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Economía|Sábado, 28 de julio de 2007
EL GOBIERNO ANUNCIO CAMBIOS EN LA BASE DE CALCULO DEL IMPUESTO A LA RENTA

Para la clase media es todo ganancia

La reforma, que será enviada al Congreso, sube el piso a partir del cual empieza a pagarse el impuesto a las Ganancias a 3346 pesos para los solteros y 4577 para los casados con dos hijos. Además, cambia la “tablita” de deducciones de Machinea.

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Anuncio en Casa Rosada. Carlos Tomada, Miguel Peirano y Alberto Abad, con Moyano asociado.

El Gobierno anunció ayer la segunda modificación en el año en el impuesto a la Ganancias que tributan los trabajadores en relación de dependencia, con el propósito de alivianar esa carga retroactivamente, a partir del primer día del año en curso. Uno de los cambios clave fue la suba del piso a partir del cual comienza a pagarse el gravamen. A raíz de una serie de retoques, la nueva línea de corte queda fijada en 3346 pesos de remuneración bruta para un soltero y 4577 para un casado con dos hijos. Las correcciones redundarán en una mejora en los salarios de bolsillo. Contemplan parcialmente los reclamos sindicales pero, de todos modos, pueden ayudar a descomprimir las demandas salariales, evitando que las mejoras sean automáticamente absorbidas por el impuesto.

El anuncio fue realizado por los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Economía, Miguel Peirano, escoltados por el titular de la AFIP, Alberto Abad, y el secretario general de la CGT, Hugo Moyano.

La modalidad legal elegida para instrumentar una serie de cambios sobre las ganancias que tributa la denominada “cuarta categoría” fue la de un proyecto de ley que será girado en las próximas horas al Parlamento y prevé vigencia desde el 1º de enero pasado. La iniciativa, en cuya redacción tuvo un papel protagónico la AFIP, implicará un sacrificio fiscal aproximado de 1500 millones de pesos anuales que Economía prevé compensar con una mayor recaudación de otros impuestos, en virtud del mayor consumo de los trabajadores beneficiados.

El proyecto establece dos modificaciones clave. Una implica aumentar las deducciones que se realizan sobre las remuneraciones brutas anualizadas y que permiten achicar el monto sobre el cual se aplica Ganancias. Así se sube de 6000 a 8000 pesos por año la carga “por cónyuge” y de 3000 a 4000 pesos “por hijo” menor de veinticuatro años y sin ingreso; la iniciativa también fija en 3000 pesos el monto a restar por cada descendiente en línea directa (madre o nieto), a cargo y sin recursos propios. También se incrementa la denominada “deducción especial”, en virtud de la cual los trabajadores podrán descontar 36.000 pesos, cuando hasta ahora podían hacerlo por 28.500 pesos.

El resultado de esos cambios es que sube el piso a partir del cual los asalariados o jubilados deben pagar Ganancias. Según los números distribuidos ayer por la AFIP, ese límite pasa de 2769 pesos mensuales brutos para un soltero a 3346 pesos; en el caso de un casado ese salto eleva el piso de 3692 pesos a 4577 por mes.

La segunda gran modificación propuesta consiste en eliminar los dos primeros peldaños de la denominada “tablita de Machinea”, por la cual se fijaba una escala para limitar las deducciones: cuanto más alto es el sueldo menos se puede deducir a la hora de calcular la ganancia neta sobre la que se aplica el impuesto.

Según la propuesta oficial, los salarios de hasta 7000 pesos brutos mensuales podrán aplicar íntegramente los descuentos contemplados por ley que, a su vez, acaban de aumentar. Aquí una segunda mejora para ese nivel de remuneraciones. A partir de ese valor (91 mil pesos anuales) y hasta 10 mil pesos por mes, se pueden aplicar la mitad de las deducciones, en una escala progresiva que impide cualquier descuento a quienes cobren más de 17 mil mensuales (ver cuadro aparte).

Como la vigencia del nuevo esquema es retroactiva a enero, muchos trabajadores serán acreedores de un reintegro. Pero, a menos que desde ahora queden totalmente eximidos del tributo, la devolución se concretará restando el importe correspondiente de las futuras retenciones a aplicar por el empleador y no con la restitución en efectivo de lo que les corresponda recuperar, según explicaron ayer técnicos de la AFIP. Como fuere, implicará una mejora en el salario de bolsillo del universo de contribuyentes de la cuarta categoría, que se estima en alrededor de 800 mil dependientes.

“Por supuesto que lo ideal hubiera sido eliminarlo (por el impuesto a las Ganancias a ese sector). Pero al menos ahora estamos discutiendo cómo defender a los salarios más altos y no cómo subir los sueldos de hambre que teníamos hace un tiempo”, se defendió Moyano cuando un periodista quiso saber el porqué de su apoyo a un retoque impositivo que, de todos modos, deja a los trabajadores cautivos de Ganancias. “No hay ningún país del mundo en el que no lo paguen”, acotó Abad.

Las modificaciones elegidas no contemplaron las aspiraciones de máxima de la CGT, que pretendía subir a 6000 pesos el salario bruto libre de impuesto y eliminar directamente la tablita impuesta por el ex ministro de Economía de la Alianza, José Luis Machinea, a fines del 2000. El propósito crucial es que los aumentos salariales no sean devorados por el tributo que, en algunos casos, terminaba siendo superior que la propia mejora.


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