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Néstor Kirchner inicia hoy una visita a Venezuela con una agenda cargada de acuerdos económicos pero que significa, a la vez, una contundente señal política. La firma de convenios bilaterales que involucran temas de la economía real, las finanzas y en el sector petrolero confirmarán la alianza estratégica entre ambos países. La emisión de bonos en conjunto y el salvataje a SanCor figuran entre los compromisos.
La relevancia política que le quiere dar Kirchner a este viaje quedará en evidencia esta mañana en el aeropuerto, cuando se suban al avión funcionarios de primer nivel del Gobierno. La primera dama, Cristina Fernández, la ministra Felisa Miceli y una comitiva de alrededor de veinte personas acompañarán al jefe de Estado. Julio De Vido se encuentra en Caracas desde la semana pasada, cerrando acuerdos con la administración chavista.
El destino de Kirchner es Puerto Ordaz, ubicado en plena región petrolera. Es una ciudad de un millón y medio de habitantes con fuerte desarrollo industrial y minero y cuenta con una de las principales represas hidroeléctricas del mundo, en las aguas del río Caroni, que provee más del 70 por ciento de la energía eléctrica que consumen los venezolanos.
El argentino y Hugo Chávez dejarán oficialmente inaugurado el primero de los dieciocho pozos petrolíferos que explotarán las petroleras estatales de ambos países, Enarsa y Pdvsa, en la franja del Orinoco, una de las reservas de hidrocarburos más importantes de la región. La idea es que Enarsa se vaya sumando a la estrategia de la poderosa Pdvsa, en proyectos que incluirán a Venezuela y a Bolivia.
Otro punto importante de la visita es el acuerdo de salvataje a SanCor. El plan surgió después de que Chávez desplazara a Adecoagro, el grupo inversor del financista George Soros, con el guiño del Gobierno, que prefirió que la compañía mantuviera su status de cooperativa. Habrá un primer aporte inmediato y en efectivo del Banco de Desarrollo de Venezuela por 20 millones de dólares para aplicar a capital de trabajo. En una segunda instancia, esa institución enviará otros 40 millones.
El crédito total alcanzará a 135 millones de dólares, que SanCor devolverá no en divisas, sino en leche en polvo. Además, la empresa se comprometerá a enviar sus mejores técnicos para brindar capacitación en Caracas. No hay que olvidar que Chávez ya invirtió en la adquisición de ganado en pie y pretende industrializar el sector para abastecerse de lácteos. El repago de SanCor se hará en un plazo de entre ocho a diez años y estará atado a la capacidad productiva de la compañía. En las últimas horas, De Vido negociaba el precio de la leche en polvo que enviará SanCor, en un contexto donde el valor del producto se encuentra en niveles record, de aproximadamente 3000 dólares la tonelada.
Está previsto que en un futuro cercano viajen también especialistas del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y del INTI (Industrial) para brindar asesoramiento en la producción de leche, en el sector alimentario en general y en la construcción de laboratorios en las localidades de Mérida, Trujillo y Táchira. También irán a Caracas profesionales argentinos que intervengan en los planes de viviendas populares en Venezuela.
Entre los acuerdos que se firmarán figura la provisión de 10 mil toneladas de carne vacuna y 5 mil toneladas de carne de pollo a Venezuela.
Respecto del plan financiero, la idea es lanzar una nueva emisión del Bono del Sur, por unos 750 millones de dólares, que se colocaría en el mercado venezolano. También en este rubro se creará una comisión especial que en cuatro meses pondrá fecha y características al Banco del Sur, que servirá para financiar proyectos regionales. Brasil, Paraguay y Bolivia adherirían a esta institución.
Por otra parte, se rubricarán convenios para la construcción de frigoríficos bajo la modalidad llave en mano, fábricas metalmecánicas del sector agropecuario y plantas de GNC. Además, la Argentina le venderá a Venezuela cuarenta ómnibus que funcionan a GNC.
La visita de Kirchner tiene un fuerte condimento político, tras el anuncio de Chávez de nacionalizar empresas del sector telefónico y energético. Y la reciente amenaza de expropiar cadenas de supermercados, en el marco de una aceleración inflacionaria y la escasez de alimentos en las góndolas. Todas medidas que provocaron un fuerte rechazo de los Estados Unidos.
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