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Con cierta cuota de suspenso, el oficialismo logró el respaldo del Senado para el proyecto que busca facilitar el acceso al crédito hipotecario de los actuales inquilinos. La incertidumbre la había aportado la decisión del bloque radical y la del senador socialista, Rubén Giustiniani, de abstenerse si no se les permitía introducir cambios en la redacción original del proyecto. Algo que finalmente el bloque mayoritario no concedió. La abstención de cerca de 12 senadores y varias ausencias dentro de la bancada oficialista hacían peligrar el quórum de la sesión. Algo que finalmente no estuvo en riesgo. Finalmente 40 senadores votaron a favor de la iniciativa que ahora los diputados tendrán que convertir en ley.
Curiosamente, ninguno de los 52 senadores presentes en el debate estaba en contra del espíritu de la ley. La oposición, básicamente conformada por la bancada de la UCR y por Giustiniani, sostuvo que la ley era meramente declarativa y que generaba una expectativa que podría concluir en una frustración de todos aquellos inquilinos que se acerquen a los bancos para obtener la asistencia crediticia en la que la cuota sea igual al monto del alquiler.
La defensa del proyecto la realizó el titular de la Comisión de Presupuesto, el chaqueño Jorge Capitanich. Reivindicó la iniciativa y destacó que con ella se apunta a transformar en propietarios de vivienda única a los actuales locatarios. Luego de señalar que cerca de 2 millones de personas están afectadas por el déficit habitacional, Capitanich destacó que el artículo tercero de la ley establece que “los montos de las cuotas mensuales para amortizar el crédito otorgado en el marco de la presente ley deberán asimilarse a los que el inquilino abonaba mensualmente de acuerdo al contrato de locación preexistente”. Capitanich recordó que para acceder al crédito los inquilinos tendrán que acreditar 8 meses de pago y que aquellos que no puedan hacerlo podrán solicitar créditos en sistema de leasing. Algo que se contempla en el artículo 6 y en el que se establece que “la línea de crédito podrá también ser otorgada a aquellas personas físicas que, aunque no cumplan con la totalidad de los requisitos establecidos en el artículo 3, suscriban con el titular del dominio un contrato de leasing sobre la unidad de vivienda que constituirá oportunamente el objeto de crédito”.
El punto central del proyecto sin embargo está en los artículos 4 y 5, que establecen el alcance y las modalidades de los créditos. Allí es donde se establece que el monto de la cuotas con las que se amortizan los créditos será igual al alquiler mensual que enfrenta el inquilino.
Fue el radical Ernesto Sanz quien señaló que amén de compartir “las buenas intenciones de la ley”, se preguntó si era ésta una herramienta eficaz. El radical se preguntó si luego de que un inquilino reclame ante una banco un crédito por el monto de su alquiler y la entidad le responda que la realidad del mercado lo convierte en imposible, no comenzará una serie de amparos y demandas que terminen frustrando las expectativas de todos aquellos que pretenden convertirse en propietarios.
El socialista Giustiniani se preguntó si “el régimen de incentivos que se les darán a las empresas se traducirán en un menor precio de las propiedades”. El puntano Adolfo Rodríguez Saá puntualizó que el proyecto “es una aspiración de deseos”. Cuando el debate se prolongaba y en voz baja se reconocían algunas diferencias dentro de la bancada mayoritaria, el oficialismo sentó a todos los suyos y, a pesar de las abstenciones, logró el voto unánime para el proyecto.
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