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Economía|Domingo, 8 de octubre de 2006
EL BANCO CENTRAL SUMARA DIRECTORES KIRCHNERISTAS

Temporada de pingüinos

Kirchner ocupará con hombres propios las vacantes en el directorio de la autoridad monetaria. Busca asegurarse el control de una institución clave en el manejo de la política económica. Los candidatos.

Por Claudio Zlotnik
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El Central renueva cargos.

“Vamos a dar una sorpresa. Será alguien del palo”, aseguró Néstor Kirchner frente a algunos de sus colaboradores más cercanos, en la intimidad de su despacho. Se refería a la próxima vacante que se producirá en el directorio del Banco Central, a partir del 1º de noviembre. Para el jefe de Estado, la autoridad monetaria es un organismo clave para llevar adelante la actual política económica y por ese motivo incrementó su influencia en las decisiones cada vez que pudo. Trascendió que un “pingüino” de pura cepa, vinculado al ex gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, es el que llegará a Reconquista 266. Es muy probable que en los próximos días se abra una segunda vacante en el BC, con el traslado de Arturo O’Connell, actual director, a un puesto clave en la Cancillería.

A fin de mes renunciará como director del Central Félix Alberto Camarasa, que llegó a la institución de la mano de Roberto Lavagna. Desde que el ex ministro se alejó del Gobierno, Camarasa tejió una buena relación con Felisa Miceli. Y ese acercamiento ahora le abrió las puertas al cargo de representante argentino ante el Banco Mundial, en Washington, en reemplazo de Alieto Guadagni. Asumirá el 1º de noviembre. El funcionario ya conoce el tema. Entre 1981 y 1992 se desempeñó como asistente técnico y director ejecutivo del organismo, en ese caso en representación de la Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Perú.

Como ocurre cada vez que se libera un sillón en el directorio del Central, se desata una puja por la sucesión. Enterado de algunos tironeos en la entidad monetaria, Kirchner no dejó espacio para especulaciones. Un santacruceño ocupará la vacante. Página/12 pudo saber que Luis Villanueva, ex ministro de Economía de Santa Cruz, es quien más chances tiene de ser designado. Villanueva fue funcionario en la provincia durante la gobernación de Acevedo y renunció junto a él. Su perfil es técnico y tiene una muy buena relación con Julio De Vido. Fuentes gubernamentales consultadas por este diario dijeron que en el segundo puesto del ranking de preferencias de Kirchner se ubica Juan Bontempo, actual titular de Economía y Obras Públicas de la provincia del Presidente.

Kirchner ocupó espacios en el Central cada vez que pudo. Cuando el año pasado se fue Ricardo Branda, envuelto en el escándalo por la supuesta corrupción en el Senado, colocó a Luis Corsiglia. El ex titular de la Caja de Valores mantiene su agencia de Bolsa en la city. Su estrecho vínculo con De Vido le permitió, primero, llegar como director de Enarsa y luego como director en el Banco Central. Esa relación se habría resentido en los últimos tiempos. El dato no debe pasar inadvertido si se tiene en cuenta que el mandato de Corsiglia en el BC vence en 2007.

Más rápido habría que decidir quién continuaría con el mandato de O’Connell, otro director ligado a Lavagna que se acercó al Gobierno a lo largo de este año. Existen chances ciertas de que O’Connell vaya a la Cancillería para presidir la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales. El funcionario ya dirigió esa dependencia durante la gestión de Guido Di Tella y, de hecho, fue su creador. O’Connell reemplazaría a Alfredo Chiaradía, quien ya manifestó su intención de dejar el cargo, y es el preferido por el canciller Jorge Taiana para ese puesto.

El otro sillón que se liberará el año que viene es el de Jorge Levy. El directivo presidió la estratégica Superintendencia de Bancos durante la presidencia de Eduardo Duhalde, puesto que dejó el año pasado a manos de Waldo Farías, un kirchnerista ciento por ciento.

Una incógnita es el destino de Eduardo Cafaro, quien también llegó al Central de la mano del Presidente y cuya gestión finaliza el año que viene. En el Central dan por hecho que Kirchner le renovará la confianza, más todavía si se recuerda que hace un par de años Elisa Carrió ligó a Cafaro con Aldo Ducler, financista a quien a su vez vinculó con el Cartel de Juárez.

Ante sus íntimos, Martín Redrado jura que no intercederá para que se designen técnicos de su riñón. El presidente del BC suele manifestar que se siente cómodo a pesar de que en el directorio no cuenta con funcionarios ingresados bajo su padrinazgo. “Los diez directores me responden”, analiza ante sus colaboradores. Redrado, en cambio, asegura que le resulta más eficaz tener una buena ascendencia en la línea técnica del banco, donde se “cocinan” las resoluciones. El actual jefe del BC se rodeó de técnicos que, en su gran mayoría, conocía de antes. Empezando por Carlos Pérez, el gerente general del Central. Otro puesto clave que ocupó con tropa propia fue el encargado de administrar las reservas, el ex Scotiabank Pedro Rabasa. Este “activo”, afirma Redrado, no lo tuvieron antecesores suyos, que estaban rodeados por técnicos que no conocían.

Como ocurrió en otras oportunidades, las plazas que queden libres en el Central despertarán rencillas internas. La primera vacante se resolverá en tres semanas, con la promesa de Kirchner de auspiciar a un pingüino. Pero esa situación, lejos de ponerle fin, marcará el comienzo de una larga temporada de puestos por cubrir en una institución estratégica para la marcha de la economía.

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