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Economía|Martes, 16 de noviembre de 2004
ACUERDO PARA AMPLIAR LA CAPACIDAD DE IMPORTAR GAS DE BOLIVIA

Repsol en las dos puntas del negocio

La petrolera participa en la ampliación del gasoducto, pero venderá el gas que se inyecte en Bolivia. Su nuevo titular, con Kirchner.

Por Raúl Dellatorre
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Antonio Brufau, flamante presidente de Repsol YPF. Atados al éxito de la Argentina, según dijo.
Antonio Brufau debutó ayer ante el gobierno argentino como presidente de Repsol YPF anunciando una inversión de 100 millones de dólares en la ampliación de la capacidad de transporte del Gasoducto Norte. Si bien el anuncio estaba previsto desde mucho antes de su designación en reemplazo de Alfonso Cortina, la oportunidad fue aprovechada para una demostración de proximidad del nuevo conductor de la petrolera española con el gobierno de Kirchner. “Argentina representa casi todo para Repsol (...). Seguiremos invirtiendo, porque el éxito de la Argentina será el éxito de Repsol”, magnificó Brufau, aunque sin perder su tradicional tono calmo.
El aporte de Repsol a la construcción de 230 km adicionales de cañería, en línea paralela al actual tendido, y el montaje de tres equipos compresores, le agregará 1,8 millones de metros cúbicos diarios de capacidad de transporte al Gasoducto Norte. Ello será aprovechado para la incorporación de una cantidad equivalente de gas boliviano, que será suministrado por la propia Repsol que, de este modo y a través de su participación en la obra, se reserva para sí la capacidad adicional de transporte.
La financiación de la obra, de un costo total de 169 millones de dólares, se completa con un aporte de 11 millones de la empresa operadora del gasoducto, TGN; un préstamo del Bndes de 31 millones (para la adquisición de los tubos, fabricados en Brasil) y una devolución anticipada del IVA por 27 millones de dólares. El costo final será solventado por un aumento en la tarifa del transporte que pagarán “los sectores beneficiados por el modelo: industriales y grandes consumidores”, según señaló Julio De Vido, ministro de Planificación.
Repsol, a su vez, se aseguró su participación en el futuro Gasoducto Noreste, que encarará junto a Techint para traer 20 millones de m3 de gas diarios también de Bolivia, pero en un recorrido que atraviesa las provincias del Norte (Chaco y Formosa) y de la Mesopotamia, hoy fuera de la red de abastecimiento de gas natural.
Fuentes de la petrolera dejaron en claro que la responsabilidad de la obra corre por cuenta de TGN. Y por lo tanto, también será suya la responsabilidad si no se llega a tiempo a abastecer la demanda del próximo invierno. De acuerdo a lo previsto, las obras se iniciarán en enero y deberían culminar en julio o, a más tardar, a principios de agosto de 2005. Esto es, para atender la segunda mitad del invierno, que “últimamente no viene con tantos picos de frío”, recordó un técnico del sector. De todos modos, el aporte adicional de gas por vía de esta expansión no alcanzaría para cubrir la demanda sin dificultades si otras variables no juegan también a favor. Por ejemplo, una mayor hidraulicidad de los ríos, que evite forzar la demanda de generación térmica.
El “involucramiento” de Repsol con Argentina, al que ayer se refirió Brufau en la conferencia de prensa, va más allá de la coyuntura. En esta etapa, la petrolera española busca consolidarse como principal abastecedor de energía del país, ya sea a partir de los recursos que extraiga desde el subsuelo argentino o el que obtenga en Bolivia. En ese propósito, Brufau no le teme a asociarse a Enarsa o Pdvsa, tal cual dijo ayer, “si es que el gobierno lo estima oportuno”.
Los negocios en Argentina representan para Repsol el 50 por ciento de sus intereses “y el 100 por ciento de sus oportunidades”. Acompañado del consejero delegado Ramón Blanco, el hombre que secundando a Cortina supo tejer las mejores relaciones tanto con los gobiernos anteriores como con el actual, Brufau repasó ante Kirchner, De Vido, Lavagna y otros miembros del gobierno las inversiones realizadas durante la crisis y el plan de inversiones para los que vienen. Pero debe haber avanzado mucho más en la conversación a solas que mantuvo con el Presidente, durante media hora, inmediatamente después de firmado el acuerdo para la ampliación del Gasoducto Norte. Los intereses de Repsol YPF no son distintos hoy de losque eran cuando reinaba Alfonso Cortina, pero seguramente Antonio Brufau le imprimirá su sello personal. Sus primeros gestos así lo demuestran.

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