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Repsol YPF y Petrobras ampliaron desde ayer la venta de nafta a menos precio en reemplazo del GNC a todas las estaciones duales del país. Esta sustitución, que siguió generando largas colas de taxistas y remiseros en las estaciones, podrá realizarse hasta el último minuto de hoy. La merma de la demanda propia del fin de semana daría un respiro al sistema gasífero, con la posibilidad de normalizar el expendio del carburante, a menos hasta que una nueva ola polar fuerce otra restricción.
La primera en anunciar la extensión del régimen de emergencia a las 400 estaciones de las 1600 que conforman su red propia fue Repsol YPF, a poco secundada por Petrobras, que también amplió la fórmula sustituta a sus 225 centros de expendio por todo el territorio nacional.
La medida funcionó como un paliativo necesario, ya que en primera instancia el reemplazo de gas por nafta rigió sólo para Capital, conurbano, Córdoba, Rosario y Mendoza. Sin embargo, el miércoles ya empezó a faltar GNC en muchos lugares del interior que no estaban involucrados en el programa original.
La posibilidad de conseguir hasta 40 litros de nafta común a 80 centavos o súper a 1 peso en reemplazo del gas fue habilitada por aquellas dos refinadoras en la red de estaciones propias como una compensación al corte del GNC. El universo de beneficiarios son los vehículos que prestan algún servicio público como taxis, remises, fletes o ambulancias, que sólo pueden acceder a esa prerrogativa presentando la correspondiente oblea que los habilita en esas tareas.
Un problema es que una gran proporción de esos vehículos sólo pueden operar a gas y, por lo tanto, no les cupo el beneficio ofrecido. Otro es que hay unas 1600 estaciones que sólo venden en exclusiva aquel combustible. Por último, muchos otros usuarios de gas que no tienen la categoría de servidores públicos quedaron excluidos del régimen, tal como ayer destacó la Comisión Nacional de Defensa del Usuario Vial: la nafta barata también debería ser para docentes rurales, viajantes o comerciantes, según reclamó la entidad.
Según está previsto, el sistema excepcional tendrá vigencia hasta el último minuto de hoy. Pero, la realidad es que su aplicación tuvo una frontera temporal algo difusa, ya que algunas estaciones capitalinas ayer estaban vendiendo GNC, lo mismo que ocurrió en la noche del miércoles. Ese combustible les llega a través de la misma red por la cual las distribuidoras gasíferas lo hacen llegar a los domicilios particulares y cortarlo sería verdaderamente muy difícil, ya que su restitución requeriría de inspecciones individuales.
Ante la orden impartida verbalmente por el Gobierno a esas proveedoras y éstas a las estaciones que elaboran y venden el GNC, los estacioneros tienen que autolimitarse en el consumo, bajo el riesgo de que si no lo hacen están sometidos al pago de una multa. Una característica de la red, que hace muy difícil cumplir a rajatabla la instrucción oficial y luego controlarla.
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