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Economía|Domingo, 16 de abril de 2006

Moreno empezó a negociar rapidito para bajar el precio de la carne

Por David Cufré
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Guillermo Moreno, secretario de Coordinación, aprovechó la Semana Santa para hablar con todos.

Todavía no empezó su primera semana formal de trabajo y el nuevo encargado del Gobierno de negociar los precios ya dio varios pasos importantes. Guillermo Moreno, flamante secretario de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía, se puso en contacto entre ayer y anteayer con los principales actores del negocio de la carne. Les dijo: habrá que ampliar el alcance del acuerdo de precios, se mantendrá el límite de faena en 280 kilos y, a cambio, el Ejecutivo empezará a flexibilizar la restricción a las exportaciones. Esto último, sin embargo, ocurrirá sólo después de constatar que los consumidores tienen acceso a carne más barata. Además, la apertura se hará “con cuentagotas”.

Moreno dialogó ayer con varios de los productores ganaderos más poderosos. Su planteo fue que colaboraran para asegurar un ingreso normal de hacienda al Mercado de Liniers. En Economía aseguran que los consignatarios tuvieron una actitud especulativa la última semana, que derivó en una suba de precios injustificada en el segmento mayorista. Sin lluvias ni ningún otro justificativo, los envíos a Liniers fueron de 5000 cabezas menos que en la Semana Santa de 2005. De acuerdo a la versión oficial, fue una presión para forzar una baja en el límite a la faena. Moreno reclamó terminar con esas maniobras.

Hasta el momento, el funcionario se mostró más dispuesto a negociar, a dialogar, que a exhibir su fama de duro. El Gobierno se preocupó por dejar establecido que su designación fue para “jugar fuerte” con los formadores de precios, entre ellos, con los del negocio de la carne. Moreno descansó en esa fama y se dedicó a fijar las primeras pautas de su gestión. Además de reclamar “colaboración” para que la hacienda llegue en cantidad suficiente al Mercado de Liniers, el funcionario ratificó la restricción a la faena en 280 kilos. Pero, por otra parte, aceptó que hay que buscar una salida gradual a la prohibición de exportaciones de carne.

Esta semana habrá negociaciones entre el Gobierno y las cinco cámaras frigoríficas para avanzar en un acuerdo en los siguientes términos: cómo distribuir la apertura de exportaciones entre los distintos establecimientos y cómo habilitar las ventas al exterior sin que repercuta en los precios internos. La ecuación no es sencilla. Los principales frigoríficos, reunidos en el consorcio ABC, lucen hasta el momento una postura poco conciliadora.

El otro gran objetivo que Moreno les comunicó a dirigentes empresarios y grandes ganaderos es apurar los precios de referencia para la vaquillona y el novillito. Con eso, los efectos del convenio serían mucho más notables para los consumidores. El equipo económico asegura que el arreglo que se firmó hace dos semanas se está cumpliendo. Hicieron un relevamiento que refleja caídas de precios en las carnicerías y supermercados que comercializan novillo. Pero en relación al consumo global de carne, esto alcanza entre el 20 y el 25 por ciento. Los cortes de los otros tipos de carne, en cambio, aumentaron.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, colaboró con Moreno al enviar un mensaje amenazante para que bajara la carne. “El Gobierno está decidido a actuar y a poner las cosas en orden”, indicó ayer. “Del mismo modo que les pedimos responsabilidad a los productores y a los frigoríficos, se lo pedimos a los comerciantes”, reclamó. Consultado sobre el reemplazo de Lisandro Salas por Moreno, Fernández explicó que “tiene que ver con darle un marco de acción más vigoroso, más contundente, más claro a esta preocupación del Gobierno”. Luego dijo que “el tema de la inflación debe preocuparnos a todos, aunque la situación está controlada”. “Todas estas acciones –completó– que yo llamo preventivas sirven a un mejor resultado.”

A pesar del tono que le dio el Gobierno al nombramiento de Moreno, distintos empresarios ganaderos tuvieron una respuesta positiva por el cambio. La relación con Salas había sufrido un desgaste y el enroque oxigena la situación. Al anterior funcionario le achacan no haber comprendido nunca el funcionamiento de la actividad de la carne. Al nuevo secretario le reconocen su condición de economista (Salas es arquitecto) y el mayor peso político para tomar decisiones.

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