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Economía|Sábado, 24 de marzo de 2007

El nuevo gasoducto desde Bolivia está muy cerca

El embajador en Buenos Aires estimó que “en dos o tres meses” empezará la construcción del gasoducto que unirá Yacuiba con el sur de Santa Fe. El lunes se anuncia el cronograma de licitaciones.

Por Raúl Dellatorre
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Ampliar la oferta energética es un objetivo central de De Vido.

El embajador boliviano en Argentina, Roger Ortiz Mercado, estimó que “en dos o tres meses” podría darse inicio a la construcción del Gasoducto del Nordeste Argentino, que transportará 10 millones de metros cúbicos diarios de gas en una primera etapa, y 20 millones en la segunda y definitiva. La puesta en marcha se prevé para 2010 y el lunes próximo se conocerá el cronograma de obras y licitaciones, en un encuentro convocado en Santa Cruz de la Sierra, en el Oriente boliviano, por parte del ministro de Planificación, Julio De Vido, junto a su par boliviano de Hidrocarburos, Carlos Villegas.

El plan de obras contempla la construcción de una planta separadora de gases en Bolivia, plantas compresoras (bombeadoras) a lo largo del tendido en ambos países y la construcción del gasoducto, de 1200 kilómetros de extensión y con un costo estimado en 1600 millones de dólares. Para esta obra, se convocará a licitación pública este lunes.

El gasoducto unirá la localidad de Yacuiba, en el sudeste boliviano, con la de San Jerónimo, al sur de Santa Fe, punto de conexión con la red troncal y puerta de entrada para el abastecimiento al área metropolitana bonaerense. En su recorrido, alimentará las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes y Entre Ríos, ranqueadas entre las más pobres del país, según el estudio difundido esta última semana por el Indec, con datos correspondientes al segundo semestre de 2006.

El último 6 de marzo se firmó entre ambos países la carta de entendimiento para la concreción de la obra. El lunes, además del llamado a licitación, quedarán definidos los plazos de ejecución. A modo de anticipo, el embajador Ortiz Mercado estimó en dos o tres meses el plazo para la iniciación de las obras.

El contrato de aprovisionamiento del gas demandó una extensa negociación entre ambos países, ya que Bolivia exigió una actualización del precio que hasta entonces venía pagando Argentina. Al acceder a la nueva cotización, Argentina logró a la vez el compromiso boliviano de suministrarle en el futuro hasta 27,7 millones de metros cúbicos diarios (7,7 millones por el actual gasoducto y 20 millones por el nuevo). La decisión de construir dicho tendido fue considerada como una definición boliviana en favor de privilegiar la relación con Argentina en desmedro de Brasil, que pretendía hacer un trazado alternativo con punto de destino final en San Pablo, abasteciendo secundariamente al nordeste argentino. Pero la propuesta brasileña quedó relegada ante la reticencia del gobierno de Lula de reconocerle rápidamente un mayor precio a Bolivia.

Desde Venezuela, en tanto, destacan que el acuerdo entre Bolivia y Argentina es el primer paso para alcanzar una interconexión gasífera a nivel sudamericano, que quedaría plasmada en la concreción del Gran Gasoducto del Sur, desde el Orinoco hasta el Litoral argentino. Las políticas energéticas de los distintos países de la región van definiendo las estrategias de alianzas y el mayor o menor grado de sintonía entre los distintos gobiernos. La llegada de Rafael Correa al gobierno de Ecuador abre, en tal sentido, la expectativa de sumarlo como socio en muy corto plazo.

Como parte de esta política de integración, algunos apuestan a que este emprendimiento sea el primero en ser financiado por el Banco del Sur, el proyecto impulsado por Argentina y Venezuela que se espera esté en marcha a mediados de año. Empresas privadas, como Repsol YPF y Techint, han ofrecido sumarse al emprendimiento inclusive ofreciendo dinero para su financiación. Como para no quedar afuera.

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