 2004

Economía y los bancos van adaptando el Plan Dubai

Después de las dos jornadas iniciales de trabajo, que reunieron a unos cuarenta economistas, funcionarios de Hacienda y de los colocadores acordaron pautas para definir el superávit fiscal.

Por David Cufré
/fotos/20040324/notas/NA10FO01.JPG
Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas. Lideró el encuentro.
Los papeles iban y venían. Unos cuarenta economistas, entre los del Gobierno y los de los bancos, dibujaban números y discutían sobre ellos. En particular, sobre uno: el que marcaba el superávit primario para los próximos dos años. Néstor Kirchner ya dijo que no se moverá de un nivel equivalente a 3 puntos del Producto Interno Bruto. Sin embargo, en esa reunión de economistas, del sindicato de bancos que asiste al Poder Ejecutivo en la elaboración de la propuesta definitiva de reestructuración de la deuda, se planteó una alternativa distinta: que el 3 por ciento sea el excedente fiscal de la Nación, además del 0,6 por ciento de superávit al que se comprometieron las provincias. Hasta el momento, el 3 por ciento es la suma de 2,4 puntos de la Nación y 0,6 de las provincias. El cambio sería sustancial, ya que permitiría mejorar sensiblemente la oferta a los acreedores, a costa de un sobreesfuerzo fiscal del Estado.
El sindicato de bancos se reunió los últimos dos días para empezar a delinear la oferta que la Argentina les hará a los acreedores. Fue su primer encuentro desde su formación. La delegación más grande la aportó el Banco Nación, con una decena de economistas, mientras que los bancos extranjeros –Merrill Lynch, Barclays y UBS– vinieron con equipos de dos o tres personas. El Galicia y el BBVA Francés, los otros dos participantes del sindicato, también fueron más moderados con la cantidad de asistentes. Por Economía estuvieron Guillermo Nielsen y sus colaboradores de la Secretaría de Finanzas.
El trabajo comenzó con una exposición de ejercicios macroeconómicos, que ponderaban una tasa de crecimiento probable para los próximos años, una posible evolución del tipo de cambio real, qué pasaría con el frente externo y hasta con el mercado laboral. De todo ello depende que la propuesta de reestructuración sea sustentable a largo plazo. A ese menú hay que agregarle una evaluación de la sostenibilidad política y social de la oferta. El Gobierno le da una especial importancia a estos últimos dos ítem. Quiere convencer a los países del Grupo de los Siete que está dispuesto a llegar a un arreglo con los acreedores, pero que ese acuerdo debe contemplar todos los aspectos, no sólo los numéricos.
Los trabajos siguieron con una primera exposición de la posible ingeniería financiera que podría armarse para ofertar a los tenedores de bonos, mientras que la última etapa estuvo dedicada a estudiar los aspectos legales del canje. Hasta el momento se conoce el boceto que Roberto Lavagna presentó en Dubai en septiembre del año pasado, pero al que hay que llenar de contenido. Son varios los que creen que el resultado final será bastante distinto de aquel primer esbozo.
Por lo pronto, en la reunión del sindicato fueron varios los economistas que plantearon que el gobierno nacional debe estirar el superávit a 3 por ciento en 2005 y 2006, contra –como se explicó más arriba– el 2,4 por ciento actual. La perspectiva para los años siguientes sería mantener ese nivel de 3 puntos. Con ello, la propuesta a los bonistas sería bastante más atractiva que la de Dubai. El costo, claro, recaería en todos los argentinos.
Los bancos extranjeros señalaron que será difícil convencer a los acreedores que los bonos atados al crecimiento son una buena opción. El problema, desde el punto de vista de los bonistas, es que el mercado le pone un valor casi despreciable a ese premio por crecimiento. Es decir que si quieren vender los títulos nuevos en el mercado secundario, no obtienen una ganancia adicional por esa promesa de pago en caso de una mejora del PBI. Los economistas recordaron la experiencia de México y Venezuela, que pusieron bonos atados al precio del petróleo como parte de su oferta en el Plan Brady y el mercado no lo valoró. Y, para peor, el petróleo después aumentó y los países tuvieron que pagar lo que habían prometido.
En la city, el consenso de consultores e inversores es que se produjo un cambio importante en la voluntad del Gobierno de apurar los pasos de la reestructuración. Y que la oferta de Dubai será mejorada.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.