Para contener el tipo de cambio y evitar que el dólar caiga como en los principales mercados internacionales, el Banco Central efectuó ayer la intervención más fuerte desde la asunción de Martín Redrado: compró 80 millones de dólares. Y en lo que va del mes ya acumuló un record de compras mensuales por un total de 1168 millones. La lluvia de billetes verdes en el mercado viene acompañada por valores históricos en la Bolsa, lo que da una idea de la euforia de los financistas a pocas semanas de ponerse en marcha el canje para salir del default.
La decidida intervención del Central permitió mantener el dólar a 2,98 pesos, en línea con el último cierre de la semana pasada. En estos momentos, y tal como sucede a nivel internacional, en el microcentro también existe una huida del dólar por parte de los inversores. Un dato refleja esa situación: mientras que los exportadores liquidaron 58 millones de dólares, el BCRA embolsó 80 millones. La diferencia fue ofrecida por un grupo de bancos que prefirió desprenderse de divisas. Tras esta última intervención, las reservas del Central ya se ubican en 19.517 millones de dólares. A cuatro días del final del año parece difícil que Redrado consiga cerrar el 2004 con 20.000 millones.
Durante el último mes, el Central compró un promedio de 63,5 millones de dólares, lo que le permitió ir en contra de la tendencia internacional y sostener la paridad. Ayer, el euro terminó en un nivel record frente al dólar, exactamente en 1,3618, aunque llegó a tocar 1,3640. Para evitar que las adquisiciones de divisas desembocaran en un fuerte incremento de la cantidad de pesos en circulación, el Central tomó medidas para restringir esa ampliación.
La continua debilidad del dólar, explicada por el amplio déficit comercial y fiscal de los Estados Unidos, volvió a profundizarse ayer luego de que a los operadores internacionales les quedó en claro que el Banco Central Europeo (BCE) seguiría al margen del proceso. Algunos bancos de inversión habían supuesto que el BCE saldría a ponerle freno a la escalada del euro una vez que se cruzara el techo de 1,35. Pero como eso no sucedió, la moneda estadounidense continuó desvalorizándose. En este contexto, varios reportes de entidades financieras extranjeras aventuraron en sus últimos informes que el punto de equilibrio se ubicará entre 1,40 y 1,45 dólar por euro.
Mientras tanto, hay empresas europeas que comenzaron a criticar la pasividad del BCE. Esas compañías presionan para que se ponga freno a la fortaleza del euro alegando una pérdida de competitividad frente a sus colegas estadounidenses. Ayer fue el caso de la italiana Fiat, y los observadores estiman que en las próximas jornadas la presión de los privados irá en aumento.
Según los analistas, el Banco Central Europeo estaría esperando que el ajuste se produzca de manera “natural”, sin necesidad de una intervención. La apuesta sería a que el proceso de suba de la tasa en los Estados Unidos termine por fortalecer al billete verde.
En la city confían en que la debilidad del dólar les dará todavía un mayor impulso a los activos financieros, de manera de no perder terreno en términos de otras divisas. Tanto las acciones como los bonos volvieron a subir ayer, en medio de las expectativas positivas por el canje de la deuda. El índice MerVal subió 0,7 por ciento, con un volumen de operaciones de 61 millones de pesos, y terminó en el record de 1376 puntos, mientras que los Boden avanzaron entre 0,1 y 0,3 por ciento.
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