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“Tenemos datos de la desocupación que son muy buenos”, dijo ayer Néstor Kirchner durante un acto en Casa Rosada. Sin embargo, contra lo que cabía esperar, lo que siguió no fue el anuncio de una caída del índice, sino que éste se ubicó en 11,4 por ciento al cierre del primer trimestre. El número anterior, del cuarto trimestre de 2005, era 10,1 por ciento. El Indec tenía previsto dar a conocer mañana la evolución del desempleo, pero el Presidente se le anticipó. La razón hay que buscarla en la frase que abre esta nota: Kirchner quiso dejar sentado que el dato es positivo, no negativo. “En el primer trimestre del año pasado –explicó– la desocupación fue del 13,0 por ciento y ahora bajó a 11,4, un 1,6 menos.”
Lo segundo que dijo el Presidente sobre el tema es que espera que a fin de año el desempleo caiga por debajo del 10 por ciento. Textualmente, manifestó: “Soñamos con ver si llegamos a fin de año con menos de un dígito, es un sueño que compartimos con el gobernador, con los intendentes, el romper la barrera de un dígito”. El gobernador era José Manuel de la Sota, presente en Casa Rosada para la firma de un convenio entre la Nación y Córdoba. En cuanto a la barrera de un dígito, el Presidente debió decir que la meta es bajarlo a uno de los actuales dos.
La misión parece posible de acuerdo con el ritmo de creación de empleos, elevado en relación con el avance de la economía, que a su vez también es muy fuerte. Sólo hay que aclarar que el 11,4 por ciento actual y el menos de 10 que se espera para el último trimestre consideran a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar como ocupados. Kirchner no entregó ayer el dato de cuánto fue la desocupación si esas personas son tomadas como desempleados. Por ahora la última información disponible es la del cuarto trimestre de 2005, cuando fue de 12,7 por ciento.
El salto a 11,4 respecto del 10,1 inmediatamente anterior se explica por razones estacionales. El último trimestre suele ser más importante en creación de puestos de trabajo y lo contrario ocurre en el primero. Lo mismo que pasó esta vez sucedió entre fines de 2004 y principios de 2005: la desocupación subió de 12,1 a 13,0 por ciento. La comparación interanual es, por cierto, la más apropiada. Sobre todo en este caso, porque el impacto de factores estacionales es más pronunciado.
En diciembre terminan varias actividades que retoman después de las vacaciones. En la cartera laboral mencionaron algunas: academias, docentes contratados y de apoyo escolar, empleos informales en comercios y restaurantes por las fiestas de fin de año, peluquerías y masajistas. También explicaron que en enero y febrero la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec suele captar una menor cantidad de ocupados, debido a que se van de veraneo.
Otro dato que mencionaron a Página/12 cerca de Carlos Tomada es que la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que realiza mensualmente el Ministerio de Trabajo sigue reflejando creación de empleos en blanco. Por eso, insistieron en que el dato de la desocupación del primer trimestre debe ser analizado tomando en cuenta las particularidades de ese período. Además, para una evaluación definitiva se requieren otras precisiones del Indec, como qué ocurrió con la tasa de actividad (si hubo más o menos gente buscando empleo, lo cual impacta en el índice de una u otra manera) y qué pasó con los subocupados.
El Ministerio de Economía, por su parte, divulgó un informe que demuestra cómo el actual modelo económico es mucho más favorable para la generación de empleos que la convertibilidad. En particular, en el sector industrial. En los 13 trimestres que van de 2003 al primero de 2006, el sector fabril creció en todos, y en todos subió la ocupación en el sector. Lo hizo a un ritmo promedio de 0,75 punto por cada punto de aumento de la actividad. Entre 1995 y 2001, en tanto, sobre 33 trimestres, la industria creció sólo en 15 y apenas en 5 mejoró el empleo, a un ritmo de 0,07 punto.
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