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Economía|Sábado, 17 de marzo de 2007
LA COMUNIDAD SUDAMERICANA ARMARA SU PROPIO FONDO DE ASISTENCIA

Cómo convertirse en dueños del FMI

Once países de América latina acordaron avanzar en la creación de un fondo de estabilización regional, que prestará ayuda frente a crisis financieras. Cumplirá la función del Fondo Monetario, pero sin sus exigencias. Arrancaría con 5000 millones de dólares.

Por David Cufré
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Felisa Miceli viajó a Guatemala, a la reunión del BID, adonde analizará el proyecto del Fondo.

Los países que conforman la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) se proponen constituir su propio Fondo Monetario Internacional. No quieren depender más de la ayuda de Washington frente a situaciones de crisis. Es una iniciativa que refleja las aspiraciones de la región por ganar autonomía, y también el agotamiento de la vieja estructura financiera internacional. El nombre asignado hasta el momento para el nuevo organismo es el de Fondo de Estabilización Regional (FER), y será fondeado con aportes de las reservas de los distintos socios. Arrancaría, según pudo saber Página/12, con unos 5000 millones de dólares. Será un instrumento complementario al Banco del Sur, ya no pensado para financiar el desarrollo, sino para que actúe como prestamista de última instancia.

Los países de la región ya empezaron a trabajar en el proyecto. “El objetivo es fortalecer la solidez externa para cubrir desequilibrios transitorios de las cuentas corrientes de los países”, definió ayer Roberto Feletti, el funcionario argentino que participa del grupo técnico regional encargado del diseño del FER. Feletti, quien además es vicepresidente del Banco Nación, encabezó el último lunes una reunión en Buenos Aires con los delegados de los demás países de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Estuvieron técnicos de Brasil, Paraguay y Uruguay, socios del Mercosur; Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia, de la Comunidad Andina, y de Chile, Surinam y Guayana. Una de las presencias más destacadas fue la de Marco Aurelio García, asesor directo de Lula da Silva en política exterior. Su gobierno es el auténtico promotor de la iniciativa.

En ese encuentro de equipos técnicos se resolvió avanzar con la creación del FER. También empezó a definirse una agenda de negociaciones que incluye puntos relevantes, como la utilización de las monedas regionales para el pago de las operaciones de comercio exterior –Argentina y Brasil van un paso adelante en ese camino, ya que el 1º de julio arranca un plan piloto para liquidar importaciones con pesos y reales–, conformar un mercado de capitales integrado para la colocación de bonos de los Estados, aumentar el comercio intrarregional y, como último punto, la creación de una moneda única como en Europa. Dentro de 45 días habrá otra reunión del mismo grupo para avanzar en las deliberaciones. Algunos objetivos son de mediano plazo, como el FER, mientras que otros pueden quedar plasmados en una década o más, como el de la moneda única.

La creación del Banco del Sur y de un fondo de estabilización para la región son elementos claves para la integración sudamericana”, evaluó Feletti. El primero de esos proyectos lo impulsan Argentina y Venezuela, mientras el segundo lo alienta Brasil, que busca consolidar su liderazgo regional a través de la Comunidad Sudamericana de Naciones. “Consideramos la creación de un fondo de estabilización, conformado por un aporte de las reservas existentes en la región, que en la actualidad superan los 200 mil millones de dólares, como un instrumento capaz de prevenir los ataques especulativos contra las monedas locales”, agregó el vicepresidente del Nación.

La idea preliminar es que el FER comience a operar con 5000 millones de dólares, equivalentes al 2,5 por ciento de las reservas de la región en su conjunto. Feletti precisó cómo funcionaría el organismo: “Otorgaría líneas contingentes de corto plazo para nivelar los déficit de cuenta corriente, de manera de reducir la intervención de los bancos centrales en el mercado de cambio, y así evitar salidas como devaluaciones abruptas”. Estos mecanismos generan muchas menos condicionalidades para los países de la región que pedir asistencia al FMI o salir a buscar plata a los mercados internacionales. En la medida en que el proyecto prospere, la continuidad del FMI tendrá cada vez menos justificación.

“El objetivo de largo plazo, sin dudas, es llegar a una moneda común. Este sería un paso en esa dirección. Recordemos que a Europa le llevó 40 años”, indicó Feletti. La aparición de estos temas en la agenda regional, así como el del Banco del Sur, es posible porque los distintos países están logrando superávit externos y acumulación de reservas, en un contexto de altos precios internacionales de los commodities.

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