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Economía|Miércoles, 28 de marzo de 2007
LOS ULTIMOS DATOS DEL INDEC SOBRE LA DISTRIBUCION DE LOS INGRESOS

Leve mejora en el reparto del ingreso

Según el Indec, la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre cayó a 31 veces en el cuarto trimestre de 2006, frente a las 32 veces del mismo período de 2005. En comparación con 2002, hay una marcada mejora de la distribución. Pero la desigualdad es todavía tan sensible como a mediados de los ’90.

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La brecha alcanzó un pico de 58 veces en 2001, según la nueva metodología del Indec.

La distribución del ingreso mejoró muy levemente el año pasado. De acuerdo con las cifras difundidas ayer por el Indec, la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre cayó a 31 veces en el cuarto trimestre de 2006, frente a las 32 veces del mismo período de 2005. Pero otro de los indicadores de distribución, el llamado coeficiente de Gini, no muestra mejoras el año pasado. Incluso el indicador tradicional, como la distribución individual por perceptores de ingresos, muestra un empeoramiento. Como sea, en comparación con el peor momento de la crisis, en 2002 se percibe una sensible mejora de la distribución del ingreso. Sin embargo, la desigualdad es todavía tan marcada como durante mediados de la década del noventa.

Los indicadores de concentración del ingreso publicados ayer por el Indec dan lugar a diversas lecturas. Como explican en el Ministerio de Economía, “la distribución del ingreso de una sociedad es un atributo de carácter estructural, por lo que su análisis con frecuencia trimestral no siempre resulta apropiado. De hecho, el análisis más adecuado es el tendencial”. Así, en términos tendenciales, la mejoría en relación al pico de la crisis, en 2003, es notoria. Según los datos del Indec, en promedio, en 2006 la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres se ubicó en 33 veces, con un mínimo de 31 veces en el cuarto trimestre. De acuerdo con esa misma serie, dicha brecha alcanzó un pico de 58 veces en 2001, para empezar a descender de manera sostenida desde unas 52 veces en 2003. Según este indicador, las 33 veces de 2006 son comparables con las 32 veces del año 1997.

En cuanto al “coeficiente de Gini”, que mide la distribución de manera más integral (no sólo por la distancia en los ingresos en los extremos de la pirámide), también muestra una mejora importante en relación a los parámetros de la crisis: el último dato es de 0,485 frente al 0,522 de 2001, siendo más igualitaria la sociedad cuanto más cercano a 0 se encuentre el coeficiente. Sin embargo, en el último año se estancó. En cuanto a la década del noventa, este termómetro marca un valor similar al de 1996: 0,485.

En el Ministerio de Economía afirman que estos números revelan que la brecha de ingresos entre ricos y pobres “se ubica en los valores mínimos de toda la serie publicada por el Indec desde 1996”. Y explican la mejora de la situación social en “la caída del desempleo, un aumento en los ingresos, y efectos adicionales como las subas en jubilaciones y en los salarios mínimos”.

Sin embargo, según el consultor Artemio López, el Indec introdujo una modificación metodológica, a instancias del Ministerio de Trabajo, que arroja una medición incorrecta de la distribución del ingreso. Dicho error consistiría en tomar como base de cálculo el “ingreso per cápita familiar” en lugar de medir la distribución a través del cuadro de perceptor individual del ingreso, tomado históricamente como referencia de la distribución. “El ingreso familiar per cápita mide el nivel de ingreso familar atado a la generación de empleo, lo que supone más ingreso familar per cápita cuanto más perceptores de ingreso existan en el hogar. Es sabido que los hogares pobres tienen más hijos, entonces, más perceptores que contribuyen al ingreso familiar además del jefe de hogar”, explica el titular de la consultora Equis. “Así, al haber más empleo, el hogar pobre posee más ingresos en términos relativos, pues emplean a más miembros de las familias, aunque con salarios bajos en puestos de trabajo informales. Pero ésta no es una medida de la distribución del ingreso, sino de la incorporación de más empleos al núcleo familar”, agrega López.

Según el cuadro tradicional de ingreso individual de los perceptores, que el Indec sigue publicando, la brecha entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre se ensanchó el año pasado: de 26,4 veces en el cuarto trimestre de 2005 a 27,8 veces en el cuarto trimestre de 2006. También hay una caída de la brecha frente a las 31 veces que se alcanzó en el año 2002. Sin embargo, dicha brecha todavía sigue siendo mayor al promedio de los noventa (20 veces).

De acuerdo con el informe del Indec, el 10 por ciento de la población de menores ingresos lo constituyen familias con un ingreso per cápita de hasta 110 pesos mensuales. En tanto que en la cúspide de la pirámide se encuestaron personas que declararon más de 150 mil pesos mensuales. Sin embargo, en promedio, el grupo más “rico” declara en promedio sólo 2012 pesos mensuales, lo cual confirma una evidente subdeclaración de ingresos de los sectores más acomodados frente a la encuesta permanente de hogares.

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